Consumo de cárnicos en México en aumento
En 2022 se consumieron en el país 9.8 millones de toneladas de carne (res, cerdo, pollo, pavo, oveja y cabra), lo que representó un crecimiento de 3.1 por ciento, comparado con el año previo, de acuerdo con cifras del Consejo Mexicano de la Carne (CMC).
A la par que el aumento del consumo de cárnicos lo ha hecho la producción nacional, con la que se cubrió el año pasado 73.6 por ciento de la demanda y el otro 26.4 por ciento se importó, manifestó el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos Arámbula.
Durante la inauguración del 13 Congreso Internacional de la Carne 2023, realizada en León, Guanajuato, detalló que de noviembre de 2022 al 19 de mayo de 2023, ingresaron a México 22 mil 722 toneladas de carne de ave, de porcino y bovino, mediante empresas con Licencia Única Universal (LUU), lo cual representa sólo 1.6 por ciento del total importado de este tipo de productos.
El funcionario federal manifestó que pese al contexto internacional, la industria cárnica nacional se ha consolidado como uno de los pilares del sector agropecuario y ha garantizado el abasto oportuno de proteína animal de alta calidad, saludable e inocua a la población.
Por ello, en 2022, precisó, esta industria representó 2 por ciento del PIB agropecuario, con una producción de 7.8 millones de toneladas de carne, lo que significó un crecimiento de 2.6 por ciento anual y la generación de 82 mil 474 puestos de trabajo.
En tanto, abundó, las exportaciones mexicanas de cárnicos superaron el año pasado las 540 mil toneladas, cifra mayor en 1.3 por ciento a la de 2021.
En el evento, organizado por la Asociación Mexicana de Productores de Carne (AMEG), reconoció la unidad, solidez y fortaleza de esta rama productiva, cuya perspectiva de crecimiento es alentadora, ante la demanda nacional.
Villalobos Arámbula también sostuvo que la producción de cárnicos deben ir de la mano del cuidado del ambiente y los recursos naturales, un tema en donde México es consciente de las aportaciones de gases de efecto invernadero que generan la actividad ganadera. Por ello, dijo, se trabaja en coordinación con la academia, empresas, organizaciones y ciudadanos, para reducir la huella de carbono, pues vemos a nuestro sector como parte de la solución y no del problema del cambio climático.
En México podemos contribuir a la mitigación con la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera y el secuestro de carbono en los suelos, por medio de buenas prácticas agrícolas, apuntó.
En tanto, el presidente de la Asociación Mexicana de Productores de Carne, Héctor Garza Garza, destacó la colaboración de la Asociación con el Senasica para lograr el arranque del Sigma, en armonía con el avance de la Identificación Oficial con el fin de cristalizar el programa de movilización que garantizará el bienestar animal y la reducción de las mermas en la cadena.
El presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), Homero García de la Llata, remarcó la necesidad de consolidar los avances en temas de trazabilidad, mediante una reingeniería de la movilización del ganado que evite mermas y costos, para lo cual ya se trabaja con la Sader, Senasica y la Coordinación General de Ganadería de la dependencia federal.
Fomentar consumo de leche
Por otra parte, al inaugurar la Expo Lac del Bajío 2023 en León, Guanajuato, Víctor Villalobos expuso que el gobierno de México, a través de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex-Liconsa), trabaja para incrementar la captación de leche fresca de pequeños productores, con el programa Precios de Garantía y, a su vez, su distribución favorece a las poblaciones más necesitadas, a un bajo costo.
Recordó que el precio de garantía pasó de 8.20 pesos por litro de leche en 2019, a 10.60 pesos este año.
El presidente de la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec), Ricardo Villavicencio Contreras, señaló que uno de los retos de la cadena láctea nacional es crecer el consumo per cápita, puesto que, de acuerdo con las organizaciones Mundial de la Salud (OMS) y la de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), debe ser de 180 litros por año, sin embargo, en México es de 130 litros.