“Extremadamente costoso” producir maíz en Sinaloa, V. Villalobos

El titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos Arámbula, reconoció que producir 18 toneladas de maíz por hectárea en Sinaloa es “extremadamente costoso”, y al productor le queda muy poco; mientras que en la ciénega de Chapala con rendimiento de 9 toneladas le va mejor al agricultor, porque sus costos de producción son menores.
Hay que recordar que Sinaloa es la entidad que abastece de maíz blanco a México durante el ciclo otoño-invierno, cuando aporta alrededor de 6 millones de toneladas, con rendimientos que van de 10 a 18 toneladas por hectárea. Pero también es una de las entidades que, según los expertos, será más afectada por el cambio climático, en especial por la escasez de agua.
Al participar en un foro, el funcionario federal hizo un llamado a reflexionar sobre los costos ambientales en la producción de alimentos, ya que durante años fuimos incrementando nuestro acceso a insumos químicos sin pensar que los suelos eran vivos, donde hay un microclima y microorganismos, que facilitan y promueven la asimilación de esos nutrientes.
Las empresas distribuidoras de agroquímicos –agregó– eran las que finalmente determinaban o recomendaban qué dosis, qué cantidad de fertilizantes, en forma cada vez más progresiva, y así lo hemos venido haciendo con compuestos y productos químicos, lo que trajo un detrimento del costo de producción en función de los insumos que hacen poco productiva la capacidad y la sostenibilidad de la actividad agrícola.
“Es muy costoso, muy oneroso, la serie de insumos productivos que estamos agregando para sacar una toneladas de maíz”, remarcó, por lo que añadió que la Sader tienen la responsabilidad de retomar como parte de su política el tema de la recuperación de los suelos.
Villalobos Arámbula también recordó que 70% del agua dulce que se destina a la agricultura se desperdicia y eso lo tenemos que revisar, porque sino empezamos a cambiar la concepción del uso de este recurso para esta actividad no habrá recursos para mantener la capacidad productiva.
Por ello, consideró necesario incorporar el concepto de huella hídrica, medir cuántos metros cúbicos requerimos para producir una tonelada de maíz, lo cual tiene un impacto importante sobre este recurso. Por ejemplo, producir un litro de leche se requieren 2.5 metros cúbicos de agua; para producir una taza de café se necesitan casi un metro cúbico (mil litros) y producir una manzana requiere 70 litros de agua.
Por lo anterior, Villalobos Arámbula hizo énfasis en que
el agua es un recurso finito y sobrexplotado, que sin duda nos llevará a definiciones de autoridad y de política más estrictas.
Con el cambio climático, abundó, hay más incertidumbre sobre los periodos de lluvias, no hay seguridad ni garantía de cuáles son las expectativas para agricultura de temporal del próximo año y anticipó que habrá serios conflictos con tema de agua.
El funcionario se preguntó, ¿seremos capaces de alimentar a la sociedad mexicana? Y contestó: no estamos en la posiblidad de responder positivamente, sino cambiamos seriamente nuestra forma de producir, con políticas diferenciadas, ser más inclusivos, ya que antes las políticas beneficiaban más a quienes tenía más capacidad gestión.
Víctor Villalobos manifestó que “tenemos el mejor país para garantizar la seguridad alimentaria” y llamó a voltear hacia el sur, donde existen cinco millones de hectáreas en desuso, que antes fueron selvas o bosques, luego ganadería, pero terminaron abandonadas. Aseguró que está superficie podemos recuperarlas, pero necesitamos conocimiento e investigación.
Por último, al participar en el diálogo El futuro de la pesca y la acuacultura, celebrado en el marco del 60 aniversario del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), expresó que con el cambio climático el daño está hecho y costará revertirlo, si es que esto se logra, porque el fenómeno impone una serie de variables fuera de nuestro control…