Evalúan necesidades de la población tras paso de Beryl por el Caribe

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), está desplegada en las zonas afectadas por el huracán Beryl en el Caribe para avanzar en la evaluación rápida de necesidades y la preparación de propuestas, bajo el liderazgo de la Agencia de Gestión de Emergencias y Desastres del Caribe (CDEMA), para restablecer la producción y los medios de vida.

La FAO está prestando apoyo mediante la evaluación de los daños y las necesidades mediante drones y teledetección por satélite. Esta información incluye la recopilación de datos sobre el terreno mediante encuestas y entrevistas a informantes clave. Todo ello orientará la planificación de la respuesta y la recuperación. A través de los Ministerios de Agricultura y el CDEMA, los gobiernos siguen evaluando el alcance total de los daños causados.

De acuerdo con las evaluaciones realizadas hasta el momento, las principales necesidades humanitarias del sector de seguridad alimentaria se centran en restaurar la capacidad pesquera de los pescadores artesanales y actores involucrados en la cadena de valor, incluyendo equipos e infraestructura de procesamiento, conservación y transformación; proporcionar materiales de siembra para recuperar los cultivos afectados, así como insumos para cultivos de ciclo corto que sirvan como fuente alternativa de alimentos e ingresos; transferencias de efectivo y otros mecanismos para que los pescadores y agricultores más vulnerables puedan acceder a las necesidades básicas; y asistencia alimentaria para la población afectada.

La FAO señaló que según los primeros indicios, aproximadamente 60,000 personas necesitan asistencia humanitaria en Granada, San Vicente y las Granadinas. Se ha informado de pérdidas de capacidad pesquera, incluidos daños a los buques, la infraestructura de apoyo y el equipo de pesca, así como de daños a los cultivos y al ganado.

La agricultura en Jamaica también ha sufrido daños, y las evaluaciones preliminares indican que varios cultivos se han visto afectados. El acceso a las zonas rurales sigue siendo un problema y las autoridades estiman que los daños al sector agrícola ascienden a más de 6,4 millones de dólares, lo que genera preocupación por la seguridad alimentaria y los medios de vida. Entre los cultivos dañados se encuentran las hortalizas y las frutas, que son fuentes de alimentos en la isla. Además, los sectores ganadero y pesquero también han sufrido daños considerables.

La FAO movilizó inmediatamente asistencia técnica a través de su Fondo Especial para Actividades de Emergencia y Rehabilitación (SFERA) para apoyar su capacidad de coordinación y respuesta en los países afectados. Esto incluye la contratación y el despliegue rápido de personal, misiones sobre el terreno, logística, asociaciones, movilización de recursos y actividades de asistencia técnica.

Mario Lubetkin, Subdirector General de la FAO y Representante Regional para América Latina y el Caribe, afirmó: “Desde la FAO expresamos nuestro compromiso con los países del Caribe y reiteramos nuestro apoyo a la movilización de la cooperación internacional para la respuesta y la recuperación de la producción agrícola, ganadera y pesquera en los países afectados”.

Además, con la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), la FAO está trabajando en un plan de respuesta que recoge las necesidades identificadas, destacando las de los productores y pescadores. Con este enfoque se busca movilizar la atención internacional sobre la necesidad de apoyar una respuesta rápida en una región donde se prevé que la temporada de huracanes sea muy intensa.

Hasta la fecha, los Ministerios de Agricultura de San Vicente y las Granadinas y Granada han solicitado oficialmente a la FAO que apoye la recuperación de sus sistemas de producción alimentaria mediante intervenciones agrícolas de emergencia que son fundamentales para salvaguardar las vidas y los medios de subsistencia de los más vulnerables. Las solicitudes de asistencia incluyen la distribución de semillas, fertilizantes, insumos pesqueros, reparación de embarcaciones e infraestructura crítica de procesamiento, conservación y transformación, y apoyo a la ganadería de subsistencia, entre otras.