Es necesario reorientar la política agroalimentaria mexicana hacia un sistema alimentario más productivo, saludable, incluyente y sustentable, apoyado con políticas cierren las brechas de desigualdad productiva, detonen el potencial de productores de pequeña y mediana escala y que eviten el abandono a la inversión en bienes colectivos, destacaron especialistas.
Durante la primera sesión del seminario con el tema “Sistema de salud, impactos y alternativas“, organizado por la Red SIAL–México, y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), los especialistas pidieron políticas orientadas a recuperar la autosuficiencia alimentaria en bienes estratégicos a través de la producción local regional y facilitar el acceso de sus alimentos en todo el territorio nacional.
Señalaron la necesidad de establecer políticas de regulación de la oferta de alimentos industrializados para revertir la alta prevalencia de obesidad y enfermedades crónico–degenerativas no transmisibles, a partir de una alimentación sana y nutritiva integrada por alimentos frescos y de producción local y regional.
Agustín Rojas Martínez, académico de la UNAM, mencionó la necesidad de transformar los sistemas alimentarios para evitar efectos de la excesiva oferta y elevado consumo de alimentos y bebidas altamente industrializadas, porque estas afectan las condiciones de salud pública.
La Industria de alimentos y bebidas en México presenta un quiebre de la producción tradicional hacia productos ultra procesados y comida rápida con consecuencias en la salud, causan sobrepeso y obesidad y generan gastos en salud, lo que alienta el surgimiento de enfermedades.
El condicionamiento del consumo, dijo, ha sido posible por los eslabonamientos de la industria de alimentos y bebidas con otras ramas de actividad económica, así como su tránsito e integración al sector de servicios mediante el control corporativo del abasto y distribución de alimentos.
De ahí, indicó que el Estado mexicano debe implementar políticas orientadas a recuperar la autosuficiencia alimentaria en bienes estratégicos a través de la producción local regional y facilitar el acceso de sus alimentos en todo el territorio nacional; establecer políticas de regulación de la oferta de alimentos industrializados para revertir la alta prevalencia de obesidad y enfermedades crónico degenerativas no transmisibles, a partir de una alimentación sana y nutritiva integrada por alimentos frescos y de producción local y regional.
Martha Autier, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que el sistema alimentario actual tiene un circuito de producción de alimentos con un sistema corporativizado, con cadenas de valor basadas en la concentración de poder, valor y riqueza, y que no buscan una generación bienes y de alimentos de manera equitativa y saludable.
Destacó la necesidad de buscar la manera de usar tecnologías y formas de producir más eficientes para fortalecer los sistemas productivos alimentarios y analizar y fortalecer las redes de producción y consumo existentes con incentivos y espacios en redes de acceso e intercambio de compras públicas.
“Hay que pensar en la soberanía alimentaria y cultural con sistemas alimentarios más eficientes vistos desde la óptica de uso energético y de la nutrición”, destacó la investigadora.
Cecilia Elizondo, miembro de grupo de agroecología ECOSUR, subrayó la necesidad de transformar el sistema agroalimentario cuidando la nutrición con la producción de alimentos saludables, sustentables y a precios competitivos, a partir del establecimiento de políticas públicas y de la normatividad.
“Que se vaya de la producción al plato con políticas agrícolas que tengan un enfoque de derechos humanos y que den cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), dijo.
En el seminario se mostró la segunda parte del video “Quelites en México. Salud y nutrición”, realizado por los investigadores de la UNAM Dr. Robert Bye y Dra. Edelmira Linares, el cual mostró los quelites que se consumen en diversas regiones de México, destacando su historia, beneficios a la salud y nutrición, herencia y tradición.
Los quelites son aquellas plantas comestibles de hojas y tallos muy tiernos consumidas desde la época prehispánica y son más nutritivas y con propiedades curativas.
En el video, los productores de quelites muestran cómo conocerlos, reconocerlos y prepararlos, como por ejemplo la elaboración de tamales, caldos, ensaladas, quesadillas, moles, frijoles, caldo de verduras y salsas, con la intención de promover alimentos sanos y nutricionales en la dieta mexicana.
“Hay que mirar las milpas y parcelas, en los que están presentes los quelites, para consumirlos pues son un factor de alimentación sano y deben formar parte de la dieta mexicana, ya que es rica en proteína, casi igual al de la carne.
Además, se muestran los resultados de una investigación sobre el efecto de los quelites sobre la bacteria Helicobacter pylori, agente asociado a la gastritis, úlceras gástricas y, en casos muy graves, cáncer estomacal, los cuales demuestran que los quelites, además de contar con buenos atributos nutricionales, tienen efectos medicinales pues inhiben la presencia de la bacteria y con ello los efectos a la salud asociados con esta.
Fuente: IICA
