Cultivan nopal agroecológico y procesan harina de alto valor nutrimental en Milpa Alta
La nube de insectos que merodean la parcela de Anastasia, los zumbidos de escarabajos, moscas y otras especies que coexisten en armonía, son un indicador de la ausencia de agroquímicos que desde hace 18 años mantiene esta agricultora en su parcela de nopal, ubicada en el pueblo de San Juan Tepenahuac Milpa Alta, y cuya producción primaria y transformación ya cuenta con el certificado agroecológico o Sello Verde.
En este territorio hay épocas de sobreproducción de nopal que ocasiona la caída del precio, por lo que Anastasia Catalina Guzmán Pérez, pudo dar un giro a partir de que la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr) la invitó a participar en un concurso de elaboración de productos de nopal. “Ahí inició la transformación, se me abrieron puertas, me invitaron a vender en diferentes puntos y uno se obliga a buscar opciones para el nopal, que comúnmente se combina con carnes, pero es un abanico de posibilidades, tanto dulce como en salado”.
La transformación–recuerda– la empezó con panqué de nopal, al que agregaba amaranto y harina de trigo, pero hay gente que no consume esta última; la eliminó y cambió la receta conforme se lo pedían sus clientes. Hizo una galleta de nopal con huevo, pero también hay gente que tampoco lo consume, ni grasa ni harina, por lo añadió amaranto y jugo de naranja para que todos pudieran comerla.
En su parcela, en el paraje Quinichpatlatitla, la productora comenta que del total de nopales que cultiva 90% lo vende en fresco y 10% lo transforma, a partir del 2016.
La transformación requiere esfuerzo, hay que buscar clientes, pero se gana mucho más, el chiste es encontrar mercado”, expresa.
Con su empresa familiar, Nopaltitla, incursionó hace cuatro años en la producción de harina de nopal, a partir de que Anastasia leyó un artículo de la UNAM que decía de que este alimento contiene fibra y calcio, aporta beneficios a la salud y lo fortalece los huesos. “Pensé, aquí yo tengo mucha sobreproducción y empecé a producir harina de nopal que puede utilizarse en todo, ensaladas, repostería o jugos”.
El estudio señalaba que el nopal debe ser maduro, el mejor momento para consumirse, porque conserva todas sus propiedades. Esta característica la tiene el nopal de 25 a 30 centímetros que, curiosamente, es el de menor precio en Milpa Alta, “pero aporta más beneficios a la salud de las persona”, explica esta mujer que rebasa los sesenta años, quien cursó una carrera técnica y estudió un tiempo ingeniería en el Politécnico.
El deshidratado lo hacen con una empresa que garantiza la calidad e inocuidad de la harina de nopal. En julio de este año, recuerda Anastasia, se despencó el nopal para controlar la sobreproducción y unas 10 toneladas se reintegraron al suelo; “esto lo podría utilizar si tuviera muchos puntos de venta, que la gente supiera que la harina de nopal tiene grandes beneficios; hay quien sí me la compra y gente que ya me busca, pero son pocos”, señala. No obstante, anticipa “muy buen futuro a la harina, porque es la forma de poder conservar el nopal y tiene buen precio”.
Transformar es una salida a la sobreproducción, que se da en época de calor. Los precios del nopal suben y bajan como en la Bolsa de Valores, a veces esta a “muy buen precio; otras no”, A principios de agosto pasado, por ejemplo, el nopal de 8 a 12 cm en caja de 500 costaba 600 pesos; el de 18 a 25 cm en caja de 200, estaba en 180 pesos; y el de 25 a 30 cm en caja de 100 nopales entre 100 y 120 pesos; pero hay veces que baja hasta la mitad.
Apoyo institucional de la parcela al mercado
Esta unidad de producción tiene el apoyo mensual de Sembrando Vida –5,000 pesos–, que se utiliza para mano de obra, principalmente, además recibimos capacitación e invitaciones a ferias y puntos de venta como Huerto Roma, en el mercado alternativo del Bosque de Tlalpan o en exposiciones de avenida Reforma en CDMX. “Otro apoyo fue que me llevaron de la mano para hacer el proceso de la marca, código de barras, el diseño de la etiqueta”, remarca Guzmán Pérez.
Nopaltitla también cuenta con el reconocimiento del Senasica (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria) sobre reducción de riesgos de contaminación y un distintivo de la Conabio por ser amigable con la biodiversidad.
En la empresa trabajan el esposo e hija de Anastasia, Ángel y Sara Luz García, ambos egresados del Instituto Politécnico Nacional, además de otros familiares que participan en el cultivo y la transformación, en total suman unas diez personas. Antes el esposo de la productora cooperaba, “porque no se cubría los gastos; hace seis años se quedó sin empleo y ahora todas nuestras necesidades son cubiertas por el nopal”
Desde que Anastasia es productora de nopal decidió no utilizar productos agroquímicos, “por convicción, porque decía: nos vamos a hacer daño, al medio ambiente, al suelo”. Los insectos que no paran de acosar a los visitantes son testigos.