Afectadas 3 mil millones de personas por degradación de tierras
El tema del Día Mundial del Medio Ambiente de este año es “restauración de las tierras, desertificación y resiliencia frente a las sequías”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, en su mensaje señaló que pese a que la humanidad depende de la tierra, en todo el mundo, una combinación tóxica de contaminación, caos climático y eliminación de la biodiversidad está convirtiendo tierras sanas en desiertos y ecosistemas prósperos en zonas muertas. Se están aniquilando bosques y praderas, y se está minando la fuerza de la tierra para sostener los ecosistemas, la agricultura y las comunidades.
En consecuencia, se pierden las cosechas, desaparecen las fuentes de agua, se debilitan las economías y corren peligro las comunidades, lo que afecta más gravemente a los más pobres. El desarrollo sostenible está sufriendo, pues estamos atrapados en un ciclo mortal: el uso de la tierra es responsable del 11 % de las emisiones de dióxido de carbono que calientan el planeta. Es hora de salir de este ciclo, aseguró António Guterres.
Asimismo enfatizó que los países deben cumplir todos sus compromisos para restaurar las tierras y los ecosistemas degradados, así como todo el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. Deben aprovechar su nuevo plan nacional de acción por el clima para definir cómo detendrán y revertirán la deforestación de aquí a 2030. Además, debemos aumentar drásticamente la financiación para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a los fenómenos meteorológicos violentos, proteger la naturaleza y apoyar el desarrollo sostenible.
En tanto, la directora ejecutiva del Programa para el Medio Ambiente (PNUMA) de la ONU, Inger Andersen, indicó que la degradación de las tierras y la desertificación afectan a más de tres mil millones de personas.
Aseguró que los ecosistemas de agua dulce también están degradados, lo que dificulta la producción de cultivos y la cría de ganado. Esto afecta aún más a los pequeños agricultores y a las personas pobres en las zonas rurales.
La naturaleza es resiliente, por lo que mediante la restauración de ecosistemas, podremos frenar la triple crisis planetaria: la crisis del cambio climático, la crisis de la pérdida de naturaleza y biodiversidad, incluida la desertificación, y, por supuesto, la crisis de la contaminación y los desechos, señaló la directora ejecutiva del PNUMA.
Podemos ayudar a revertir la pérdida de biodiversidad para 2030, conforme con el Marco Mundial de Biodiversidad y podemos acercarnos a cumplir los límites de temperaturas globales establecidos en el Acuerdo de París si aumentamos el almacenamiento de carbono, incluidas las turberas.
Y podemos reducir la pobreza y la inseguridad alimentaria cumpliendo los ODS, aseveró.