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Apoya FAO a 34 países vulnerables ante efectos de El Niño sobre sus actividades agrícolas

Bajo la inminente amenaza de El Niño, que se prevé que afecte considerablemente a millones de personas, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha puesto en marcha un Plan de acción preventiva y respuesta actualizado a fin de reducir los efectos previstos de este fenómeno climático en los medios de vida agrícolas y la seguridad alimentaria de las poblaciones con mayor riesgo y más vulnerables.

Según el Plan, la FAO necesita urgentemente cerca de 160 millones de dólares para brindar apoyo a más de 4.8 millones de personas hasta marzo de 2024.

Actualmente, el Plan otorga prioridad a la adopción de medidas en 34 países de África oriental y austral, América Latina y el Caribe y Asia y el Pacífico, que se determinaron sobre la base de una evaluación de las repercusiones históricas de El Niño y otros factores importantes, tales como las previsiones climáticas estacionales más recientes, la estacionalidad de la agricultura y las vulnerabilidades actuales.

Consecuencias

El mundo afronta este ciclo de El Niño con una cifra récord de 258 millones de personas aquejadas de hambre aguda en 2022 y solo el 20% del total de fondos necesarios para hacer frente a los altos niveles de inseguridad alimentaria aguda. Muchos países víctimas de crisis humanitarias corren también el riesgo de verse afectados por los efectos de El Niño en las próximas semanas y meses.

Al perturbar los regímenes de precipitaciones y de temperaturas, la repercusión de los próximos episodios de El Niño en la agricultura y la seguridad alimentaria puede ser grave y provocar un importante sufrimiento humano y pérdidas económicas. Por ejemplo, el episodio de El Niño de 2015-16 afectó gravemente a más de 60 millones de personas en todo el mundo y llevó a 23 países a solicitar asistencia humanitaria internacional, por un valor total de 5 000 millones de dólares.

Ampliar las medidas preventivas

Los agricultores, los pastores, los pescadores y otros pequeños productores soportan los efectos más directos e inmediatos de las perturbaciones climáticas. Por lo tanto, una acción preventiva eficaz debe concentrarse en prevenir los daños y la pérdida de cultivos, ganado, tierras productivas, agua e infraestructuras para proteger los alimentos en su origen.

Esto no solo salvaguarda el suministro de alimentos locales, sino que también mitiga efectos más amplios en las comunidades, las economías locales y las necesidades de ayuda humanitaria. La FAO estudia la forma en que cada dólar invertido en acción preventiva pueda generar un rendimiento para las familias agrícolas de más de 7 dólares en pérdidas evitadas y beneficios añadidos.

La Organización empezó a aplicar medidas preventivas para este episodio de El Niño en el primer semestre de 2023. En Somalia, por ejemplo, la reparación de unos 4 600 metros de puntos de rotura a lo largo del río Shebelle protegerá casi 40 000 hectáreas de tierras de cultivo de las inundaciones previstas.

Asimismo, la distribución oportuna de semillas de cultivos tolerantes a la sequía y de ciclo corto en América central ha ayudado a que cada familia receptora de asistencia produzca unos 60 kg de hortalizas cada dos meses a fin de mitigar la repercusión de la sequía causada por El Niño en la producción local de alimentos. Esto reducirá la probabilidad de que las familias recurran a mecanismos de supervivencia negativos, como vender activos o saltarse comidas.

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