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Los productos orgánicos y los pueblos originarios mexicanos

83% de los productores orgánicos de México pertenecen a algún grupo indígena

El crecimiento de la producción orgánica en México ha sido muy importante en las últimas tres décadas, lo que ha sido posible por los grupos originarios que son depositarios de un enorme patrimonio biocultural que les ha permitido organizarse para la comercialización de sus productos, los cuales en un 85% se exportan a países de Europa, Asia y los Estados Unidos.

Dr. Esteban Escamilla Prado[1]

Producción orgánica. A nivel mundial se reconoce una crisis civilizatoria que incluye diversos aspectos económicos, sociales, ambientales, políticos y de salud. En la agricultura esta crisis se manifiesta por el modelo de producción convencional basado en la revolución verde que se sustenta en maximizar la producción y la rentabilidad económica. Sin embargo, este modelo no considera las consecuencias a largo plazo. Entre éstas las más evidentes son: degradación del suelo, uso excesivo y pérdida de agua, contaminación del ambiente, dependencia de insumos externos, pérdida de diversidad genética, pérdida del control sobre la producción agrícola por parte de las comunidades locales e inequidad global.

En las últimas décadas se han presentado en el mundo cambios en la demanda y el consumo de alimentos, esto se debe a una fuerte preocupación por la salud y las nuevas exigencias en cuanto a la calidad e inocuidad de los alimentos, que adquieren los consumidores, así como la protección del medio ambiente, protección de la biodiversidad y los recursos genéticos.

En oposición al modelo de revolución verde, desde finales del siglo pasado se promueve la sustentabilidad, una de sus expresiones más conocidas es la agricultura orgánica o ecológica.

La FAO (2000) define a la producción orgánica como un sistema de producción que, mediante el manejo racional de los recursos naturales, sin la utilización de productos de síntesis química, brinde alimentos sanos y abundantes, mantenga o incremente la fertilidad del suelo y la diversidad biológica.

La agricultura construida sobre bases ecológicas ya era practicada en la antigüedad, en México lo pueblos prehispánicos producían bajo técnicas agrícolas que permitieron mantener la sustentabilidad y la seguridad alimentaria de sus pobladores.

Bioculturalidad. Por otro lado, México ocupa el segundo lugar en bioculturalidad, una relación muy íntima entre los pueblos originarios y su entorno biológico inmediato, no solamente dada por la coexistencia, inevitable, sino por la construcción de un modelo cultural elaborado por generaciones que marca la identidad y las prácticas de las personas y sus instituciones en un territorio. Del patrimonio biocultural es posible visibilizar los profundos lazos entre pueblos indígenas y su medio ambiente; que los pueblos indígenas no hacen distinción entre recursos biológicos y culturales, los tratan de manera holística; y que la diversidad biológica depende directamente de las prácticas culturales de los pueblos originarios y viceversa, esto es, que la cultura y medio ambiente no pueden ser separados, ni convertidos en mercancía (Boege, 2008). Las culturas originarias han aportado el 15% del Sistema Alimentario Mundial, producto de la diversidad biológica y cultural.

En México, el Patrimonio biocultural se expresa y se mantiene vigente en el manejo cotidiano que hacen los pueblos indígenas y campesinos de la diversidad biológica y de los ecosistemas, generando, mediante el proceso de domesticación y diversificación de los elementos naturales, distintas comunidades agroecológicas (Jardón y Benítez 2016).

Café orgánico. Los inicios de la producción orgánica en México se inicio hace 55 años con la experiencia de la Finca Irlanda en el Soconusco, Chiapas. Es hasta la crisis cafetalera de 1989-1994 cuando se consolida la producción orgánica al ser retomada por las organizaciones cafetaleras, en especial los pueblos originarios, debido a que esta actividad se caracteriza por incluir los conocimientos de la caficultura tradicional, evita el uso de insumos sintéticos procedentes del exterior e intensifica el empleo de mano de obra, bajo normas y reglamentos establecidos en un primer momento por la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM) y posteriormente por agencias certificadoras. De esta manera, el café orgánico se integra a procesos organizativos democráticos y autogestionados por organizaciones de pequeños productores, aspectos sociales que además han impulsado la creación del comercio justo (Escamilla et al., 2005). En 1982, la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI) del estado de Oaxaca, inicia un proceso de reconversión orgánica de café, posteriormente otras organizaciones siguieron el mismo proceso de reconversión, lo cual corresponde con el periodo de la crisis cafetalera antes citada.

