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Clorpirifos, insecticida que ocasiona severos daños a salud, ambiente y puede afectar agroexportaciones de México

El clorpirifos es una neorotoxina que afecta al sistema nervioso central y que no obstante sus efectos severos en la salud y el medio ambiente se continúa aplicando en México en más de 50 cultivos agrícolas para el control de insectos y ácaros; además, implica un riesgo comercial para las agroexportaciones, dado que Estados Unidos, Canadá y la Unión Europa, no aceptan cultivos con residuos de este insecticida.

40 países han prohibido su uso, pero en territorio mexicano se usa incluso contra ectoparásitos en el ganado, en collares para animales domésticos y está autorizado en campañas de salud pública para el control de mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue.

Los expertos han documentado sus efectos y estudios epidemiológicos sugieren que a muy bajos niveles de exposición, el clorpirifos provoca alteraciones hormonales y “durante el embarazo puede afectar el desarrollo cerebral de las niñas y niños, causando alteraciones en la morfología cerebral, retrasos en las funciones cognitivas y funciones motoras, problemas de atención y temblores; efectos que pueden manifestarse años después, en la infancia y adolescencia, con un daño permanente”.

Estas son solo algunas de las razones por la que 750 personas entre representantes de organizaciones sociales, de asociaciones civiles, académicos, enviaron una misiva los titulares de las secretarías de Salud y del Medio Ambiente, Jorge Carlos Alcocer y María Luisa Albores, para quetomen acciones frente a la grave amenaza a la salud y al ambiente que representa mantener la autorización del uso de los insecticidas clorpirifos etilo y clorpirifos metilo, lo que vulnera derechos humanos fundamentales de la población de México como son el derecho a la salud, el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible y a una alimentación sana”.

“La evidencia científica es contundente, en los niños no hay niveles seguros de exposición al clorpirifos lo que vulnera gravemente el derecho de niñas y niños a su pleno desarrollo”, señala Aurora Elizabeth Rojas García de la Universidad Autónoma de Nayarit y miembro de la Red de Toxicología de Plaguicidas, quien junto con Fernando Bejarano. director de la Red de Acción sobre Plaguicidas y sus Alternativas en México (RAPAM), han documentado los daños a la salud y el medio ambiente de este insecticida.

El clorpirifos también “tiene una elevada toxicidad en abejas, peces, y otras especies como invertebrados, anfibios, aves y mamíferos”.  En comunidades de la península de Yucatán el insecticida ha sido reportado como uno de los causantes de una gran mortandad en abejas, según monitoreo de la Alianza Maya por las Abejas de la Península de Yucatán Kabnalo’on realizado de 2018 a 2022.

La comunicación enviada a los secretarios de Salud y del Medio Ambiente anota que:

en México, se ha confirmado la presencia de clorpirifos en lagunas y sedimentos, leche comercial pasteurizada, agua de escorrentía, desagues y ríos, en distintos estados de la república. Se ha encontrado en frutas, vegetales, leche de vaca, maíz, panales de miel y cera”.

Uso agrícola amplio

Los registros ante la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)  incluyen el uso de este insecticida en cultivos de maíz, sorgo, frijol ejotero, soya, trigo, lima, limonero, manzano, pepino, mandarina, naranjo, tangerino, toronja, arándano, frambuesa, fresa, grosella, zarzamora, algodón, alfalfa, arroz, chile, jitomate.

En la carta descrita se pide a la Secretaria de Salud “cancelar todos los usos autorizados de los registros de clorpirifos etilo y clorpirifos metilo, y negar la autorización de nuevos registros, incluyendo los usos agrícola, pecuario, forestal, doméstico, jardinería, urbano e industrial”.

Refiere que en América Latina dichos productos han sido prohibidos en Argentina, Chile, Colombia y Nicaragua, por lo que, “México debe sumarse a esta prohibición cuanto antes”.

“México debe sumarse a la lista de países que han prohibido el clorpirifos etilo y metilo para proteger la salud y el ambiente de la población mexicana; además, hay alternativas  agroecológicas a estos insecticidas altamente peligrosos”, recalcó Fernando Bejarano.

Las organizaciones también solicitan a la Semarnat negar las importaciones del clorpirifos etilo y clorpirifos metilo de los países donde está prohibido; a la Secretaría de Salud iniciar una campaña de concientización sobre los riesgos a la salud de la exposición al clorpirifos en población infantil, jornaleras y jornaleros agrícolas, productores rurales, comunidades rurales, y consumidores; así como incluir al clorpirifos etilo, como uno de los plaguicidas altamente peligrosos.

Igualmente plantean apoyar alternativas con un enfoque agroecológico y/o ecosistémico para sustituir el uso de clorpirifos para uso agrícola y en el control de vectores, por parte del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) en colaboración con la Secretaría de Salud, la Semarnat y la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

La misiva esta signada por 142 académicos y estudiantes de 45 universidades e instituciones de investigación y enseñanza como la Red de Toxicología de Plaguicidas, 78 organizaciones sociales y grupos no gubernamentales como la Campaña sin Maíz No Hay País, la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo (ANEC), la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas, la Coordinadora Nacional de Ejidos y Comunidades, el Congreso Nacional Indígena, y el Frente en Defensa del Maíz de Colima, así como 530 ciudadanas y ciudadanos.

 

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