Ciencia y Tecnología

“Dramática” degradación del capital natural en los últimos 50 años

La actual forma de vida de los seres humanos, demanda excesiva de energía y recursos, son responsables de fenómenos como el cambio climático y la pérdida de los ecosistemas, sostuvo José Sarukhán Kermez, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

El crecimiento individual, poblacional y económico demanda extracción de recursos (alimentos y otros) y de energía para manufacturar bienes, producir alimentos, proveer servicios y crear capital, explicó.

Sostuvo que “no necesitamos más o nueva ciencia para convencernos de que la humanidad no ha actuado frente a los problemas globales ambientales ni en la escala ni con la urgencia que la actual situación demanda”.

“En los últimos 50 años ha ocurrido una dramática degradación del capital natural de la Tierra, con crecientes concentraciones de dióxido de carbono, óxido nitroso y metano, pesca excesiva, degradación de suelos, pérdidas de ecosistemas naturales, reducción de agua potable y un consumo insostenible”, añadió el exrector de la UNAM e integrante de El Colegio Nacional.

Advirtió que la huella ecológica crece más en las ciudades, principales consumidoras de energía y mayores demandantes de recursos. Aproximadamente 70 por ciento de la población mundial vive en centros urbanos grandes, siendo los mayores demandantes de recursos y alimentos.

En la conferencia magistral “El estado del planeta y nuestras responsabilidades” donde se dio inicio a la Sexta Feria del Libro de Ciencias de la Salud, Sarukhán Kermez detalló que el desarrollo sustentable implica cumplir con transacciones entre lo ecológico, lo económico y lo social. “Un enfoque socio-económico-ecológico destaca la estabilidad de los sistemas ecológicos en su relación de uso por los sistemas sociales, donde el capital natural es básico para el sostenimiento del sistema económico. Existe una participación social en la toma de decisiones y estabilidad de sistemas sociales y culturales”.

El especialista criticó que no tenemos incorporados a nuestra cultura diversos hechos como el que somos una especie animal más (Homo sapiens), producto de la evolución, genéticamente relacionada con todas las demás especies que viven en el planeta; que hay leyes físicas y biológicas que regulan el funcionamiento de la Tierra y sus habitantes (leyes que violamos e ignoramos todo el tiempo y cuyo resultado son los “problemas ambientales”); y que los recursos “a nuestra disposición” en la Tierra son finitos.

Detalló que el impacto sobre la Tierra depende de cuántos somos, del nivel de demanda per cápita por recursos y energía, y de aquel causado por las tecnologías que usamos para satisfacer nuestras necesidades.

“La producción global anual de basura electrónica es de entre 20 y 50 millones de toneladas, mientras que el desecho anual de teléfonos portátiles, solamente en Estados Unidos, fue de más de 150 millones”, alertó.

En lo individual, propuso aplicar las tres erres: reciclar, reusar y reducir, así como minimizar el consumo de productos como la carne, pues para producir un filete de 350 gramos se requieren 7.2 kilos de granos (por ejemplo de maíz) y 660 litros de agua, lo que es insostenible.

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