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EU defiende panel de maíz con “panfletos”, publicaciones de internet y sin rigor científico, acusa gobierno de México

En el panel de solución de controversias de maíz, Estados Unidos presenta información desactualizada, usa panfletos o publicaciones de internet sin “el más mínimo rigor científico que amerita esta controversia” o donde existe “evidente” conflictos de interés”, acusa el gobierno de México en su escrito inicial presentado ante este mecanismo del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

En lo que considera “las precisiones más relevantes del Decreto 2023”, que es el objeto de disputa por los estadounidenses, la parte mexicana destaca que el alcance del mismo se acota únicamente al maíz; establece tres categorías del maíz a partir de su uso: el maíz destinado a la alimentación humana, en donde se encuentra la masa y tortilla —a través de la nixtamalización—; el maíz para uso industrial para alimentación humana, y el destinado a la alimentación animal; limita el uso del maíz GM (genéticamente modificado) tratándose del maíz destinado para masa y tortilla; no se establece una temporalidad específica para la sustitución gradual del maíz GMpara uso industrial para alimentación humana, y el destinado a alimentación animal”.

En una revisión al documento realizada por imagenagropecuaria.com, se encontró que, según el gobierno de México, la evidencia que aporta Estados Unidos “no demuestra lo que alega en su escrito inicial o no constituye evidencia idónea”, por lo que puntualiza que “la mayor parte de las pruebas aportadas por Estados Unidos para sustentar cuestiones fácticas respecto a los OGM, ni siquiera son publicaciones científicas, sino meros panfletos o publicaciones de internet que no cuentan con el más mínimo rigor científico que amerita esta controversia, a la luz de sus alegaciones”.

Un segundo argumento que presenta es que “un gran número de pruebas son fuentes desactualizadas, pues tienen más de 10 años de antigüedad” y otros documentos que aporta Estados Unidos “han sido severamente criticados por sus deficiencias metodológicas”. La ciencia avanza a gran velocidad, “y muchos de estos hallazgos ya han quedado rebasados”, subraya el escrito mexicano.

Un tercer punto es que otras pruebas “que podrían considerarse científicas, presentan un evidente conflicto de interés, lo cual queda demostrado en los propios documentos, al señalar que los autores son empleados de empresas que comercializan OGM o que fueron financiados por estas empresas. Esta situación, indudablemente, tiene efectos en la objetividad de sus resultados”.

Como podrá corroborar el Panel, Estados Unidos lejos de comprobar que las medidas identificadas no están basadas en ciencia, presenta información carente de rigor científico, desactualizada, o con conflictos de interés”.

En contraste, argumenta la parte mexicana, la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) tiene a su cargo el Sistema Nacional de Información sobre Bioseguridad (SNIB), que en 2020 incluyó el Expediente científico sobre el glifosato y los cultivos GM,  el cual describe “de manera clara los riesgos a la salud y a las variedades nativas del maíz asociados tanto al maíz GM y al glifosato. Este documento y el SNIB son el trabajo detrás de la emisión del Decreto”.

Respecto a los señalamientos estadounidenses de que el decreto limita el comercio, la defensa mexicana subraya que “el intercambio comercial de maíz entre México y Estados Unidos no ha sido afectado” y que incluso las importaciones de maíz amarillo, que es el comercio relevante, al lado mexicano procedentes de ese país aumentaron.

Por tanto, remarca, “las operaciones no se han visto afectadas a partir de las medidas alegadas por Estados Unidos identificadas en el Decreto”, el cual se refiere al destinado a la alimentación humana mediante la nixtamalización o elaboración de harina, que se utiliza en la industria de la masa y la tortilla, y “es el maíz blanco, no el amarillo”.

El escrito inicial anota que el decreto 2023 no prohíbe la importación y venta de maíz GM y “únicamente regula el uso de maíz GM en México, independientemente de si ha sido producido nacionalmente o importado. Específicamente, limita el uso de grano de maíz GM para consumo humano directo (i.e., en forma de masa nixtamalizada, tortilla y alimentos relacionados)”.

Aclara que en el decreto la restricción al uso de maíz genéticamente modificado en el sector conocido como masa y la tortilla se establece, “sin que ello implique que no se otorguen autorizaciones para el uso del maíz genéticamente modificado para alimentación animal o uso industrial”.

Estos son solo algunos aspectos en lo referente al maíz que están en el documento que presentó México en el panel en cuestión para defender el decreto presidencial de 2023, que plantea la eliminación gradual del herbicida glifosato, la eliminación del uso de maíz GM en harina y tortillas para consumo humano directo, y la eventual sustitución del maíz GM para uso industrial y alimentación animal.

Un análisis del Instituto de Política Agrícola y Comercial (IATP, por sus siglas en inglés), señala que las políticas de México establecidas en el decreto “tendrán un impacto mínimo en los productores estadunidenses: las políticas afectan sólo al 1% de las exportaciones de maíz de Estados Unidos…”

El IATP considera que “México ofrece una sólida defensa basada en la ciencia y apoya las demandas de la sociedad civil para proteger la salud humana y la soberanía alimentaria”.

Destaca como elementos clave de la propuesta de México el hecho de que Estados Unidos “no presentó ningún estudio revisado por pares que demuestre que es seguro comer grandes cantidades de maíz transgénico expuesto a glifosato en forma mínimamente procesada durante toda la vida. México argumenta que el proceso regulador estadounidense no es lo suficientemente estricto como para garantizar que los productos sean seguros para que los mexicanos los consuman en altos niveles”.

Además, señala el IATP, siguiendo la argumentación de México, “se ha demostrado que las tortillas mexicanas están contaminadas con maíz transgénico y glifosato, este último en residuos procedentes de tratamientos de maíz transgénico diseñado para tolerar el herbicida presente en el Roundup. México demuestra que incluso exposiciones de bajo nivel pueden tener repercusiones negativas para la salud a largo plazo”.

Respecto a la salud animal, “la propuesta detalla que el maíz transgénico, especialmente el maíz Bt diseñado para matar plagas de insectos, puede tener efectos adversos en animales”

“Desde que México anunció por primera vez sus intenciones de limitar el maíz transgénico y el glifosato en su cadena de tortillas, el gobierno de Estados Unidos ha afirmado que las políticas de México no se basan en la ciencia”, dijo Timothy A. Wise, asesor principal del IATP.

El instituto recalca que el documento de México “aporta pruebas que justifican la adopción de medidas cautelares para proteger a los consumidores de los posibles efectos sobre la salud del maíz transgénico importado de Estados Unidos y de los residuos de glifosato”.

Cabe señalar que el IATP, junto con organizaciones mexicanas y estadounidenses presentarán pruebas y análisis adicionales, antes del 15 de marzo, “en defensa del derecho de México a tomar medidas para proteger la salud pública, el medio ambiente y su patrimonio cultural”, refirió el propio instituto en un comunicado. Se espera que el proceso formal de arbitraje emita un veredicto en noviembre.

En el escrito inicial presentada en el panel, México enfatiza que “el maíz es el cultivo más representativo, no sólo a nivel económico, sino social e incluso cultural. El consumo per cápita anual y en promedio por mexicano es de 123.47 kg de maíz. El 98.6% de los mexicanos consume tortillas en su dieta diaria; el 68% de la población come los 7 días de la semana tortilla; el 52.9% come al menos una tortilla al día, el 38% consume dos tortillas diarias y el restante come 3 tortillas”.

“Con estos datos se corrobora que, a diferencia de muchos países industrializados en donde el maíz blanco es utilizado como alimento para ganado y procesos industriales, en México, su principal uso es la alimentación humana”.

 

 

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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