Busca FAO 1,900 millones de dólares para ayudar a 49 millones de personas con inseguridad alimentaria aguda
Para salvar las vidas y los medios de subsistencia de algunas de las poblaciones más afectadas por la inseguridad alimentaria del mundo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está buscando mil 900 millones de dólares para 2025, en un momento en que el hambre aguda se hace cada vez más patente en las principales crisis alimentarias del mundo.
Con estos fondos, casi 49 millones de personas podrían producir sus propios alimentos y salir de la inseguridad alimentaria aguda.
En 2024, la escalada de violencia provocó crisis de hambre extrema en lugares como Gaza, Sudán y Haití. El número de personas que se enfrentan, o se prevé que se enfrenten, a condiciones catastróficas de hambre [clasificadas como Fase 5 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (CIF)] aumentó más del doble : de 705,000 personas en cinco países y territorios en 2023 a 1.9 millones de personas a mediados de 2024 en Gaza, Haití, Malí, Sudán del Sur y Sudán.
Se declararon condiciones de hambruna en el campamento de Zamzam en Sudán, y otras partes del país estaban en riesgo.
Al mismo tiempo, los fenómenos meteorológicos extremos provocados por El Niño y La Niña y la crisis climática en general también llevaron a millones de personas al borde del abismo. Mujeres, hombres, niñas y niños, que ya eran vulnerables, se vieron gravemente afectados por las sequías en el sur de África, partes del Pacífico y en todo el Corredor Seco de América Central, así como por las graves inundaciones en África occidental.
A nivel mundial, el futuro inmediato es profundamente preocupante, sin señales de que los principales impulsores del hambre aguda (los conflictos, los fenómenos climáticos extremos y las crisis económicas) vayan a disminuir en 2025.
“La asistencia agrícola de emergencia es un salvavidas y ofrece una vía para salir del hambre, incluso en medio de la violencia y las perturbaciones climáticas. Tiene efectos que salvan vidas en las poblaciones vulnerables, permitiéndoles seguir produciendo alimentos localmente para alimentarse a sí mismos, a sus familias y a sus comunidades”, afirmó Beth Bechdol, directora general Adjunta de la FAO.
“Sin embargo, estamos viendo importantes carencias en la financiación de este tipo de intervenciones agrícolas. En situaciones de crisis, más de dos tercios de la población depende de la agricultura para su sustento. Sin embargo, con demasiada frecuencia, solo una fracción de la ayuda humanitaria para las crisis se asigna a proteger los medios de vida agrícolas”, enfatizó.