Nestlé apuesta por triplicar rendimiento de cacaotales en sureste mexicano
En la actualidad, México produce sólo una cuarta parte de la demanda total de la industria chocolatera nacional, siendo dicha firma el principal comprador del insumo.
En un comunicado, la compañía señaló que a través de la iniciativa Nestlé Cocoa Plan, que inició desde hace ocho años, espera capacitar a más de 12,000 cacaoticultores en prácticas agrosustentables al 2025.
El país es considerado la cuna del chocolate gracias al aprovechamiento del cacao desde tiempos remotos; sin embargo, el sector cacaotero nacional enfrenta importantes desafíos para fortalecerse y evolucionar, los cuales están siendo atendidos por estas iniciativas, comentó el vicepresidente de Chocolates y Confites de Nestlé México, Juan Carlos Peralejo-Serrano.
De acuerdo con la firma, algunos retos para este sector son la baja productividad, ya que aunque existen casos de éxito donde se pasó de 800 kilos de semilla a más de tres toneladas al año, aún hay muchos productores de cacao que batallan por elevar el rendimiento de sus tierras. Para el 2023, la empresa pretende triplicar mediante dicha iniciativa la productividad, en los estados del país donde colabora.
En Tabasco, entidad cacaotera por excelencia, la mayoría de los cacaotales rebasan los 30 años, por lo que su producción del grano decae y es necesario renovar las hectáreas. Para hacer frente a esto, se han distribuido más de un millón de plantas de variedades mejoradas con el fin de elevar la obtención de semillas por mazorca; tan sólo entre 2019 y 2020, se entregaron a los productores 372,930 ejemplares, resaltó la empresa.
Un reto más es el retorno de inversión, porque debido a que la producción de granos de un árbol de cacao inicia dentro de 3 a 5 años después de haber sido plantado, “los agricultores necesitan ser pacientes para aprovechar los beneficios económicos de esta actividad”. Una manera de cambiar –anota la comunicación– es capacitar a los agricultores en mejores prácticas agrícolas, distribuir plantas cacaoteras de mayor rendimiento, desarrollar relaciones a largo plazo con grupos de productores y fomentar la fórmula “mejores árboles + mejores prácticas de cultivo = mejores ingresos”.
Otro aspecto que considera es el relevo generacional, dado que la edad promedio de los cacaoticultores en estados como Tabasco y Chiapas ronda los 60 años, por lo que impulsa la “Iniciativa por los jóvenes”, con la que se educa a éstos en labores agrícolas para incentivarlos a continuar “el legado cacaotero de México”; desarrollando agroemprendedores, nuevas fuentes de empleo y arraigo a las comunidades desde una perspectiva de inclusión.
Otro reto es el rezago tecnológico, lo cual va más allá de maquinaria y sistemas computacionales, al representar la transferencia de saberes en torno a mejores prácticas y, en el caso del cacao, el acceso a variedades de plantas optimizadas, pues según la empresa, “queda mucho por avanzar en materia de tecnologización de las tierras y métodos en los cacaotales del sureste mexicano.
Para enfrentar este problema, agregó, es importante implementar cursos para los cacaoticultores en temas como siembra, control de plagas, fertilización y poda de plantas, entre otros”.