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Plaguicidas y herbicidas hasta 1000 veces más tóxicos que lo declarado a autoridad sanitaria

  • Aunque el debate en México se centra en el glifosato, la formulación completa de sustancias que lo contiene resulta aún más tóxica que el propio ingrediente.

La formulación completa de plaguicidas, fungidas y herbidas –como el glifosato–, resultan de 100 a 1000 más tóxicos que su ingrediente activo declarado ante las autoridades correspondientes en diversos países, cuyas legislaciones “descuidan” los aditivos de estos productos, “toxinas secretas”, dado los estrechos vínculos entre los reguladores y la industria química.

Convocados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), investigadores de Francia, Suiza, Australia, Estados Unidos y México expusieron lo anterior y añadieron que el uso de químicos como el glifosato, asociado a cultivos como maíz, soya, canola y algodón, ha tenido una correlación con el aumento de cáncer de hígado, diabetes, obesidad, infecciones intestinales y renales en territorio estadounidense.

En el Foro Internacional Daños y riesgos para la salud por consumo de maíz transgénico y la regulación internacional, realizado en forma virtual, la directora general del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces coincidió con investigadores, el frances Gilles-Éric Séralini y el australiano André Leu, en señalar que el aumento del uso del glifosato y otros plaguicidas en los años noventa no representó un aumento de la producción, pero si de enfermedades crónicas que afectaron la salud de la población en distintos países.

Tras defender del decreto presidencial que prohibe el uso de maíz transgénico para consumo humano y que plantea la sustitución gradual del glifosato en México, Álvarez-Buylla expresó que el transgénico está asociado indisolublemente a este herbicida y necesariamente causan problemas de salud y el sustituirlo por maíces nativos mexicanos no hará más que coadyuvar a una mejor salud de la población mexicana.

Por encima de intereses comerciales –subrayó– y a pesar de múltiples presiones que manipulan y buscan confundir a población con la idea alarmista de que habrá escasez de alimentos sin estos agrotóxicos; esto no es verdad, porque en México esta demostrado que disminuimos el uso de glifosato a un 25% y la producción de maíz blanco mexicano va en aumento.

También refirió que el decreto en cuestión plantea la restricción de que se liberen en campo abierto maíces transgénicos porque, “sabemos a ciencia cierta que es imposible la coexistencia de maíces vivos de polinización abierta, de las comunidades campesinas, y la siembra de maíz transgénico a campo abierto, sin que estos contaminen con sus transgenes razas nativas, con posibles impactos no deseados a la integridad de diversidad genética de este alimento”.

En tanto, Gilles-Éric Séralini habló de los efectos nocivos de plaguicidas y herbicidas y señaló que, por ejemplo, Roundup –comercializado por Monsanto– no solo tiene glifosato, que es muy tóxico, sino que hemos descubierto que la toxicidad en toda la formulación del producto es 100 veces más tóxicos que el glifosato. Otro producto es el Maronee (tebuconazole) que es 1000 veces más tóxico que su ingrediente activo. “Esto es muy importante porque tenemos metales pesados, arsénico, que debería estar prohibido, cobalto, amonio, plomo y todo esto no esta declarado”.

El francés –quien se ha enfrentado a las empresas trasnacionales por sus afirmaciones contra los agrotóxicos– aseveró que en torno a los plaguicidas hay mucho conflicto de interés y todos los efectos de productos se encuentran por debajo de las regulaciones, porque no se considera la fórmula completa.

Correlación entre OGM y enfermedades crónicas

Durante su intervención, el director de Regeneración Internacional en Australia, André Leu, presentó la correlación del uso de glifosato y el área de siembra de los organismos genéticamente modificados (OGM) con el incremento en la presencia de 20 enfermedades crónicas en la población de Estados Unidos, a partir del aumento en la ingesta de maíz y soya transgénicos.

En este sentido, indicó que los incrementos repentinos de enfermedades, a mediados de noventa, en Estados Unidos coinciden con la cosecha comercial de OGM resistentes a glifosato. Hay una correlación y existen cientos de estudios que demuestran están causalidad de enfermedades, “que son abrumadoras”.

En su exposición, el científico presentó los resultados de estudios donde se concluyó que el cáncer de hígado se incrementó, en la década de los noventa y hacia el año 2008, en Estados Unidos a la misma velocidad que el uso de glifosato y la cosecha de OMG.  Otro estudio halló que la exposición de células al glifosato generaba problemas en el desarrollo neuronal.

En esos años, explicó André Leu, cuando empezó a cambiar la dieta de los estadounidenses con alimentos proveniente de cultivos transgénicos, tenemos aumento de infecciones intestinales, que habían disminuido hasta los noventa.

“Tenemos muy buena evidencia de lo que esta provocando el glifosato, que está muy vinculado con las enfermedades intestinales, ya que interrumpe la función de la microbioma e impide que procesen los alimentos…”.

Igual las enfermedades renales, que hasta los noventa disminuyeron, ahora están repuntando. La probabilidad que sea una coincidencia, es uno en 100 mil, recalcó el investigador.

La conclusión de André Leu fue que estas sustancias que causan tanto daño no se prohiben porque los gobiernos están cautivos con la industria de los plaguicidas y de los OGM. “Están haciendo un gran daño para toda la humanidad”.

La investigadora senior del Instituto de Biología Integrativa en Suiza, Angelika Hilbeck, recordó que desde 1996, año en que se liberaron al mercado, se siguen comercializando solo cuatro productos transgénicos, maíz, soya canola, algodón, que constituyen 99% de OGM existentes, con rasgos bt y tolerancia a herbicida con glifosato, básicamente.

La médica pediatra y directora ejecutiva de GMO Science en Estados Unidos, Michelle Perro, ahondó en torno a los efectos del uso y consumo de “alimentos sobrecontaminados por químicos sumamente tóxicos”, en la actividad agrícola y en la salud humana, principalmente la de las infantes y adolescentes.

“Si no abordamos soluciones basadas en la evidencia científica existente, seríamos cómplices de dañar a nuestras infancias a nivel mundial. Pedimos a todos los gobiernos que tomen una postura fuerte como en México, ya que no podemos sobrevivir con una agricultura de este tipo; hacer lo correcto en beneficio de las y los campesinos, sus familias y las sociedades.”

El secretario ejecutivo de Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), Alejandro Espinosa Calderón, puntualizó que el foro es una acción para respaldar el decreto presidencial de sustitución de glifosato y prohibición de maíz transgénico en la alimentación humana y la siembra de semillas transgénicas en México.

La intención del foro es abrir un debate público internacional sobre los efectos para la salud humana derivados del uso y consumo de organismos genéticamente modificados (OGM) y la exposición a herbicidas como el glifosato.

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Los plaguicidas y su formulación son más tóxicos que el principio activo declarado con productos o herbicidas a base de glifosato, Séralini.

 

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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