Internacionales

Refuerzan sanidad animal y sistemas agroalimentarios a escala mundial

Para proteger la vida humana, sus medios de subsistencia y, al mismo tiempo, mejorar los sistemas agroalimentarios y salvaguardar el medio ambiente, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) amplian esfuerzos encaminados a reforzar la seguridad de la sanidad animal en el mundo.

USAID reafirmó su firme compromiso con la FAO a través de la donación de 250 millones de dólares para financiar el Programa mundial de seguridad sanitaria de la Organización durante otro período de cinco años (2022‑27).

La nueva financiación ayudará a ejecutar el Plan de acción conjunto sobre Una Salud de la asociación cuatripartita, al posibilitar que los países, con el apoyo de la FAO, mantengan las capacidades esenciales relativas a la sanidad animal y a Una Salud que se han desarrollado en más de 30 países de África, Asia meridional y el Pacífico, y el Cercano Oriente y África del Norte. También contribuirá a fortalecer las capacidades de algunos nuevos países seleccionados, lo que ayudará a las partes interesadas nacionales y regionales a mejorar la prevención y detección de amenazas sanitarias y la respuesta ante estas en las interfaces humana, animal y medioambiental.

“El desplazamiento de seres humanos, la crisis climática, la complejidad de las cadenas de valor y el comercio de ganado, fauna silvestre y sus productos contribuyen al aumento de la propagación de enfermedades. Tenemos que ampliar la escala de nuestras actividades y nuestros esfuerzos de colaboración para frenar esta propagación, y la nueva financiación permitirá a la FAO fortalecer la capacidad local en materia de sanidad animal, prestar asistencia técnica en materia de análisis de riesgos y vigilancia de enfermedades, así como reforzar el control de los brotes y la preparación y la respuesta ante estos mediante el enfoque ‘Una salud’”. El resultado final es una mayor contribución de los sistemas de sanidad animal a la seguridad sanitaria en los planos local y mundial, y a la prevención eficaz de nuevas pandemias, señaló QU Dongyu, director general de la FAO.

La asociación renovada continuará la labor que la FAO ha llevado a cabo a través de su Centro de Emergencia para la Lucha contra las Enfermedades Transfronterizas de los Animales en Asia y África desde 2005. El Centro ha trabajado en más de 30 países y su alcance se está ampliando geográficamente gracias a la nueva contribución según fundamentos estratégicos y epidemiológicos. El apoyo a los países también los ayudará a impulsar otras inversiones en el ámbito de la seguridad sanitaria y la transformación de los sistemas agroalimentarios, en particular donaciones y préstamos de instituciones financieras internacionales.

La gran mayoría de las enfermedades zoonóticas infecciosas emergentes y endémicas son de carácter transfronterizo. En el Programa mundial de seguridad sanitaria de la FAO se prevé la integración de perspectivas regionales y epizonales, que asegurarán la coherencia de los enfoques aplicados, en la prevención y el control de las enfermedades, así como un uso más eficiente de los recursos disponibles en entornos con recursos limitados y el aprovechamiento de los recursos institucionales y de los Miembros.

Las actividades se centrarán en los puntos críticos de control a lo largo de la cadena de suministro y en la promoción de la bioseguridad, las precauciones de higiene y las prácticas adecuadas y sostenibles de producción en las interfaces animal‑animal y animal‑ser humano con miras a reducir las amenazas sanitarias de origen animal y salvaguardar la salud pública, los medios de vida y los sistemas agroalimentarios.

Para conseguir un enfoque más sólido en materia de control de las enfermedades, se debería continuar apoyándose y ampliándose los intercambios técnicos bilaterales y multilaterales, así como la colaboración transfronteriza entre los países beneficiarios, con especial atención a las evaluaciones de los riesgos, la vigilancia basada en el riesgo, el diagnóstico y la caracterización de patógenos en relación con la bioseguridad y la bioinocuidad, y también a la prevención y la reducción de riesgos, lo que incluye la vacunación, la prevención de las infecciones y el uso racional de los antimicrobianos.

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