Las plantas, las semillas y la vida no se pueden patentar ni son un commodity, expresó la ecofeminista y ambientalista internacional, Vandana Shiva, al reiterar su oposición al uso de los transgénicos que promueven firmas trasnacionales.
Durante su estancia en México, al participar en el foro La defensa de las semillas libres y la biodiversidad frente al imperialismo alimentario, la activista manifestó su solidaridad con la defensa que realiza nuestro país en el panel de solución de controversias que sostiene con Estados Unidos en torno a maíces transgénicos y uso del herbicida glifosato.
En rueda de prensa realizada en Cencalli, casa del maíz y la cultura alimentaria, del Complejo cultural Los Pinos, Vandana Shiva se refirió a la importancia de defender la tierra frente al “imperialismo alimentario” y de hacerlo en forma conjunta integrando la salud de la tierra, la salud de los campesinos, y de todos aquellos que alimentamos.
Criticó las formas en gobiernos y corporaciones promueven la introducción de semillas genéticamente modificadas, “otra forma del imperialismo alimentario que se impone mediante marcos regulatorios de propiedad intelectual de las semillas, como UPOV 91, y mecanismos jurídicos como el referido panel de controversia”.
Incluso, subrayó, la Organización Mundial de Comercio (OMC) habla de patentar las semillas y de proteger la propiedad intelectual, pero “la vida y las semillas no son un commodity” y por ello las leyes domésticas –que protegen la biodiversidad y las semillas nativas—no solo son importantes para los países, sino para el mundo.
Tras cuestionar el papel de las firmas del agronegocio que “no han creado ni resuelto ningún problema para la humanidad”, aseguró que la verdadera base de la alimentación mundial son las semillas libres, patrimonio de la humanidad que contienen las respuestas ante las plagas, los desafíos climáticos y otras amenazas para la producción mundial de alimentos sanos y suficientes.
Vanda Shiva, originaria de la India, recordó que 80% de la biodiversidad del planeta estan en tierras indígenas, donde son las mujeres las que realizan los cuidados necesarios y producen.
La ecofeminista hizo énfasis en que
hay que dejar de envenenar al campo y regenerar la tierra, porque estamos produciendo para embellecerla; no estamos produciendo mercancía, no”.
Frenar maíces transgénicos en alimentación de México
En tanto, la integrante de la Campaña nacional sin maíz no hay país, Leticia López Zepeda, recordó que el pasado 15 de marzo organizaciones de la sociedad civil de México y Estados Unidos presentaron ante el panel de solución de controversias del T-MEC opiniones técnicas, argumentos basados en evidencia científica confiable, donde señalan y advierten “sobre los múltiples riesgos que hacen pertinente y urgente frenar la presencia de maíces genéticamente manipulados en la alimentación de mexicanas y mexicanos, y como materia prima para otras industrias”.
La también dirigente de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) hizo énfasis en que, en todo caso, en el panel son los estadounidenses quienes deben demostrar que el consumo de maíces transgénicos es inocuo y no hace daño; no nosotros.
El decreto de maíz y glifosato del gobierno mexicano es resultado de mucho trabajo previo, por lo cual las organizaciones lo apoyamos y consideramos bueno que se eleve a rango constitucional, porque es un mensaje de soberanía y es importante prohibir el maíz transgénico en México, puntualizó Leticia López.
Durante su intervención, en la rueda de prensa, la dirigente de ANEC comentó que “la biotecnología estandariza, es una fábrica deshumanizada de mercancías”, y el modelo que promueve concibe a los alimentos como una mercancía; mientras que la adaptación que tenemos en 4.5 millones de unidades de producción es flexible y los maíces que ahí se siembran se adaptan a todas la regiones.
Los maíces nativos, añadió, además ofrecen alimento para autoconsumo y brindan independencia a los productores. Por ello, racalcó, se deben promover políticas de apoyo “no con un enfoque productivista, sino de justicia social”.
Las organizaciones de la Campaña nacional sin maíz no hay paíz manifestaron que de tener una resolución desfavorable para México dicho panel frente. Estados Unidos, “se limitaría nuestro derecho a decidir qué semillas sembrar y con qué tipos de maíz alimentarnos”.
Vandana Shiva se sumó a las voces en México que defienden los maíces nativos, el libre cultivo e intercambio de semillas entre las comunidades campesinas e indígenas, fundamentales en la conservación de la biodiversidad y la soberanía alimentaria en México.
“La biodiversidad es la que nos unifica; la uniformidad es la desintegración”, sentenció la ecofeminista.
