Ciencia y Tecnología

Desarrollan soya tolerante a la sequía y resistente a plaga

Un grupo de investigadores liderado por Beatriz Xoconostle Cázares, del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav, desarrolló algunas variedades de soya capaces de inhibir la acción de su principal plaga: la mosquita blanca, además de presentar una mayor tolerancia a la sequía, de esta manera, mejorar su rendimiento y calidad.

A partir de la herramienta tecnológica de precisión denominada edición genética, emplearon una tijera molecular e hicieron cambios discretos en el material genético de la soya, con resultados idénticos a los procesos convencionales de mutación, pero en menor tiempo y más precisos, explicó la investigadora.

Un problema recurrente de la soya es su infestación por la mosquita blanca, insecto habitante de sus vellosidades (tricomas), que transmite enfermedades por virus y se alimenta de su savia. Este insecto pone sus huevecillos en esas vellosidades y para reducir su éxito reproductivo, se planteó reducir el número de vellosidades, así, la mosquita produce menos huevecillos, lo cual favorece el crecimiento de la planta con la generación de semillas de calidad comercial, para su posterior uso por el productor.

Además, el grupo de investigación consiguió desarrollar una planta con mayor tolerancia a la sequía, permitiéndole la acumulación de un azúcar protector; actualmente, se trabaja en tener ambas características en la misma planta con beneficios para el productor, al tener una planta de soya sana que emplea menos agua y en su conjunto provea un ahorro en su siembra, con un producto sano e inocuo para el consumidor.

El uso de estos materiales no es sujeto a los supuestos de la Ley de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados, al no contener material genético exógeno; actualmente se está realizando el registro para que sea usado en nuestras zonas de vocación agrícola que ya emplean soya, explicó Xoconostle Cázares.

Se han realizado ensayos de crecimiento de los materiales en los invernaderos de bioseguridad en el Cinvestav, los cuales cuentan con exclusa de acceso controlado, mallas de protección de poro pequeño para impedir la entrada o salida de material, cumpliendo con la normatividad, cuyo objetivo es evitar riesgos; el siguiente paso es hacerlo a cielo abierto en zonas agrícolas a nivel comercial.

El grupo científico ha sostenido reuniones técnicas con el Sistema Producto Oleaginosas y la Asociación Mexicana de Semilleros, quienes esperan las nuevas variedades de soya, con el objetivo de hacer una transferencia tecnológica; es un proyecto bien visto por los productores y ha sido desarrollado con base en sus necesidades, es como un traje a la medida que atiende sus requerimientos.

Las nuevas herramientas de edición génica, que generan productos idénticos a los obtenidos por mutación convencional, tienen una buena aceptación a nivel mundial, México ya está generando sus propios materiales con esa tecnología y pronto veremos más ejemplos incidiendo en diversas esferas del desarrollo humano, aseguró Beatriz Xoconostle Cázares.

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