Agua envasada en la alcaldía Iztapalapa con presencia de metales pesados
El agua que llega a los hogares de la alcaldía Iztapalapa es de mala calidad debido a la presencia de metales pesados en los pozos de extracción, lo que lleva a su población a consumir agua embotellada cuya potabilidad tampoco está garantizada, afirmó la doctora Judith Cardoso Martínez, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La investigadora del departamento de Física de la Unidad Iztapalapa ejemplificó que a pesar de que una familia con cinco integrantes gasta alrededor de 750 pesos mensuales en la compra de garrafones en las llamadas “rellenadoras”, el líquido obtenido contiene altos niveles de estos minerales debido a la ubicación de la alcaldía, si bien el PH se encuentra dentro de la Norma 201 en la mayoría de los casos.
“Uno de los problemas es que de las dos mil 540 purificadoras que hay en la Ciudad de México, mil 110 están ubicadas en esta zona –sin contar las “piratas”– y el agua tiene un alto contenido de arsénico, cromo, plomo, selenio, además de bacterias coliformes, por lo cual estos establecimientos no cumplen con la norma”, reconoció al participar en el seminario Perspectivas universitarias: agua, ciencia y tecnología, organizado por la Casa abierta al tiempo y la Universidad de Guanajuato (UG).
El análisis de las características microbiológicas del líquido realizado por investigadores de la UAM ha detectado la presencia de micro plásticos, parásitos Giardia muris y de la bacteria Escherichia coli, que pueden ocasionar enfermedades a los seres humanos.
Los expertos han realizado el tratamiento a través de filtros con diferentes camas de zeolitas, resinas de intercambio iónico y arcillas en cuatro purificadoras que tenían alto contenido de metales pesados, logrando llegar a cero.
También fueron analizados microplásticos alojados en los garrafones reutilizados para determinar la forma de degradarlos, para lo cual utilizaron la oxidación avanzada con ozono catalizado y ozono con una degradación química básica para generar procesos de hidrólisis ácida o básica.
La doctora Lorena Sánchez Cadena, profesora de la División de Ingenierías de la Universidad de Guanajuato, hizo un llamado para generar la conciencia para ir disminuyendo el impacto ambiental y enviar menos contaminantes al agua. “También es necesario que las políticas públicas y los organismos gestores busquen dotar de agua limpia a los ciudadanos”, enfatizó.
La especialista refirió el proyecto denominado Desarrollo de una columna empacada con carbón de hueso y la remoción de flúor, desarrollado en la comunidad Valencianita, donde se detectó que estudiantes de secundarias tenían una estatura baja y tenían manchas cafés en los dientes debido al consumo de agua con contenido alto de flúor.
El doctor Félix Aguirre Garrido, docente del Departamento de Ciencias Ambientales de la Unidad Lerma, detalló que en esa sede universitaria existe un grupo especializado en el estudio de comunidades microbianas que explora la microbiología y realiza estudios genómicos y metagenómicos, trabajos que han sido reconocidos por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Ciudad de México (SECTEI).
Entre la infraestructura de análisis de dicho grupo “contamos con un servidor para analizar la información que generan las plataformas de secuenciación masiva que trabajamos y a inicios de este año el grupo también ganó una convocatoria de ciencia de frontera de biotecnología, que genera los recursos que permiten continuar con la capacidad de análisis, o bien avanzar en puntos importantes para identificar las comunidades microbianas”, señaló.
El doctor Locksley Fabián Castañeda Ulloa, investigador del Laboratorio de Tratamiento de Agua de la UG, advirtió que en acuíferos subterráneos de la región del Altiplano y la zona septentrional de Guanajuato se han detectado concentraciones de flúor y sílica hidratada por arriba de lo permitido.