Ciencia y Tecnología

París reducirá huella de carbono durante justa olímpica

Cada cuatro años, los atletas más destacados muestran su excelencia ante millones de aficionados de todo el orbe. En esta ocasión, París pasará a la historia del deporte no sólo por ser sede de los Juegos Olímpicos de 2024, sino por organizar un evento masivo en plena crisis climática. Para responder a las exigencias actuales los responsables se han comprometido a reducir a la mitad su huella de carbono en comparación con ediciones anteriores, e impulsar proyectos con beneficio ambiental.

“Los espectáculos deportivos generan gran cantidad de gases de efecto invernadero. En total, estas actividades emiten cerca de 350 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año, equivalentes al 1% de lo que representa la producción de energía o cemento, lo cual, a nivel global, es mucho. Las Olimpiadas expelen entre 3.2 y 3.5 millones de toneladas de dicho gas y ello incide en el clima y en los sistemas naturales y humanos”, destaca Francisco Estrada Porrúa, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM.

Al respecto, el académico señala que economistas de todo el mundo han desarrollado métricas para medir el daño por tonelada de CO2. Esto se conoce como “costo social del carbono” y consiste en analizar los impactos en sistemas naturales y humanos por cada tonelada adicional en la atmósfera, para luego ponerles precio.

“Los costos actuales están entre 100 y 1,000 dólares por cada tonelada de CO2 ingresada a la atmósfera. A fin de mitigar sus efectos tanto en el deporte y la vida diaria, como en las empresas y hogares, tenemos que pasarnos paulatinamente a tecnologías más limpias que requieran menos energía y que, además, la obtengan de fuentes renovables. Debemos involucrarnos todos y ser más responsables con el ambiente.”

Desde la planeación del evento (dice el experto en economía ambiental) es necesario considerar que el clima cambia de forma constante. Hay artículos de investigación que advierten que para 2050 la mitad de las ciudades que hoy albergan los Juegos Olímpicos de Invierno no podrán usarse debido a que no se contará con el hielo o nieve suficientes. Además, en Inglaterra será imposible jugar soccer adecuadamente ya que, para mediados de este siglo, una fracción de las canchas estarán parcialmente inundadas durante la temporada de partidos.

Evitar, reducir y luego compensar

Para controlar su impacto en la atmósfera, los organizadores de París 2024 aplicarán el enfoque ARO (por sus siglas en inglés): evitar, reducir y luego compensar. Además, añadió dos etapas adicionales: prever las emisiones y movilizar la acción para aprovechar el atractivo del evento.

En palabras de Adriana Lira Oliver, coordinadora del Laboratorio de Entornos Sostenibles de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, esta edición hará evidente la necesidad de aminorar la generación de CO2, gas que sobrecalienta la Tierra y evita que el calor salga al exterior del planeta.

“París 2024 tiene un papel destacado en la aplicación y demostración de estrategias para disminuir las emisiones no sólo en el comportamiento humano, sino también en la construcción y diseño urbano y arquitectónico, pues las edificaciones de las ciudades son responsables de cerca de una tercera parte de la demanda energética, ya sea por la quema de combustibles fósiles para su climatización o por la fabricación de materiales convencionales usados en sus estructuras, como el cemento”.

La experta en energía y sostenibilidad dice que París 2024 nos recuerda cómo se hacían las cosas hace 500 años, cuando no se disponía de tantos recursos, pero los que había se usaban de manera eficiente. Por ello, invita a aprovechar los recursos naturales renovables como el viento, el Sol y el mar, y ser conscientes de que cada persona puede disminuir su huella de carbono al colocar la basura en su lugar o al preferir la bicicleta o el transporte público sobre el automóvil particular.

Fuente: Gaceta UNAM

Mostrar más

Articulos Recientes

Back to top button