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México es dependiente del exterior en su alimento más simbólico y ancestral, el maíz

 En 2022 importará 18 millones de t de maíz amarillo/en 2021 gastó 5 mil mdd en este grano

México llega a la celebración del Día Nacional del Maíz con mayor dependencia del exterior, dado que las importaciones del cereal alcanzará un nuevo récord en 2022, con 18 millones de toneladas, debido a que las políticas públicas, al menos desde hace tres décadas, desincentivaron el cultivo y el sector agroempresarial privilegió la compra de grano barato de Estados Unidos, en detrimento de la producción nacional.

La presente administración federal tampoco ha logrado revertir esta dependencia del alimento más simbólico y ascentral que permea en formas diversas la cultura de los mexicanos. Cabe aclarar que nuestro país es autosuficiente en maíz blanco; pero dependiente en grano amarillo, que demanda principalmente la industria pecuaria.

En este contexto, las importaciones estimadas para el cierre del presente año representan 40.5% del consumo nacional y desde 1994, cuando inició el Tratado de Libre Comercio (TLCAN), la demanda ha crecido 120%, mientras que la producción sólo en 47%.

De tal forma que en 1994, la producción nacional era de 18.2 millones de toneladas y para el presente año es de 26.7 millones, mientras que las importaciones de 26.7 y 46 millones de toneladas, respectivamente, según datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), con base en cifras del SIAP.

El año pasado el país gastó casi 5 mil millones de dólares (mdd) en importaciones de maíz, casi seis veces el presupuesto destinado para la compra de fertilizantes en 2023, expuso el presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC), Luis Eduardo González Cepeda.

También aseveró que si los rendimientos por hectárea del maíz rondan las tres toneladas en promedio, es factible elevarlos hasta 15 toneladas, como lo demuestra la productividad de este cultivo básico para la dieta nacional, en estados como Sinaloa y Jalisco, que tienen los medios técnicos necesarios para producir en esas cantidades.

Consideró que es “urgente reorientar el enfoque de la política agrícola para iniciar el proceso de modernización del campo mexicano, pues el modelo agroindustrial es el más eficaz para garantizar la productividad de granos básicos como el maíz, del que se deriva una gran variedad de alimentos que distinguen a la comida mexicana.”

González Cepeda, manifestó en un comunicado que, “si bien las prácticas agrícolas tradicionales son muy respetables, no es factible que con estas se produzcan alimentos que bajen los precios de la canasta básica, porque solo un campo moderno dará la productividad necesaria en cultivos como el maíz para disminuir las importaciones de alimentos de Estados Unidos.

Defienden maíz nativo y agricultura agroecológica

Por su parte, la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País (CNSMNHP), que impulsó la celebración del Día Nacional del Maíz, hizo un llamado a promover la transición agroecológica de la producción agroalimentaria y la protección de las semillas libres, que privilegie la pequeña y mediana producción campesina e indígena y “a rescatar un campo sustentable y digno, por la soberanía alimentaria con campesinas y campesinos, sin transgénicos, sin plaguicidas como el glifosato y con justicia y equidad”.

Por medio de un comunicado, anotó que, “es urgente retribuir y dar apoyos a quienes usan, conservan y desarrollan la diversidad de semillas. También se debe reconocer la gran calidad de los maíces nativos y otros alimentos agroecológicos originarios, hoy sumamente apreciados en la gastronomía mundial por su calidad y diversidad, pagando un precio justo por ellos con un sobreprecio que vaya por encima del maíz industrializado, sin que esto signifique elitizarlos”.

En el marco del festejo llamó a hacer una defensa e incorporación del marco legal del Decreto Presidencial del 31 de diciembre que elimina progresivamente el uso del glifosato, así como la liberación al ambiente del maíz transgénico y el uso de su grano en la alimentación de los mexicanos: a impulsar la aprobación de la Ley General de la Alimentación Adecuada; y a rechazar la iniciativa de Reforma a Ley Federal de Variedades Vegetales que tiene el fin de adherir a México al convenio UPOV 1991, que nuestro país no debe firmar.

La CNSMNHP anotó que se debe “impulsar no sólo un cambio en relación con el pasado neoliberal, sino la puesta en el centro del desarrollo del campo, de un modo de vida campesina, de prácticas culturales, comunitarias y de opciones ambientales diferentes”..

 

 

 

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