Fracking amenaza producción de alimentos y predios de Sembrando Vida

No obstante que el presidente Andrés López Obrador se comprometió a que en México no se permitiría el fracking o fracturación hidráulica, está práctica se sigue realizando e, incluso, amenaza 38,338 unidades productivas de uno de los programas prioritarios de la presente administración, Sembrando Vida (SV), principalmente en entidades como Veracruz, Tabasco, Puebla, Chiapas y Tamaulipas.

Así lo expresaron integrante de CartoCrítica y la Alianza Mexicana contra el Fracking (AMFC), quienes manifestaron que aunque se han hecho ocho propuestas legislativas para contar con una ley contra el fracking, su aprobación no ha prosperado. Por ello, hicieron un llamado al jefe del Ejecutivo a emitir, antes de que concluya su mandato, un decreto que cancele la posibilidad de que esa técnica altamente contaminante para extraer hidrocarburos se siga empleando y que en el futuro no se extiendan autorizaciones para ello.

Durante la presentación del informe Fracturando el campo. Impactos potenciales del fracking en la agricultura y en Sembrando Vida, elaborado por Carla Flores Lot y Manuel Llano, miembros de las organizaciones arriba referidas, explicaron que el análisis consideró el criterio de proximidad de 5 kilómetros (km) respecto a los pozos fracturados, pero el dato resulta “conservador”, porque se han encontrado afectaciones en parcelas que se ubican a 10 o 15 km, por lo que el daño puede ser mayor si se incluyen áreas agrícolas fuera del programa SV.

En rueda de prensa detallaron que en los predios de SV afectados por la fracturación hidráulica, destinan 2.7 mil millones de pesos y buscan establecer sistemas forestales y agrícolas que permitan a las familias tener alimentos e ingresos, por lo que de continuar el fracking estos objetivo estarían en riesgo.

Los integrantes de la la AMFC explicaron que si se considera a las unidades ubicadas en bloques de yacimientos no convencionales en espera de ser licitados, así como áreas con contratos y asignaciones vigentes, el número de productores potencialmente afectados asciende a 38,338; es decir, 95,845 hectáreas, ubicadas en Veracruz (15,437 unidades), Hidalgo (8,230 unidades) y San Luis Potosí (9,246 unidades).

Detallaron que las unidades con “exposición” ante el fracking suman 7,581 (18,953 hectáreas) de SV, que están a menos de 5 km de distancia de un pozo fracturado; mientras que “en desarrollo” hay 30,757 unidades.

Recordaron que SV atiende 499,953 predios, de los cuales Veracruz concentra más de 73,015;, Tabasco, 52,807; Puebla 22,098 y Chiapas, 97,680.

Producción y especies en riesgo

Los investigadores delimitaron el número de municipios a los que tenían al menos 10 pozos fracturados, lo que arrojó que 27 de los 68 municipios  concentran 99% de los pozos fracturados y 97.9% de las fracturas. Igual destaca que en esta región se cultivan 60 especies y que en 2022 el valor de su producción agrícola fue de 20,657 millones de pesos .

La medición realizada encontró que esta técnica pone en riesgo, dada la generación de salmueras, emisiones, contaminación y escasez de agua y derrames de hidrocarburos, a cultivos como sorgo, naranja, maíz y el limón, que representan 81% del valor de la producción regional.

Sobresale la vainilla, que aporta 54% de la producción nacional, seguida de la tangerina, el litchi y la naranja con 37%, 37% y 31% de la producción nacional, respectivamente.

“Estos cultivos –subraya– pueden verse afectados por la contaminación del agua subterránea con metales pesados y compuestos químicos usados en el fracking. La alteración de la calidad del agua puede influir negativamente en la salud de los árboles y la calidad de la fruta. La contaminación del suelo también podría ser una preocupación, ya que los residuos del proceso podrían alterar el equilibrio del suelo y afectar la absorción de nutrientes”.

Objetivos y recursos en riesgo

La investigación halló que en 2023, el programa SV destinó 545.83 millones de pesos a unidades “potencialmente afectadas” por su exposición a pozos fracturados, si se considera el apoyo económico de 6,000 pesos mensuales otorgado a cada productor.

“El programa Sembrando Vida, diseñado para impulsar la agricultura y la reforestación en áreas marginadas, se ve directamente amenazado por el fracking. Los datos revelan que una porción significativa de las unidades de producción de Sembrando Vida están en áreas potencialmente afectadas por la fracturación hidráulica. Esto no solo pone en riesgo la inversión realizada en el programa, sino que también contradice sus objetivos de desarrollo sostenible y conservación ambiental”, explicó Manuel Llano, miembro de CartoCrítica y la AMFC.

En su oportunidad, Beatriz Olivera, miembro de Engenera y de la AMFC, comentó que ha habido ocho iniciativas en las Cámaras de Diputados y de Senadores, pero ninguna ha sido aprobada e incluso se han asignado recursos para programas que implican la fractura hidráulica.

Respecto a si aún hay tiempo para sacar una ley que establezca la prohibición definitiva del fracking, señaló que hay una vía más rápida que la legislativa y es el decreto presidencial, y el presidente López Obrador, “aún tiene 10 meses para hacerlo”.

Los integrantes de AMFC insistieron en que la fractura hidráulica implica riesgos significativos para la agricultura, debido a la contaminación del agua y del suelo, la alteración de ecosistemas, y la competencia por recursos hídricos.

Estos factores pueden tener efectos devastadores en la productividad agrícola, lo que resulta en pérdidas económicas significativas para las familias campesinas y, a su vez, afecta la seguridad alimentaria y el bienestar de las comunidades rurales.

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• Los 7,840 pozos fracturados, registrados por la Comisión Nacional de Hidrocarburos en 2019, están  distribuidos en 68 municipios de siete entidades y acumulan 35,979 fracturas.

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Sembrando Vida

Sembrando Vida es un programa social prioritario del gobierno federal diseñado para atender a la población marginada y con rezago en zonas de alta biodiversidad. Con SV las familias campesinas establecen sistemas productivos agroforestales en predios de 2.5 hectáreas en los cuales combinan el sistema milpa con árboles frutales y maderables