Observar el eclipse con los “ojos desnudos” puede dañar la vista
Nuestros ojos son una lente y, por ello, mirar al Sol puede quemar nuestra retina tal y como haría una lupa al concentrar un haz de luz sobre la superficie de un papel, advierte el profesor David Lozano, de la Facultad de Medicina de la UNAM.
“Nuestra reacción natural al ver directo al astro es apartar la vista, pues su incandescencia es tal que fijar la mirada en él resulta molesto y nos obliga a parpadear”.
Sin embargo, precisa el oftalmólogo, cuando ocurre un eclipse la luminosidad en el cielo desciende a tal grado que nuestros ojos son capaces de posarse en el espacio donde suele estar el Sol sin problema y, de ahí, surge la tentación de observar el fenómeno con la mirada desnuda, pero hacerlo sin protección puede provocar daño irreversible.
“En el ojo tenemos una suerte de lente biconvexa que, de perfil, luce abombada de los dos lados, tal y como las lupas. Por ello, si fijamos la mirada en el Sol su luz se concentrará en nuestra mácula y la quemará, generando una cicatriz que derivará en pérdida de la visión y, por ende, en una merma importante en nuestra capacidad de distinguir rostros, de leer o de apreciar los detalles de aquello que tenemos enfrente”.
Aunque nos parezca que durante un eclipse el disco solar desaparece a causa de la Luna y que su intensidad se apaga, no es así del todo, pues alrededor del satélite se forma un halo que emite luz con la misma cantidad de rayos infrarrojos y ultravioleta de siempre, de ahí que el riesgo de daño a la retina siga presente, pese a la aparente oscuridad.
Por ello el médico no considera raro que, a los pocos días de haberse dado uno de estos fenómenos astronómicos, acuda gente a los consultorios oftalmológicos quejándose de pérdida de visión. “Por desgracia, llegado a ese punto, muy poco o nada podemos hacer”.
El profesor Lozano Rechy es un admirador de los eclipses y confiesa que le parecen uno de los espectáculos celestes más bellos, pero invita a no caer en la tentación de verlos sin protección adecuada. “De no contar con los recursos para hacerlo de forma segura lo mejor es no levantar la vista, ni siquiera por un segundo”.
Un espectáculo que no debemos perdernos
Para Daniela Tarhuni, del Departamento de Divulgación de la Ciencia de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Mérida, de la UNAM, los eclipses son la mejor ventana para asomarnos a los ciclos del Sistema Solar. “Nos permite comprender, y además de una manera muy bella, cómo funcionan las órbitas de nuestro satélite y de nuestro planeta. Ser testigos de esto implica un privilegio y una responsabilidad”.
Por ello, la comunicadora sugiere a la gente no caer en posturas extremas (“ni tener miedo ni ser temerarios”) y, en vez de ello, informarse a través de fuentes confiables. “Si queremos apreciar el fenómeno directamente debemos adquirir filtros, pero no de cualquier tipo. Estos deben tener una certificación especial (ISO 12312-2). También podemos usar filtros de soldadura, aunque sólo si son de grado igual o mayor a 16”.
Como recomendación especial, Tarhuni pide no hacer caso a todo lo que se publica en internet. “Conforme se acerquen las fechas de los próximos eclipses en México (14 de octubre de 2023 y 8 de abril de 2024) veremos aparecer todo tipo de fake news que pueden poner en riesgo nuestra vista. Seamos claros: las radiografías, películas veladas o lentes oscuros no nos protegen, por más oscuros que sean”.
Si nos resulta imposible hacerlos con uno de esos filtros, agrega el profesor José Franco, del Instituto de Astronomía de la UNAM, siempre habrá métodos indirectos para disfrutar de este espectáculo cósmico. “Una opción es tomar una caja y hacerle un orificio, el cual reproducirá en el suelo todo lo que acontece en el firmamento”.
Aunque mi estrategia favorita –agrega el astrofísico– es ver todo a través de la sombra proyectada en el suelo por el follaje de los árboles. “El fenómeno se multiplica y aparecen, a nuestros pies, decenas o centenas de pequeños eclipses sucediéndose a un mismo tiempo”.
El doctor Franco invita a estar atentos a lo que acontecerá en los cielos mexicanos y ser parte de la experiencia, de la forma que sea. “No importa que los veamos a través de filtros, de manera indirecta o en una computadora, celular o televisor. Lo importante es no perdernos estos eventos”.