A la baja en el precio de la carne de cerdo en México, ocasionada por una sobreoferta del mercado y las importaciones crecientes de este alimento procedente de los Estados Unidos, se suma una reducción en las exportaciones a países de Asia, que sólo en el caso de Jalisco representó un desplome del 90% en lo que va del año.
No obstante que la producción de este cárnico el año pasado fue de de 1.7 millones de toneladas (t), un aumento del 2.2%, y que para 2023 se estima sea de 1.8 millones, las importaciones también aumentarán y serán de entre 1.4 y 1.5 millones de t, un aumento de 2.5% a 5.2% respecto a 2022, con un valor de 2.9 a 3.2 mil millones de dólares, según analistas y productores.
El presidente de Organización de Porcicultores Mexicanos (Opormex), Heriberto Hernández Cárdenas, explicó que el mercado global de carne de cerdo está colapsado y la porcicultura mexicana se ve afectada por la saturación internacional; además, el peso fortalecido ha quitado competitividad a las exportaciones, el mercado de Japón se colapsó y esto ha obligado a mandar parte de la producción al mercado nacional.
Hizo hincapié en que hay una sobreoferta de carne de cerdo en el mercado internacional y, “nos hemos visto inundados de carne de cerdo de Estados Unidos, de España y de Canadá”.
Jalisco produce entre 6 y 7 millones de cerdos por año, de los cuales exportan 10 y 12% hacia Estados Unidos y países asiáticos como Vietnam, Corea del Sur y Japón. En este último este año han caído las ventas en 90%, expresó a imagenagropecuaria.com el presidente de la Unión de Porcicultores de Jalisco, Jaime Enrique de Alba.
El dirigente –que fue entrevistado en la protesta que realizaron hace unos días en la Secretaría de Economía– manifestó que dicha disminución de exportaciones fue motivada porque España entró a venderle carne de cerdo a Japón, “y ya no nos compraron”.
El secretario de la Asociación de Porcicultores de Guadalajara, Jaime Mendoza, añadió que a esto se suma el hecho de que consumimos 51% de carne de cerdo importada y se hace un lado lo que producimos en México, lo cual va a orillar a una mayor dependencia, “¿cuál autosuficiencia? Al contrario, vamos a ser más dependientes”, auguró.
Acusó al gobierno mexicano de permitir importaciones indiscriminadas, fuera de lo que se necesita y de poner a competir a los porcicultores contra precios dumping, porque la carne que ingresa al país “se vende por abajo del costo del país de origen, lo cual no es válido. La pierna se oferta en 60 o 55 pesos y se están importando animales vivos”.
Por si fuera poco, advirtió, el gobierno esta en tratos con Brasil para importar carne de cerdo, cuando en ese país se registra fiebre aftosa, que ataca a los animales de pezuña, enfermedad que representa un peligro muy grande si llega a ingresar a México, porque tampoco podríamos exportar. “Las regulaciones sanitarias han bajado mucho. Esto nos golpea muy fuerte”, subrayó.
Grandes pérdidas económicas
El presidente de Porcicultores de Querétaro, Felipe Ochoa. estimó que si en ese estado se producen 100,000 cerdos al mes, debido a los bajos precios al productor calculamos que se estamos perdiendo mil pesos por cerdo, unos 100 millones pesos mensuales. Esta problemática se viene dando en los últimos tres meses.
Detalló que el costo de producción en su entidad es de 36 pesos por kilo de cerdo que se produce y están obteniendo solo 30 pesos, pero hay compañeros de Sonora que reciben 23 pesos. “Estamos perdiendo mucho dinero por cada kilo producido”.
El dirigente de la organización, que agremia a 70 productores, puntualizó que ya empiezan a tener bajas en su inventario y esto suma alrededor de 3,000 animales, “y si esto sigue así, quién sabe cuántos más se sumen”.
Querétaro participa con 55 mil hembras y existen unos 500 productores a quienes los compradores están pagando el cerdo abajo del costo de producción, “y necesitamos que esto se revierta antes de que desaparezcamos. La razón de esto es que están importando mucha carne a valores muy bajos y el mercado el consumidor final sigue pagando a precios muy altos”.
Expuso que
pocas manos están haciendo mucho dinero con la importación de carne, básicamente, y la Secretaría de Economía que no nos esta ayudando en nada.
El presidente de la Unión de Porcicultores del estado de Michoacán, Jesús Pérez, refirió en esta entidad un 15% de granjas han quebrado, lo cual suma de 120 a 130, entre pequeños y medianos productores.
Su organización agremia a 380 productores, quienes enfrentan la caída del 40% respecto a lo que vendían a finales del año pasado.
Anotó que la importación de carne de cerdo de Estados Unidos entra por abajo del costo de producción, “aparte de que nos están pagando el precio muy bajo y desafortunadamente al consumidor final no le llega la carne barata y de alta calidad”.
Insistió, al igual que sus compañeros, en que las autoridades deben regular las importaciones,porque enfrentamos el dumping y “no podemos vender ni siquiera a costo de producción, no alcanzamos a pagar a proveedores, la materia, prima el grano, las obligaciones fiscales, etcétera”.
Hay una sobreoferta en el mercado mexicano por las importaciones de carne y si desaparecemos los pequeños y medianos porcicultores, vendrán los grandes capitales y el consumidor tendrá carne más cara, adelantó.
“Necesitamos –remarcó– que el gobierno nos escuche, queremos que se aplique la ley y que la Secretaría de Economía regule esos eslabones que están ganando mucho dinero, que no beneficia al productor ni al consumidor final”.
“Nuestro problema principal son los costos de producción, que son de 37 o 38 pesos y vendemos a menos de 30 pesos. Estamos perdiendo, se pierden vientres, se mandan al rastro porque los alimentos están caros, ya tenemos tiempo con esto y no tenemos esperanza”, lamentó Luis Noe Lara Hernández, dirigente de porcicultores de Celaya Guanajuato.
Recuerda que hace cuatro meses vendían a 45 o hasta 48 pesos, pero por el dólar más barato entra mucha carne de Estados Unidos, que compite con la producción nacional y estas importaciones las han permitido las autoridades mexicanas.
Los productores de cerdo señalan que las importaciones ingresan de Estados Unidos, porque para los americanos la pierna es un producto de segunda y lo mandan a precios irrisorios hacia México.