El café orgánico se cultiva mediante una estrategia productiva orientada a la obtención de café de calidad y la protección del ambiente, sin la aplicación de insumos de síntesis química, y que se rige por normas de producción y procesamiento, mismas que son vigiladas mediante un proceso de certificación que garantiza al consumidor la adquisición de alimentos de calidad sin residuos químicos, como son fertilizantes y plaguicidas. México ha sido pionero y líder en la exportación de café orgánico (Escamilla et al., 2005).

Los principales productores orgánicos son en su mayoría organizaciones de comunidades indígenas, ubicadas principalmente en los estados de Chiapas, Oaxaca y Puebla, que exportan directamente a mercados de especialidad y reciben ingresos significativos. Entre las organizaciones más exitosas están UCIRI, CEPCO, ISMAM, Majomut, Yeni Navan, Tiemelonla Nich K Lum, Tosepan Titataniske, Tzeltal Tzotsil, Maya Vinic, entre otras.

En la producción orgánica de café, México fue pionero y mantiene el liderazgo. En 2013 se reportaron 185,193 hectáreas de cultivo de café orgánico, que representa el 26.5 % de la superficie nacional cultivada con café. (IFOAM-IFBL, 2013). Sin embargo, a partir de la afectación de la enfermedad ocasionada por la roya del café, que devastó la producción nacional, se aprecia una disminución de la superficie.

Producción orgánica en México. Se puede observar que la agricultura orgánica aparece primeramente vinculada al café y a los productores de pequeña escala, sobresaliendo los grupos indígenas. En base a la experiencia del café orgánico se han sumado organizaciones de productores indígenas y campesinos de pequeña escala que producen cacao, vainilla, jamaica, mango, frijol, manzana y miel, entre otros cultivos orgánicos.

Gómez et al., 2000 reportaron a los principales pueblos originarios que realizaban agricultura orgánica por cultivo. En café, participación de nahuas, otomíes, tepehuas, mixtecos, cuicatecos, chatinos, chinantecos, zapotecos, tojolabales, tzeltales, tzotziles y mames. En vainilla, totonacos, zapotecos y mixtecos. En miel, mayas, mixtecos, amusgos, nahuas y tlapanecas. En cultivo de jamaica, mixtecos, cuicatecos, chatinos, zapotecos y chinantecos.

En relación con los estados, Chiapas y Oaxaca destacan por la mayor participación de productores de grupos indígenas. En Chiapas, tzeltales, tzotziles, mames, tojolabales y mayas. En Oaxaca, chatinos, mixtecos, zapotecos, cuicatecos, chinantecos y amusgos (Gómez et al., 2000).

Producción orgánica creciente

En México, la producción nacional de agricultura orgánica ha ido creciendo consecutivamente, para el año 2008 la producción era de 32 alimentos orgánicos, mientras que para el 2017 se reportaron un total de 83 productos.

En 2012, existían 512,246 hectáreas dedicadas a la producción orgánica y la exportación de productos ascendió a 600 millones de dólares (mdd). En tanto que el mercado nacional se estimó en 92.4 mdd (Arías, 2015).

A partir del 2016, México comenzó a incrementar el número de hectáreas destinadas a estas actividades y, por tanto, su producción agrícola orgánica. En este año se generaron divisas por más de 394 mdd anuales y ventas por 49 mdd. Para el 2017 se logró exportar casi por un valor de 1,800 mdd (Chaparro, 2018).

En el 2017 se registró el 0.63% de las hectáreas agrícolas orgánicas y un registro de 210,000 productores orgánicos, se colocó como el onceavo exportador más importante.

