México cumple 4 años sin autorizar transgénicos, reporta USDA
México es uno de los mayores importadores del mundo de maíz y soya transgénicos, sin embargo,no tiene ninguna aprobación oficial de alimentos o piensos biotecnológicos desde mayo del 2018 ni tampoco se tienen plantas o cultivos genéticamente modificados en desarrollo para su comercialización dentro de los próximos cinco años, informó el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
“El entorno de la política regulatoria de la biotecnología en México se ha vuelto cada vez más incierto bajo la administración actual. Hay una creciente acumulación de alimentos y piensos biotecnológicos actualmente pendientes de aprobación, muchos de los cuales han superado el plazo de revisión y aprobación reglamentario”, señala.
Los permisos para la siembra de maís, soya y algodón transgénicos y otros cultivos, “han sido rechazados constantemente en los últimos años; sin embargo, el país es cada vez mas dependiente de las importaciones de granos básicos al no contar con una producción interna necesaria y suficiente, para el abastecimiento del mercado nacional”, puntualiza el USDA.
Detalló que el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad de los Alimentos (Senasica), organismo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), no ha aprobado ninguna solicitud de plantación de transgénicos desde 2019 y no se han otorgado permisos para plantación experimental o piloto en 2019, 2020 o 2021.
Durante la primera semana de diciembre de 2021, se actualizó el Registro Nacional de Bioseguridad (NRB), administrado a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACYT), para reflejar las solicitudes de permisos de siembra de transgénicos para 2020 y 2021. La primera actualización desde marzo de 2020 reflejó 15 solicitudes en proceso para algodón transgénico en 2020 (dos experimentales, cuatro piloto y nueve comerciales) y una solicitud para la siembra comercial de alfalfa transgénica en 2021.
A través de un reporte, el USDA recordó que el 1° de enero de 2021, entró en vigor el Decreto que exige la eliminación gradual del glifosato y el maíz transgénico para enero de 2024, y su sustitución por alternativas sostenibles y “culturalmente apropiadas”. Sin embargo, México importó 3.1 mil millones de dólares (mdd) y 2.2 mil mdd de maíz y soya, respectivamente, con suministros principalmente de Estados Unidos.
La siembra de maíz transgénico está restringida desde 2013 por una demanda colectiva de maíz transgénico –presentada por un grupo de peticionarios ciudadanos– que afirmó que “el maíz transgénico afecta el derecho humano a la conservación, el uso sostenible y la distribución justa y equitativa de la diversidad biológica del maíz nativo”. El 31 de diciembre de 2020, el gobierno de México publicó un decreto que exige la eliminación gradual del maíz transgénico utilizado para el consumo humano para enero de 2024.
También refiere que
México ha rechazado o retrasado todas las solicitudes de permisos para el cultivo de algodón transgénico, citando el principio de precaución.
Recordó que el algodón es el único cultivo transgénico sembrado en México, y la producción alcanzó un récord en el año comercial 2018/2019, pero la falta de disponibilidad de semillas actualizadas junto con desafíos adicionales en el sector, ha reducido significativamente la producción en alrededor del 33% y la calidad. El área plantada para 2021/22 se pronosticó en 159 mil hectáreas, una reducción del 35% en comparación con 2018/2019. Esto como resultado directo de la falta de semillas transgénicas.
Las exportaciones de semilla de algodón estadounidense hacia México alcanzaron los 13 millones de dólares (mdd) en 2020, por debajo de un máximo de 17 mdd en 2018. Hasta junio de 2021, el comercio disminuyó 86%, en comparación con el mismo período de 2020, alcanzando solo 2 mdd. Históricamente, toda la semilla de algodón se importa de Estados Unidos; sin embargo, se sugiere que solo 40% de las semillas de algodón sembradas en este período de crecimiento se compró a empresas estadounidenses oficiales. Es probable que este porcentaje disminuya aún más en los años siguientes, ya que las variedades antiguas dejarán de producirse.