Exponen peligros de las ballenas en sus rutas migratorias
El estudio Protegiendo los corredores azules destaca como la acumulación de los impactos de la pesca industrial, las colisiones con barcos, la contaminación, la pérdida de hábitat y el cambio climático están creando un camino peligroso y a veces fatal para las especies marinas.
El informe visualiza por primera vez las rutas de 845 ballenas migratorias en todo el mundo, generadas por datos satelitales. .
“El impacto total de las actividades humanas, como la pesca industrial, colisiones con barcos, la contaminación química, plástica y acústica, la pérdida de hábitat y el cambio climático, están creando un viaje peligroso y a veces fatal”, dijo Chris Johnson, líder mundial para la Conservación de Ballenas y Delfines en WWF.
“La amenaza más mortal es cuando se enredan en artes de pesca abandonadas, conocidas también como redes fantasmas, las cuales matan a unas 300 mil ballenas, delfines y marsopas cada año. Aún peor, esto sucede desde el Ártico hasta la Antártida” señala.
El informe es un análisis colaborativo de 30 años de datos científicos aportados por más de 50 grupos de investigación, con destacados científicos marinos de la Universidad Estatal de Óregon, la Universidad de California en Santa Cruz, la Universidad de Southampton y otros.
“Con los datos de los estudios de seguimiento satelital del estado de Óregón, vemos migraciones a través de aguas nacionales e internacionales que crean varios desafíos para la conservación y recuperación de sus poblaciones”, dijo Daniel M. Palacios, del Instituto de Mamíferos Marinos de la Universidad Estatal de Óregon.
Los estudios de casos destacan los puntos críticos y los riesgos que enfrentan las ballenas en sus migraciones, algunas de las cuales pueden ser de miles de kilómetros cada año. Como resultado de estos peligros, 6 de las 13 grandes especies de ballenas están clasificadas como vulnerables o en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), incluso después de décadas de protección de la caza comercial.
Entre las poblaciones de mayor riesgo se encuentra la ballena franca del Atlántico norte, una especie que migra entre Canadá y Estados Unidos y está en peligro crítico de extinción al ubicarse en su punto más bajo en 20 años, con solo 336 individuos.
Se estima que un alarmante 86 por ciento de las ballenas francas identificadas se han enredado en artes de pesca al menos una vez en su vida. Una sola muerte pone en peligro la supervivencia de esta población. Entre 2017 y 2021, 34 ballenas francas del Atlántico norte murieron frente a las costas de Canadá y Estados Unidos por colisiones con barcos y al enredarse en artes de pesca.
Protegiendo los Corredores Azules revela un nuevo enfoque de conservación para hacer frente a estas amenazas y proteger a las ballenas, a través de una mayor cooperación a nivel local, regional e internacional. “Desde WWF México se contribuye a estos esfuerzos a través del apoyo a científicos y organizaciones para entender mejor la magnitud del daño que ocasionan las artes de pesca en las ballenas y el riesgo de colisiones con barcos en el Pacífico Mexicano, así como para incrementar las capacidades locales e implementar las mejores prácticas de avistamiento turístico y rescate de ballenas enmalladas”, dijo Eduardo Nájera, coordinador de Paisajes Marinos de WWF México.
“Como investigador, este informe proporciona una guía visual basada en la ciencia que apoya la gestión eficaz y las decisiones para crear redes de áreas marinas protegidas y garantizar que las ballenas tengan todas las oportunidades de prosperar”, dijo Ari Friedlaender, ecólogo de ballenas de la Universidad de California Santa Cruz.
Los beneficios de los corredores azules protegidos se extienden mucho más allá de las ballenas. Cada vez hay más pruebas que muestran el papel fundamental que desempeñan las ballenas en el mantenimiento de la salud de los océanos y el clima global: una ballena captura la misma cantidad de carbono que miles de árboles. El Fondo Monetario Internacional estima el valor de una sola gran ballena en más de 2 millones de dólares estadounidenses, lo que suma más de 1 billón de dólares estadounidenses para la población mundial actual de grandes ballenas.
“Este informe presenta algunos de los datos más completos sobre los movimientos a gran escala de las ballenas a través de los océanos del mundo. La imagen emergente subraya la necesidad de una acción rápida y concertada y la inversión de recursos por parte de los gobiernos nacionales, los organismos internacionales, las comunidades locales, la industria y los grupos de conservación como WWF para detener este ataque submarino contra las ballenas y proteger estos corredores azules críticos”, dijo la Margaret Kinnard, líder global de Vida Silvestre en WWF.