El conocimiento de nuestros antepasados indígenas, contiene muchas lecciones para el mundo moderno
La Organización de las Naciones Unidas estima que hay 476 millones de miembros de pueblos originarios en todas las regiones del mundo. Aunque constituyen el 6.2% de la población mundial, la discriminación, la exclusión, el desposeimiento y la explotación hacen que representen el 18.2% de los pobres del mundo, según la Organización Internacional del Trabajo.
“Sin embargo, sobreviven y prosperan con una enorme dignidad y capacidad de recuperación, fruto de la sabiduría y los conocimientos adquiridos de generación en generación”, señaló el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk. “El conocimiento de nuestros antepasados, especialmente, los antepasados indígenas, contiene muchas lecciones para el mundo moderno, mientras navegamos por la creciente turbulencia y los extraordinarios riesgos de nuestra era”, prosiguió.
Además, el máximo representante de los derechos humanos se refirió en particular a las mujeres indígenas como maestras de la sabiduría, y como las encargadas de transmitir los conocimientos entre las generaciones pasadas y las comunidades de hoy.
En primera línea ante el cambio climático
Volker Türk mencionó que, aunque el cambio climático es una crisis mundial, sus efectos están desigualmente distribuidos. En este sentido, los pueblos originarios se ven empujados a situaciones de vulnerabilidad debido a su estrecho vínculo con la tierra y sus recursos.
“Los pueblos indígenas se encuentran entre los más afectados por las condiciones meteorológicas extremas, la pérdida de biodiversidad y la disminución de los recursos naturales”, afirmó.
Sin embargo, precisamente gracias a sus conocimientos y su relación con el medio ambiente, los pueblos indígenas pueden ayudar a encontrar soluciones para remediar los daños causados por la triple crisis planetaria, señaló.
Participación y toma de decisiones
El alto comisionado destacó la necesidad de crear más espacios como el Mecanismo de Expertos para que los pueblos indígenas participen en la labor de las Naciones Unidas, incluido el Consejo de Derechos Humanos. Con ello, pueden ser parte de la toma de decisiones en asuntos que les afecten a través de representantes elegidos por ellos según sus procedimientos.
Esto garantizaría la protección de sus derechos fundamentales: el derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible; a la igualdad; a la autodeterminación; a ser consultados plena y significativamente; y a dar su consentimiento libre, previo e informado a las medidas legislativas o administrativas que les afecten.
Protección de defensores indígenas y del medio ambiente
Por último, Türk subrayó el deber de proteger a los defensores indígenas y medioambientales y a los activistas, quienes fueron los grupos objeto de violencia y amenazas con más frecuencia en 2022, según un informe de la organización Front Line Defenders.
“Las instituciones nacionales, regionales y mundiales deben redoblar sus esfuerzos para protegerlos de los ataques. También necesitamos amplificar sus voces, para garantizar que todos podamos escuchar los conocimientos y las soluciones que aportan”.
En este sentido, Türk instó a incluir las aportaciones de los pueblos indígenas en otros espacios como la COP28, los Exámenes Periódicos Universales del Consejo, las reuniones de los Órganos de Tratados, y en el Foro de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos.
“Todos los derechos humanos conciernen a los pueblos indígenas. Y ha llegado el momento de garantizar que puedan participar de forma plena, libre y segura. Ha llegado el momento de ir más allá del debate y pasar a la acción concreta y específica para proteger sus derechos”, finalizó.