Contracción del 20% en oferta de maíz; cosecha menor en 4.3 millones de t en 2024
Debido a la sequía prolongada registrada en México, la producción de maíz para el año agrícola 2023-2024 se reducirá 4.3 millones de toneladas –considerando grano blanco y amarillo–, por lo cual la oferta para el mercado tendrá una contracción del 20%, de acuerdo con estimaciones preeliminares del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Para el año agrícola 2022-2023 la producción de maíz blanco fue de 24.7 millones de toneladas (m/t), mientras que para el 2023-2024 dicho organismo estima sea de 21.1 millones, es decir, una reducción de 3.6 m/t.
En el caso de maíz amarillo, el SIAP proyectó –de manera preeliminar– que en el año agrícola 2022-2023 la producción fue de 3.3 m/t y para año agrícola 2023-2024 será de 2.6 m/t, es decir, 700 mil toneladas menos.
Durante una rueda de prensa virtual, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, reconoció que la sequía que se ha presentado en México afectará la oferta de maíz para 2024, por lo que ésta se reducirá en 20 por ciento.
No obstante, acotó, dicha reducción no será tan grave porque se cuenta con un excedente de más de un millón de toneladas del otoño-invierno (o-i) 2022-2023 y a esto se suman 600 mil toneladas que aporta el programa Sembrando Vida. En forma adicional, dijo, está lo que aporta la región del sur-sureste, donde se ha incrementado la superficie sembrada de maíz y tenemos agua y se apoya con fertilizante químico para maíz, frijol y arroz.
Las importaciones de maíz amarillo para 2024 se estima se mantengan entre 14 y 16 millones de toneladas –en su mayor parte procedentes de Estados Unidos.
Villalobos Arámbula expuso que la reducción del ciclo primavera-verano 2023 se compensó con la cosecha del ciclo o-i previo que fue excedentario y dada la productividad que se ha alcanzado con la entrega de fertilizante en el sur-sureste.
De modo que hay que sumar todos las factores que están incidiendo en la disponibilidad de maíz para este año, pero insisto no creo que llegue a rebasar el 20%”.
Acciones para mitigar efectos de sequía
Durante la rueda de prensa para anunciar el tercer Congreso Interamericano de Agua, Suelo y Agrobiodiversidad (CIASA), a realizarse del 28 al 30 de agosto de este año en la Ciudad de México, Villalobos Arámbula, destacó que la Sader ha implementado prácticas que tratan de adaptar la agricultura ante las señales de cambios climatológicos y falta de precipitación, por lo que trabaja en el manejo de los suelos que retengan la poca humedad existente y que abonen a la fertilidad.
También se promueve la reconversión productiva a cultivos que requieran menos agua. Por ejemplo, en el norte mexicano se puede sustituir hortalizas por cultivos como el girasol o ajonjolí, que además tienen un precio importante en el mercado.
Igual, añadió, se aplica el programa de bombardeo de nubes, que ha tenido éxito en el centro-norte del país, donde la lluvia es más escasa y con el Programa mi parcela no se quema se invita a los productores a que no quemen sus parcelas después de la cosecha; otras herramientas que se usan son la inteligencia artificial e imágenes satelitales para monitorear sequía y plagas.
En la conferencia se destacó que el INIFAP tiene un programa muy intenso de mejoramiento genético no solo para obtener mayor producción o atender enfermedades, sino ha incluido la tolerancia al calor o al estres hídrico, principalmente en tres cultivos maíz, frijol y trigo. Además realizan estudios en riego presurizado para ahorrar hasta 80% de agua.
El titular de la Sader comentó que las alteraciones climatológicas nos deben llevar a fortalecer acciones para paliar la sequía.
Tenemos que ser más inteligentes en el uso del agua, ya que 75% del agua dulce se destina para la agricultura y muchas veces no se hace en forma adecuada”.
Reiteró que el recurso agua será más impredecible, porque nuestra agricultura depende en 70% del temporal de lluvia y cuando esta no se presenta o es poca afecta la productividad y en producción de granos para el autoconsumo afecta a las familias que lo producen o a los mercados locales.
Por último, Villalobos Arámbula recordó que más de la mitad del suelo del país esta en un proceso de degradación y en algunos casos de desertificación y esto se ha dado por muchas décadas por malas prácticas de cultivo como la quema agropecuaria, la falta de barrera rompevientos.