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México desaprovecha cadena de valor de pesca y acuacultura

  • Especialistas en pesca y acuacultura destacaron el papel de estos sectores para la seguridad alimentaria del país e insistieron en la necesidad de hacer uso de la investigación científica y la tecnología para elevar la producción de manera sostenible, además de invertir para fomentar estas actividades e implementar políticas públicas de fomento, donde se incluya un programa como Sembrando vida en el mar o la acuacultura.

En México, por cada dólar que se invierte en extracción de recursos pesqueros se generan 60 centavos en la cadena productiva, a nivel global son 3.8 dólares, en América Latina 3.27 dólares, algo pasa en nuestro país que no estamos aprovechando la cadena de valor, planteó el investigador del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), Miguel Ángel Cisneros Mata, en el marco del 60 aniversario del organismo.

Durante el diálogo, El futuro de la pesca y la acuacultura, el especialista advirtió que las proyecciones en condiciones socioeconómica menos favorable anotan que en el noroeste mexicano, donde hoy se producen la mayor parte de recursos pesqueros, no son positivos y en el caribe mexicano, donde podría verse favorecido por dicho fenómeno, las perspectivas tampoco son muy halagüeñas , por diversos factores; además que existe preocupación por la operatividad del programa nacional de desarrollo 2020-24 y la política pública tiene que reconocer las diferencias entre regiones.

Los expertos destacaron que en México el consumo aparente de productos marinos, que contempla pesca y acuacultura, es de 12 a 14 kilos por año, pero según un estudio en las comunidades pesqueras es cuatro veces más grande y destacaron el potencial que existe para alimentar en forma nutritiva y sustentable a la población mexicana.

La embajadora designada de México en Chile, Alicia Bárcena Ibarra, destacó la tarea de Inapesca a 60 años de su creación y recordó que fue un instituto de excelencia entre los años 1976-1982, cuando también había los recursos, de los cuales hoy en día estamos adoleciendo, “ya no se si de la austeridad republicana o de la quién sabe qué (pobreza) franciscana. Estamos fatal, en el sentido de que deberíamos invertir en cosas como esta, que es el futuro de nuestro país”.

La ex secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y también ex directora del Inapesca recordó que en aquellos años aumentaron los centros regionales de investigación pesquera a 14 y a 11 los barcos de investigación y se destacó la generación de tecnología y los vínculos que había con la industria.

Hizo referencia a que ha habido disminución muy fuerte de recursos en Inapesca, desde 2006 empezó a declinar el número de investigadores, había 450, y “ha caído fuerte, ha habido menos recursos y otras prioridades”. Abundó en la necesidad de contar con una institución que se aboque a la investigación, al desarrollo pesquero y acuícola, a proporcionar asesoría científica y tecnológica, diferenciando, “no siendo juez y parte, lo cual es clave para manejo pesquero en México”.

Por otra parte, consideró que aplicar el esquema Sembrando vida a las unidades de acuacultura, pesca de pequeña escala y artesanal, favorecerá directamente a las comunidades dedicadas a estas actividades y coadyuvará en la reconstrucción del tejido social, transferencia de conocimientos, recuperación de ecosistemas y potenciación de la productividad.

Al mismo tiempo, añadió, el crecimiento azul puede generar más empleo, especialmente para mujeres. También advirtió sobre el gran desafío del cambio climático, donde se debe poner énfasis en la adaptación climática de las zonas costeras y grandes cuencas hídricas del país y hacer de la acuacultura y la pesca una actividad resiliente, rentable e inclusiva, con un nuevo estilo de desarrollo no extractivista sino desarrollo sostenible.

Hizo un llamado a actuar en áreas emergentes, en la actualidad el contexto internacional está a favor de la transformación azul, porque gran parte de solución o de debacle al cambio climático estará en los océanos, por lo que se requiere un plan de adaptación climática en zonas costeras, en zonas continentales; el mundo va a enfrentar estrés hídrico, sequías y abundantes lluvias, y hemos perdido el control y debemos analizar cómo nos preparamos para ser más resilientes ante estos fenómenos.

Dejar mentalidad extractiva

En su participación, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos Arámbula, anotó que el gobierno de México promueve políticas públicas y acciones para aprovechar el alto potencial productivo de la pesca, acuacultura y maricultura del país, con la asistencia científica y técnica del Inapesca para lograr una actividad sustentable e inclusiva.

Manifestó que se requiere de una actividad pesquera y acuícola que sea sostenible, ya que no es con mentalidad extractiva, de sacar el mejor provecho hoy, sin pensar en el mañana, como se alcanzarán soluciones. Estas actividades están esperando su oportunidad, “no lo hemos hecho bien, no hemos incorporado toda la capacidad productiva en el litoral y agua interiores”.

El funcionario federal destacó el papel fundamental de este subsector en la producción y disponibilidad de alimentos sanos y nutritivos, por lo que destacó que el gobierno federal trabaja en programas y componentes que permitan incorporar más investigación y tecnología para la conservación y aprovechamiento de los recursos del mar y sistemas acuícolas.

Villalobos Arámbula comentó que la investigación del Inapesca permite avanzar hacia una mayor conservación y aprovechamiento de los recursos del mar y la acuacultura e hizo un reconocimiento al trabajo de los investigadores del organismo y su contribución como “brazo técnico y científico”, orientado a la conservación y sustentabilidad de la pesca y acuacultura del país.

El titular del Inapesca, Pablo Arenas Fuentes, resaltó que la producción sustentable acuícola y, en particular, la de la maricultura, deben jugar un papel fundamental en el futuro, ante la escasez de agua dulce y porque la pesca tradicional está en su límite productivo, es decir, no se pueden duplicar o triplicar los volúmenes de captura.

Para mantener una producción sustentable a largo plazo, dijo, se requiere de la investigación pesquera, que arroja datos sobre dónde y en qué cantidad se encuentran los recursos del mar. Si no se sabe con qué recursos se cuenta, no se puede administrar, debido a que lo que no se conoce se pierde, se diluye y se desperdicia. “La investigación es indispensable para administración de recursos pesqueros y de acuacultura, es esencial, sin ella estamos navegando a ciegas”.

Consideró que una pesquería que tiene salud está bien manejada, y para ello se requiere de la ciencia, de un orden y de la aplicación efectiva de la ley, con mejor inspección y vigilancia, pues las tres cosas van de la mano.

Los expertos hicieron alusión a la necesidad del ordenamiento pesquero, de  eliminar la pesca ilegal,  disminuir pérdida –que suman 250 mil toneladas de fauna acompañante en camarón– y ser trasparentes, trabajar en cadenas de valor e impulsar a este sector productivo que es generador de alimentos para la seguridad alimentaria y  de empleos en comunidades pesqueras y rurales.

 

 

 

 

 

 

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