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2 millones de agricultores familiares de CA sin resiliencia financiera ante riesgos climáticos

Unos dos millones de agricultores familiares viven en el norte de Centroamérica, y se encuentran entre las poblaciones más vulnerables de la región; sin embargo, carecen de acceso seguros, créditos y mecanismos de ahorro, que podrían ayudar a aumentar su resiliencia financiera frente a riesgos climáticos .

Estos agricultores suelen cultivar alimentos básicos como frijoles o maíz en 1 o 2 hectáreas de tierra, operando al borde de la subsistencia. Sus rendimientos cultivos son bajos e irregulares, ya que la mayoría dependen de cultivos de temporral y tienen acceso limitado a la tecnología de semillas y fertilizantes. Muchos complementan sus ingresos con mano de obra no agrícola y remesas.

Los fenómenos meteorológicos extremos y los riesgos climáticos amenazan aún más sus medios de vida, señala una publicación del Banco Mundial (BM).

Puntualiza que Guatemala, por ejemplo, es el decimosexto país más expuesto a eventos climáticos extremos del mundo. Los peligros hidrometeorológicos, como las lluvias excesivas y sequías, están aumentando en gravedad y frecuencia en toda la subregión. Los agricultores familiares del Corredor Seco (que se extiende por partes de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) son particularmente vulnerables a las graves sequías producto del fenómeno de El Niño, que se dan cada tres a cinco años. En 2018, la sequía provocó la pérdida de varios cientos de miles de hectáreas de frijoles y maíz en estos países, con importantes implicaciones adversas para los ingresos y la seguridad alimentaria de las comunidades rurales.

Igualmente, menos de 4 de cada 10 adultos que viven en zonas rurales de Honduras tienen cuentas de transacciones básicas. Los esfuerzos para promover los microseguros entre los agricultores familiares aún no han alcanzado una escala suficiente debido a los altos costos operativos y los bajos niveles de educación financiera. Los programas de redes de seguridad social existentes brindan una protección financiera inadecuada a los agricultores familiares, refiere el Banco Mundial.

El enfoque de Guatemala: ¿un modelo a seguir?

Un estudio de factibilidad del orgamismo identifica posibles soluciones financieras y de seguros para riesgos de desastres que podrían brindar protección financiera básica a escala para los agricultores familiares en el norte de Centroamérica.

“Un enfoque prometedor ya ha echado a andar en Guatemala. A partir de 2021, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación inició un programa innovador para proteger los medios de vida de los agricultores familiares contra riesgos climáticos severos bajo un programa denominado Seguro Paramétrico Catastrófico”, apunta el BM.

Explica que bajo ese esquema el ministerio de ese país adquiere una póliza de seguro única que incluye a un gran número de agricultores familiares como principales beneficiarios y dada las graves limitaciones financieras que éstos enfrentan, financia totalmente los costos de las primas.

“El seguro es paramétrico o basado en índices, lo que significa que paga cuando ocurre un evento desencadenante –por ejemplo, un volumen específico de lluvia medido por un satélite– en lugar de indemnizar la pérdida real sufrida”.

Una vez que se activa la póliza para un área geográfica particular, la aseguradora distribuye directamente los pagos del seguro a los agricultores familiares.

Los agricultores reciben un mensaje de texto con una ficha o código y utilizan esa ficha para recuperar sus pagos en un cajero automático o sucursal bancaria cercana”.

Desde 2023, el programa protege a 100.000 agricultores familiares en Guatemala contra el exceso de lluvias y sequías que podrían afectar gravemente sus medios de vida”.

Ventajas y condicionantes previos para escalar

El “seguro de riesgo de desastres basado en índices macro modificados”, tiene varias ventajas, como evitar altos costos operativos asociados con los modelos tradicionales de seguros y microseguros agrícolas, como, por ejemplo, la venta de seguros puerta a puerta, la administración de miles de pólizas individuales y la medición de las pérdidas reales. Los agricultores pueden registrarse en masa como beneficiarios de una política única.

Además, la política puede diseñarse para tener en cuenta las fuentes de ingresos no agrícolas que también pueden verse afectadas por fenómenos climáticos extremos, permitiendo así un enfoque de protección holístico de los medios de vida.

Este enfoque se puede escalar con bastante rapidez y la experiencia demuestra que este enfoque puede ser más rentable que los enfoques tradicionales de asistencia humanitaria.

Fuente: Banco Mundial

 

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