Seis de siete especies de tortugas marinas en peligro de extinción
Llaman a reforzar cuidados para su conservación
Las tortugas, hace unos 200 millones de años atrás convivieron con los dinosaurios, pero en nuestros días, seis de las siete tortugas marinas que existen se encuentran en peligro de extinción, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, (UICN) que recoge en su lista roja siete especies de tortugas amenazadas, de las cuales México alberga seis.
Su crecimiento poblacional y conservación han estado amenazados por diversos factores, hasta ser declaradas en peligro crítico, con una alta vulnerabilidad y en riesgo de extinción.
En los océanos las tortugas se encuentran con la contaminación por fuga de combustibles de naves marítimas, con una infinita cantidad de desechos plásticos y basura y con los cambios climáticos ocasionados por las modificaciones de temperatura de mares y océanos que afecta no solo la calidad de vida, sino la movilización de estas especies.
En México la utilización de redes para la pesca sostenible pueden atrapar a estas especies, herirlas y provocarles la muerte. Además, sufren la presencia de depredadores (seres humanos y otros animales) en la época de desove e incubación de huevos, y también la caza furtiva e indiscriminada para la comercialización de su carne, caparazón y huevos en el mercado ilegal.
Ante esa situación, la UICN impulsa la celebración, cada 16 de junio, del Día Mundial de las Tortugas Marinas, con el propósito de crear conciencia entre la población del peligro que corren y las amenazas que acechan a estos animales, así como involucrar a la humanidad en el cuidado y supervivencia de la especie, para lo cual se cuenta con el apoyo de innumerables organizaciones ecologistas y ambientales.
Caracterizadas por el caparazón que forma parte de su esqueleto, el cuerpo de una tortuga se conforma de 50 huesos. Las tortugas marinas son reptiles omnívoros; se alimentan de corales, algas, calamares y medusas, que consumen con una dentadura conformada por picos de queratina ubicados en la parte superior de sus bocas.
En las épocas de reproducción e incubación de huevos suelen volver al lugar donde nacieron. Pueden incubar más de 100 huevos en un lapso de 60 días. Los esfuerzos para su conservación toman relevancia porque su índice de sobrevivencia es muy bajo: se calcula que una de cada mil crías sobrevive y alcanza la edad adulta.
El ser humano es el otro gran depredador de los quelonios marinos. Cuando se quedan atrapadas en las redes de pesca mueren ahogadas, pero también afecta la destrucción de su hábitat, ya que el desarrollo costero destruye sus lugares de anidación y se agrega la contaminación por plásticos, la caza furtiva para aprovechar su carne, los caparazones y los huevos de las tortugas, que son considerados un producto delicioso en algunas culturas, además del cambio climático que incide en la elevación del nivel del mar y la creciente intensidad de las tormentas, son reales amenazas para estas especies de caparazón.
Existen varios lugares en México donde se puede ver a las tortugas después de la eclosión de los huevos, entre los meses de agosto y diciembre. En las playas de Oaxaca, entre Huatulco y Puerto Escondido; La Escobilla y Mazunte son dos sitios relevantes para la anidación y el desove, principalmente de tortuga golfina. En Mazunte se ubica el Centro Mexicano de la Tortuga, donde trabajadores de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas realizan grandes esfuerzos para colectar huevos, cuidarlos en incubadoras especiales y, al nacer las tortuguitas, las llevan al mar.
En playas de Akumal, en la Riviera Maya, de noviembre a mayo encontrarás y podrás ayudar a los bebés de las especies prieta, laúd, carey y golfina para que lleguen al mar, pues si bien la distancia en la playa para llegar al mar es corta, para los pequeños quelonios representa todo un desafío lograrlo.