Ciencia y Tecnología

Obtienen investigadores de la UAM patente para clonar embriones de borrego cimarrón

Investigadores del la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) obtuvieron la patente del proceso para clonar embriones de borrego cimarrón mexicano con el propósito de preservar sus subespecies.

Los doctores María del Carmen Navarro Maldonado y Demetrio Alonso Ambriz García, académicos del departamento de Biología de la Reproducción de la Unidad Iztapalapa explicaron que el método consiste en utilizar y combinar agentes antioxidantes en la maduración in vitro de los ovocitos empleados como citoplastos o receptores de núcleo, extractos de ovocitos para la reprogramación de las células somáticas que sirven de carioplastos o donadoras de núcleo, y medios secuenciales para el desarrollo de los embriones reconstruidos a partir de ellas, lo cual permite mejorar la calidad de aquellos clones de la especie, que es una de las muchas de fauna silvestre endémica en peligro de extinción, por lo que se hacen esfuerzos importantes para su conservación.

En este caso “nuestra labor de investigación está orientada a las posibilidades que ofrece la reproducción animal asistida”, pues desde hace muchos años se sabe que la subsistencia va de la mano del aprovechamiento y, en cuanto al Ovis canadensis ssp., ha podido perdurar porque hay comunidades y ranchos específicos donde es cuidado y criado con fines de cacería, sobre todo los machos adultos, expuso Ambriz García.

Si bien a un sector de la sociedad no le agrada, esta actividad despertó el interés en la protección y la detección de las unidades de manejo y aprovechamiento, sin embargo, hace falta la parte genética y “es ahí donde nosotros entramos, a partir de técnicas de reproducción asistida que implementamos” y por las cuales se otorgó una patente a los científicos.

El responsable del Laboratorio de Reproducción Animal Asistida precisó que el Área de Investigación, del mismo nombre, fue creada hace 25 años, cuando el grupo de especialistas comenzó a trabajar en este campo con ejemplares de abasto, de granja y silvestres en manejo de semen; congelación de gametos y embriones; inseminación artificial; transferencia de embriones y, más recientemente, en clonación de éstos.

Una de las posibilidades de la clonación de embriones es lograr borregos cimarrones a partir de los llamados animales trofeo, que por los permisos de cacería llegan a cotizarse hasta en tres millones de pesos, mientras que “con las condiciones que tenemos en la Universidad, los subsidios y financiamientos, el costo de un embrión producido en nuestro Laboratorio sería de apenas tres mil pesos”.

Al no tener un carácter comercial se pueden introducir estas técnicas y, por fortuna, “nos hemos aliado con colegas de otras instituciones que tienen mayor participación en el sector económico y estamos haciendo lo necesario para que, en un plazo muy corto, haya embriones clonados en México”, lo que implica “un esfuerzo muy comprometido de los profesores que pertenecen al equipo para que, con las condiciones que la UAM puede darnos, podamos alcanzar ese gran objetivo”.

Los aspectos centrales de la indagación son la transferencia de estos embriones a los úteros de las hembras subrogadas que los van a gestar; propiciar el nacimiento de las crías; darles seguimiento, y demostrar las adecuadas condiciones de salud y reproductivas.

A partir de estas técnicas “podemos seguir reproduciendo, aun si el ejemplar ha muerto”, lo que resulta relevante en los ramos productivo y de conservación. La patente ha sido “motivo de mucha alegría y satisfacción, por lo que significan estos avances científicos” para la Casa abierta al tiempo y el país, aseveró el docente de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud.

La doctora Navarro Maldonado expuso que el proyecto Preservación del Borrego Cimarrón está basado en procesos relacionados con las biotecnologías para la clonación de embriones de esta especie en riesgo de extinción, la cual “nos interesó por ser endémica del norte, estar en la lista roja y considerada trofeo que se cotiza a un precio muy alto en programas de cacería, así como emparentada con otras domésticas de borrego”.

Como ocurre con la mayoría de las silvestres y domésticas, “primero se busca estandarizar la técnica que se piensa aplicar en el individuo deseado en animales modelo experimentales que pueden ser de bioterio, ya sean roedores u otros emparentados con el ejemplar de interés”.

Los métodos biotecnológicos “ya los habíamos usado con el borrego doméstico y quisimos extrapolarlos en uno de interés nacional; con el apoyo de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México; la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; la Dirección General de Zoológicos y Vida Silvestre (DGZVS), en particular el Zoológico de Chapultepec, pudimos obtener muestras de piel de oreja de individuos machos y hembras de borrego cimarrón”.

En unidades de manejo y ranchos cinegéticos, sobre todo en Baja California Sur, se pudo recuperar –de la cacería autorizada– tejido de órganos internos –pulmón e hígado– del cual derivaron células somáticas, trasportadas luego al laboratorio para lograr las que pudieran ser empleadas como carioplastos, es decir, aquellas que donan su información genética a un ovocito de cualquier otra especie y, a través de electrofusión y activación química, se lleva a cabo la clonación de embriones.

Con el método patentado, algunos tratamientos favorecen la reprogramación del núcleo de la célula somática “que, de manera coloquial, podemos decir que va a ocupar el lugar del espermatozoide una vez que se ha fusionado con el ovocito” para que aquel con el que se va a trabajar sea de buena calidad.

Estos son aspectos para integrar, tanto la parte que se corresponde con el carioplasto como con el citoplasto, es decir, tanto con la célula donadora de núcleo como con la receptora; de esta manera se propone la patente con la que se van a utilizar diferentes concentraciones, en el primer caso, de extractos de ovocitos y, en el segundo, de antioxidantes.

La clonación por trasferencia nuclear de células somáticas –como en el fibroblasto de piel– es algo no diseñado necesariamente por la naturaleza, “pero contamos con conocimiento científico y tecnología suficientes para hacer maravillas, pues cualquier célula somática de nuestro cuerpo que no corresponda a un gameto –sea masculino como el espermatozoide o femenino como el ovocito u óvulo– es capaz de desdiferenciarse del tipo celular en el que está siendo interpretado para convertirse en un embrión”.

Este es uno de los primeros pasos indispensables para la reprogramación de la información genética de ese fibroblasto de piel para que, una vez incorporado a un ovocito carente de núcleo, se desprograme como célula de piel y se reprograme para transformarse en un embrión, el cual será cultivado en incubadoras que funcionan semejando las condiciones del vientre materno y permiten el desarrollo de los embriones hacia etapas previas a su implantación.

UAM

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