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Cruzan la selva del Darién un cuarto de millón de personas de enero a julio

De acuerdo con cifras oficiales del gobierno de Panamá más de un cuarto de millón de migrantes han cruzado la selva del Darién, ubicada entre Panamá y Colombia, de enero a julio.

La cifra llega a un nivel récord igualando en los primeros siete meses del año al total de migrantes y refugiados que transitaron esa ruta en 2022, que hasta entonces era la más alta en la historia registrada.

Frente a este desplazamiento masivo de población, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) urgieron a los países de la región a adoptar un enfoque integral, regional, y colaborativo para atender las necesidades humanitarias y de protección de las personas en movimiento en América Latina y el Caribe.

Migrantes provenientes de todo el orbe

Si bien la mayor parte de los migrantes y refugiados son originarios de la región, cada vez se encuentran más personas provenientes de países muy lejanos. Los datos desagregados indican que la mayor parte de los migrantes y refugiados, un 55%, son ciudadanos venezolanos; les siguen los haitianos y ecuatorianos, con un 14% cada uno; además de chinos, colombianos e hijos de haitiano nacidos en Chile y Brasil. También hay personas de Afganistán, Nepal y Perú, entre otros lugares de origen.

Las agencias de la ONU señalaron que las personas que se arriesgan a emprender tan peligrosa travesía son altamente vulnerables y precisan apoyo y asistencia vitales.

Ampliar las vías regulares

Asimismo, afirmaron que el aumento de esa población evidencia que es imprescindible ampliar las vías regulares de la migración para proteger la vida y los derechos de las personas migrantes en condiciones de vulnerabilidad.

También llamaron a fortalecer los sistemas para determinar la condición de refugiado y a encontrar alternativas de protección en la región, sin dejar de trabajar con el propósito de brindarles estabilidad en los países de origen, destino y retorno en América.

El director del ACNUR para el continente, José Samaniego, explicó que una variedad de factores interconectados que van desde el acceso limitado a los derechos fundamentales y los servicios esenciales, hasta el impacto de la violencia y la inseguridad, siguen empujando a la gente a situaciones de desplazamiento.

En un comunicado conjunto, ACNUR y la OIM sostuvieron que la gran cantidad de cruces destaca la necesidad de una respuesta hemisférica al fenómeno migratorio.

Es fundamental aunar esfuerzos regionales y en los países de origen para atender las causas profundas de los desplazamientos forzados y la migración irregular, apuntaron, y agregaron que para ello se requiere mayor solidaridad, cooperación internacional y responsabilidad compartida por parte de la comunidad internacional.

Testimonio de la desesperación

La directora regional de la OIM para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe consideró que la peligrosa travesía de la selva del Darién es un testimonio de la desesperación y la determinación de quienes buscan una vida mejor y “un recordatorio sombrío” de la exigencia de actualizar los sistemas migratorios. La urgencia de esta situación no permite demoras; es nuestro deber colectivo, y no sólo de Panamá, ofrecer soluciones humanas y sostenibles que prevengan futuras tragedias”, recalcó Michele Klein.

Los organismos destacaron que Panamá ha implementado estrategias contra la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes, ofrecer vías legales flexibles para personas migrantes y refugiadas y promover actividades económicas sostenibles en las comunidades fronterizas.

La labor de la OIM y ACNUR

La OIM y el ACNUR trabajan junto con las instituciones nacionales, las comunidades de acogida y otras organizaciones para proporcionar asistencia humanitaria, apoyar la respuesta del Estado panameño en las Estaciones Temporales de Recepción Migratoria (ETRM), proporcionar información sobre los riesgos asociados a la migración irregular, y ayudar a las personas que necesitan protección internacional con su solicitud de la condición de refugiado.

José Samaniego, el director continental de ACNUR, detalló que los organismos han aumentado la asistencia humanitaria y de protección para atender las necesidades urgentes de las personas refugiadas y migrantes, especificando que proporcionan a esa población alimentos, alojamiento y atención médica, al igual que información sobre sus derechos y bienestar.

Los organismos llevan a cabo acciones conjuntas que buscan abordar las causas del desplazamiento y de la migración irregular, respaldan a las organizaciones que trabajan para fortalecer las comunidades que acogen a las personas migrantes y apoyan iniciativas gubernamentales que brindan acceso a procedimientos de determinación de la condición de refugiado, así como otros mecanismos de regularización y estancia legal, que faciliten el acceso a vías seguras y regulares como alternativas a viajes peligrosos.

La Organización Internacional para las Migraciones y la Agencia para los Refugiados insistieron una vez más en la premura para adoptar un enfoque colaborativo y regional para una mejor respuesta a los movimientos mixtos de personas refugiadas y migrantes en América.

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