Critica funcionario mexicano injerencismo de EU en norma sobre productos derivados del maíz
-A los cuestionamientos de una norma mexicana se suman los de países como Canadá, Brasil, Argentina
Funcionario mexicano de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) criticó la injerencia de Estados Unidos en las decisiones internas de México en el caso de la norma oficial mexicana nom-187-ssa1/se-2023 que se refiere al uso de maíz transgénico en la elaboración de alimentos derivados del maíz para consumo humano.
Dicha norma ha sido objeto de críticas de nacionales y extranjeros, de países como Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina, en la página de comentarios de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer). Por ejemplo, el Servicio Agrícola Exterior del Departamento de Agricultura estadounidense recordó a México su obligación, “conforme al Artículo 9.13.5 del T-MEC, de otorgar normalmente un plazo de al menos 60 días para que las otras Partes presenten comentarios por escrito sobre la medida propuesta”…y expresó sus preocupaciones, entre otras, porque el artículo 7.1.1 de la norma establece que ya no se permite el uso de maíz genéticamente modificado como materia prima. “A Estados Unidos le preocupa que esta medida no esté basada en la ciencia y amenace con perturbar el comercio”, subraya.
Al respecto, en una conferencia donde se habló de la políticas que emprende el gobierno de México para impulsar la agroecología en contraproposición a la agricultura industrial basada en químicos, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Sader, Víctor Suárez Carrera, comentó que un tema que llega al “extremo de la injerencia de poderes externos en decisiones soberanas” es la discusión que se ha dado sobre la modificación de nom-187-ssa1/se-2023 para la elaboración de productos nixtamalizados de maíz, entre ellos la tortilla y que a punto de ser publicada se recibió una comunicación oficial del Departamento de Agricultura de Estados Unidos donde se señala que no puede publicar esa norma sin antes consultar a esa instancia.
Hasta ese grado –subrayó– llega el injerencismo, de un sometimiento que se construyó, que se permitió en gobiernos anteriores y que se arropó con un blindaje legal, cuasi constitucional y supraconstitucional, que es el TLCAN, T-MEC (Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá), que amparó los intereses corporativos y geopolíticos (y) se permite o se trata de incidir hasta ese grado”.
En la página de la Conamer la embajada Canadá –el otro socio de México en el T-MEC— se sumó a los cuestionamientos y comentó, “respetuosamente, una serie de preocupaciones y consideraciones” y observa que “se han realizado modificaciones significativas en la nom-187-ssa1/se-2023 propuesta, y estas modificaciones no se han notificado a través de la OMC (Organización Mundial de Comercio) ni de los contactos del punto de entrada del T-MEC conforme a las obligaciones de México”.
Igualmente ese país solicitó que México “reconsidere sus propuestas de modificación a la nom-187-ssa1/se-2023 para permitir que se lleve a cabo el protocolo de notificación adecuado a los socios comerciales; para permitir el periodo estándar de 60 días para comentarios; y para permitir consultas entre funcionarios canadienses y mexicanos que apoyen el compromiso técnico para comprender plenamente las implicaciones de estas medidas y una oportunidad para considerar opciones menos restrictivas al comercio”.
Entre sus dudas sobre dicha norma, que incluye masa, trigo, tortillas, tostadas y otros productos derivados de la masa y los establecimientos donde se procesan, solicita respuesta respecto a los siguientes cuestionamientos: ¿La restricción al uso de maíz genéticamente modificado es más amplia que los sectores de tortilla y masa para tortilla? ¿Las modificaciones a la nom-187 se aplican a productos fuera de los sectores de la tortilla y la masa para tortilla (por ejemplo, cereales elaborados con maíz)¿La referencia a “harina” a lo largo de las modificaciones propuestas se refiere sólo a la harina de maíz o también a la harina hecha de trigo u otros granos?
Igual que Estados Unidos, las preocupaciones de Canadá están “relacionadas con la prohibición de México al maíz genéticamente modificado para su uso como materia prima, se relacionan con el hecho de que las medidas de México no están respaldadas científicamente y tienen el potencial de interrumpir innecesariamente el comercio de América del Norte”.
A los comentarios que cuestionan dicha norma se agrega la Alianza Internacional de Productores de Maíz (MAIZALL) donde participan asociaciones de Brasil, Argentina y Estados Unidos, que en conjunto aseguran cultivar 50% del maíz en todo el mundo y entre 70% y 80% de las exportaciones mundiales del grano.¡
El organismo, precisa que más del 95 % del maíz cultivado en los tres países está modificado genéticamente, por lo que expresa su preocupación con respecto a la prohibición este grano en la norma propuesta y esgrime las mismas razones expresadas respecto al Decreto de México del 13 de febrero de 2023, que prohíbe la importación de maíz trasngénico para consumo humano.
