Rechazan campesinos que grupos privados definan las directrices del campo mexicano
En el contexto de la conmemoración del 104 asesinato de Emiliano Zapata, este 10 de abril, el movimiento campesino, indígena y afromexicano rechazó que sean los grupos privados nacionales e internacionales los que definan en forma exclusiva y excluyente las directrices para el campo.
Expusieron que la agricultura industrial presenta signos de agotamiento por sus impactos en la naturaleza, por ello, la soberanía alimentaria de la mano de la agroecología implica la recuperación de los conocimientos de las economías campesinas e indígenas que producen en condiciones de no depredación de la tierra y productos sanos como el maíz nativo, en un equilibrio con la naturaleza, señaló el Movimiento Campesino Indígena y Afromexicano Plan de Ayala Siglo XXI.
Señalaron que los programas puestos en marcha durante el actual gobierno han sido muy relevantes para la economía campesina pero visiblemente insuficientes para consolidar la autosuficiencia alimentaria del país, y encontraron inconformidad en la base campesina en los territorios.
Consideran que los cambios en los programas para el campo, se modificaron, pero dejaron fuera a las organizaciones campesinas, con manos libres para el sector privado; no se ha producido una nueva ruta, ya que se siguió con proyectos apoyados en entrega directa de recursos, “sin intermediarios”.
Otro obstáculo lo representó el cambio del TLCAN al T-MEC, dado que este último vino a consolidar los acuerdos del primero, “con el compromiso de sacrificar la producción de granos a intereses globales y locales”.
Negaron aceptar que sea el poder global alimentario el que dicte la política agraria, agropecuaria y alimentaria de México. Y pidieron retomar y reorientar la estrategia y caminar rumbo a la soberanía alimentaria, que implica la autosuficiencia alimentaria y el rechazo al glifosato y los transgénicos, entre otros elementos cruciales.
La organizaciones hicieron un llamado a encarar las dificultades que plantea la coyuntura internacional y saber bregar con las presiones de los grupos privados locales y con el poder alimentario global.
Lo que está en juego, aseguraron, es librar la batalla de la transición de una agricultura que produce alimentos envenenados a otra agricultura que produzca alimentos de buena calidad y nutritivos.