Evaluará UNAM calidad energética de estufas de leña
En el mundo se calcula que casi tres mil millones de personas cocinan con leña, y en México lo hacen 28 millones, mayoritariamente en comunidades rurales y, otras, de bajos recursos, afirmó Omar Masera Cerutti, académico del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM.
Para conocer la calidad de las estufas que usan diversas formas de biomasa (especialmente leña, pero también carbón vegetal y otros biocombustibles), su eficiencia en combustión y sus emisiones contaminantes, el Laboratorio de Innovación y Evaluación en Bioenergía (LINEB), del IIES, con sede en el campus Morelia, será el primer laboratorio mexicano, y uno de los ocho mundiales, que evaluarán normas internacionales ISO para asegurar la eficiencia y calidad de estas estufas.
El LINEB fue seleccionado por la Alianza de Cocinado Limpio (CCA por sus siglas en inglés), una institución global financiada por las Naciones Unidas, que también reconoció a otros siete laboratorios: dos de Estados Unidos y los demás de Bolivia, Senegal, Uganda, Ghana y Kenia.
El objetivo de la CCA es promover el acceso a energías y dispositivos que permitan una cocción saludable para los casi de tres mil millones de personas que hoy no satisfacen esta necesidad básica, y además viven en condiciones de pobreza en áreas rurales de los países del sur global, afirmó Omar Masera Cerutti, investigador del IIES y líder del proyecto.
En México, son casi 28 millones de personas quienes emplean la leña en esta actividad, por lo cual la tarea del LINEB es fundamental para prevenir problemas de salud y ambientales por el uso de dispositivos inadecuados, señaló.
Con este reconocimiento, el LINEB se une a un selecto grupo de laboratorios globales que evaluarán estándares ISO dirigidos a asegurar la calidad de las estufas que funcionan con leña o carbón, en términos de su eficiencia de combustión, emisiones contaminantes intramuros (monóxido de carbono y partículas suspendidas); emisiones de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, gas metano, carbono negro y otros), así como su durabilidad.
Víctor Manuel Ruiz García, investigador del IIES e integrante del proyecto, destacó que el mes próximo comenzarán a recibir estufas de leña de otros países. “Evaluaremos la eficiencia térmica, emisiones con impactos a la salud y al ambiente, seguridad y durabilidad de diversas tecnologías usadas en el mundo para cocinar y diversos tipos de biocombustibles (como leña y carbón)”.
Las calificaciones también incluyen la comparación de resultados entre los laboratorios líderes a nivel mundial, lo que ayudará a generar aseguramiento de la calidad de las estimaciones a nivel internacional.
Se prevé evaluar estufas de leña con comal y chimenea usadas en México y Centroamérica; pequeñas de carbón vegetal sin chimenea, en Asia y África; gasificadores de pellets en diversas partes del mundo y, posiblemente, estufas multihornilla sin comal y con chimenea en Sudamérica. La idea es cubrir de manera general y, en la medida de lo posible, los dispositivos y tecnologías de diversas partes del orbe.
Los ocho laboratorios del mundo incluidos en el reconocimiento trabajarán de manera conjunta, acorde con sus diversas capacidades e infraestructura y proporcionarán los resultados de los diagnósticos, lo cual servirá para generar datos a nivel global y analizar la calidad de los resultados obtenidos.
Asegurar la calidad y durabilidad de los dispositivos de cocción es trascendental, pues la falta unos adecuados para cocinar pueden ocasionar la muerte prematura de cuatro millones de personas al año globalmente y a la degradación de los recursos forestales, anotó Masera Cerutti.
Al ser el único en México con este reconocimiento, el LINEB y la UNAM se ponen a la vanguardia en el tema, brindando soluciones a las necesidades de evaluación de tecnologías y combustibles alternativos para lograr la transición energética y frenar el cambio climático. Asimismo, al fomentar el uso de tecnología eficiente y accesible para cocinar con leña y carbón se contribuye a eliminar la pobreza energética del país.
Masera Cerutti indicó que este proyecto suma ciencia con mediciones sofisticadas de laboratorio con la participación de las comunidades rurales, en un esfuerzo por impulsar la innovación participativa.