Los principales estados con producción orgánica son Chiapas con el 32% y Oaxaca con el 17.3%, precisamente las entidades con el mayor patrimonio biológico y cultural de México. En la actualidad, alrededor del 83% de los productores orgánicos de México pertenecen a algún grupo indígena y el 90% son productores de pequeña escala con no más de tres hectáreas.

El 85% de la producción orgánica se exporta, siendo el café el producto más destacado, al ser uno de los principales productos demandados por la Unión Europea (Alemania, Francia, Italia), Estados Unidos de Norte América, Canadá y Japón.

En la actualidad, los principales productos orgánicos en México son café, aguacate hass, plátano, frambuesa, café cereza, zarzamora, tomate rojo (jitomate), lechuga, fresa y mango. También maíz, ajonjolí, chile, calabaza, pepino, ajo, cebolla, berenjena, melón, naranja, agave, albahaca, menta, nuez, garbanzo y cártamo (Arias, 2015).

México cuenta con 210 mil productores, con 673 mil 968 hectáreas de cultivo orgánico certificadas con posición número tres a nivel mundial y 1.2 millones de hectáreas de recolección silvestre con certificación, que sitúa al país en el quinto lugar internacional (Arias, 2015; Hernández et al., 2021).

El crecimiento de la producción orgánica en México ha sido muy importante en las últimas tres décadas, este comportamiento ha sido posible por los grupos originarios que son depositarios de un enorme patrimonio biocultural que les ha permitido organizarse para la comercialización de sus productos. Cobra relevancia el cultivo del café orgánico impulsado por productores de comunidades indígenas de Chiapas y Oaxaca. De esta forma México es el país con mayor diversidad de cultivos orgánicos y ocupa en tercer lugar por el número de productores.

  • Literatura consultada.
  • Arias H., A. 2015. Productos orgánicos en México. Dirección de Estudios sobre Soberanía Alimentaria y Nueva Ruralidad. CEDRSSA. Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria. Cámara de Diputados. México.  62 p.
  • Boege E. 2008. El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México: hacia la conservación in situ de la biodiversidad y agrodiversidad en los territorios indígenas. Instituto Nacional de Antropología e Historia. Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. México, D.F.
  • Chaparro M., S. E. 2018. La agricultura orgánica en las exportaciones de México, Argentina, Uruguay (2010-2017). Fundación Universidad de América Facultad de Educación Permanente y Avanzada Especialización en Gerencia de Empresas. Bogotá D.C. 70 p.
  • Escamilla P. E., O. Ruiz R., G. Díaz P., C. Landeros S., D. E. Platas R., A. Zamarripa C. y V. A. González H. 2005. El agroecosistema café orgánico en México. Manejo Integrado de Plagas y Agroecología (Costa Rica) 76:5-16
  • Gómez C., M.A.; Schwentesius R., R.; Gómez T., L.; Arce C., I.; Quiterio M., M. y Morán V., Y. 2000. Agricultura Orgánica de México. Datos básicos. SAGAR. Subsecretaria de Desarrollo Rural. Universidad Autónoma Chapingo. CIESTAAM. Chapingo, México. 46 p.
  • Gómez M. Swchentesius R. y Gómez T. CIESTAAM. 2006. Agricultura Orgánica de México. Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo, México. 13-44 pp.
  • Gómez M. Swchentesius R. y Gómez T. 2009 Agricultura Orgánica de México. CIESTAAM Universidad Autónoma de Chapingo. Chapingo, México. 106 p.
  • Jardón B. L. y Benítez M. (2016). La comunidad agroecológica como comunidad ecológica de domesticación y de conservación, en: Fabrizzio Guerrero McManus, Octavio Valadez Blanco y Eduardo Vyzcaya Xilotl (Eds.) Naturaleza, Ciencia y Sociedad: 40 años del pensamiento crítico interdisciplinario en la Facultad de Ciencias, UNAM. Ed.coPit-arXives
  • Vázquez B., A. I.; Hernández O., M, y Ortiz M., I. 2021. Agricultura Orgánica en México, 2007-2019. Investigación Científica. Vol. 15 No. 9.  9 p.
  • [1] Profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo. Centro Regional Universitario Oriente. Huatusco Veracruz.
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