“La prohibición no se basa en fundamentos científicos, viola acuerdos internacionales como las disposiciones agrícolas sobre biotecnología del T-MEC y el Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (Acuerdo MSF) de la OMC. El Acuerdo MSF dispone que los países sólo pueden imponer requerimientos basadas en principios científicos y evaluaciones del riesgo adecuadas. Con base en los argumentos expuestos anteriormente, MAIZALL solicita respetuosamente que la propuesta de norma NOM 187 elimine la prohibición de utilizar maíz genéticamente modificado (GM) en la producción y comercialización de tortillas”.
Argumenta que “los cultivos biotecnológicos se han cultivado comercialmente desde 1996 y tienen una historia de 27 años sin impacto adverso verificado en la salud humana o animal, o en el medio ambiente. En Argentina, Brasil y Estados Unidos, como en más de 70 países de todo el mundo, cada evento de cultivos transgénicos es evaluado por destacados científicos independientes para su cultivo y/o importación, y su uso en alimentos y piensos, como parte de un riguroso proceso para garantizar que todas las aprobaciones garanticen la seguridad ambiental y alimentaria”.
Incluso, la comunicación canadiense afirma que:
México también ha estado autorizando cultivos de maíz transgénico para su importación, procesamiento y uso en alimentos y piensos durante muchos años y sus ciudadanos han estado consumiendo miles de millones de tortillas fabricadas a partir de maíz transgénico sin ningún problema de salud reportado. No ha habido nuevos estudios que demuestren que existen problemas de seguridad alimentaria asociados con este consumo”.
MAIZALL adelanta que “dada la aceptación mundial del maíz transgénico y sus beneficios comprobados, los agricultores de Argentina, Brasil y Estados Unidos no cambiarán a la producción de maíz no transgénico. El costo del maíz no transgénico es más alto debido a los menores rendimientos, el mayor uso de pesticidas y combustibles, y el costo de mantener una cadena de suministro separada. Prohibir la importación y el uso de maíz transgénico reducirá el suministro de maíz disponible para los fabricantes mexicanos de tortillas y eso conducirá a precios más altos para los consumidores mexicanos”.
En este contexto, durante la conferencia La Estrategia de Acompañamiento Técnico de Producción para el Bienestar: Su aporte a la autosuficiencia alimentaria con transición agroecológica. Recuento crítico y perspectivas”, Víctor Suárez manifestó que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ejerce por primera vez la soberanía alimentaria y “decir soberanía alimentaria no es una cosa menor, por primera vez el gobierno mexicano esta rompiendo con el colonialismo neoliberal que se impuso sobre los sistemas de producción y consumo alimentario. Estamos transitando del neocolonialismo alimentario a la soberanía alimentaria”.
En relación con el decreto presidencial que plantea la sustitucion gradual del uso del glifosato y prohibe el uso de maíz y transgénico en la alimentación humana, el subsecretario de Sader anotó que hay decenas de amparos y esta la amenaza del gobierno de Estados Unidos para ir a un panel de controversia en el marco del TMEC.
Cabe recordar que el proyecto de modificación a la nom 187 “tiene por objeto establecer la clasificación, ingredientes y especificaciones que deben cumplir los productos derivados del maíz y del trigo descritos en esta norma oficial mexicana, así como las disposiciones sanitarias que deben cumplir los establecimientos que los procesan, los métodos de prueba y las denominaciones, información comercial y sanitaria que deben cumplir en sus etiquetas los productos de fabricación nacional o extranjeros y comerciales en el territorio nacional”, según justificó el propio gobierno mexicano en su propuesta.
“La información comercial y sanitaria es indispensable para que los consumidores puedan realizar una compra eficiente y que permitan los adecuados para que sus productos se conserven de forma adecuada. Por otra parte, se tienen nuevos productos que se han añadido al mercado, lo que es indispensable actualizar la regulación vigente. en este sentido, se presentan problemas relacionados con insuficiencia en información para que los consumidores conserven adecuadamente los productos y fallos de mercado asociados a la entrada de nuevos actores que impiden la competencia adecuada entre los participantes. Con el objetivo de ordenar los mercados y brindarle elementos para una decisión adecuada de compra al consumidor, se vuelve indispensable la actualización de la regulación”.