Programas para agro no lograron autosuficiencia alimentaria, expertos
Generaron inequidad y deforestación
Los cuatro programas que han sido implementados por el gobierno federal para fomentar la producción en el campo, Producción para el Bienestar (PpB), Programa de Fertilizantes (PF), Sembrando Vida (SV) y Precios de Garantía(PG), han sido insuficientes para alcanzar la autosuficiencia alimentaria, han generado inequidades en el territorio y deforestación de bosques para poder acceder a apoyos de SV, por lo que la próxima administración requiere una política de Estado que unifique y articulen todos estos esfuerzos.
Durante la presentación de la Agenda socioambiental 2024, coordinada por Leticia Merino, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, y Cecilia Navarro, integrante de la Colectiva Cambiémosla Ya, expertos reconocieron que la transición agroecológica que inició la presente administración es un elemento “muy importante y novedoso en el país”, que no se debe dejar de lado, porque además de permitir producir alimentos saludables y mantener la biodiversidad, ayudan a la mitigación y adaptación al cambio climático, con el uso de menos insumos a base de fósiles.
Hemos aprendido que estos cuatro programas que buscan la autosuficiencia alimentaria, la cual no se ha conseguido, no pueden conseguirla cuando se tiene todo el poder de las corporaciones trasnacionales, que controla la producción, la comercialización y la distribución de los alimentos, además de otros factores, expuso la profesora-investigadora de CentroGEO del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conhacyt), Helena Cotler Ávalos.
Consideró que, como país, está bien que hayamos empezado a hacer una transición agroecológica y lograr la autosuficiencia alimentaria, que el timón se haya volteado y estemos mirando hacia otro camino, no obstante,
¿cuatro programas con poco presupuesto pueden cambiar una dinámica en el campo, en el cual el control está impuesto por las grandes corporaciones trasnacionales? Es difícil”.
Los expertos, quienes han tenido reuniones de presentación de la Agenda socioambiental 2024 con los equipos de las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República, anotaron que “ahora lo que urge es fortalecer ese camino y tener una mayor regulación de las grandes corporaciones transnacionales, que controlan la producción, comercialización y distribución de los principales productos agropecuarios, al tiempo que ejercen presión y coerción para mantener una agricultura industrializada, que ocasiona graves problemas de salud pública, como obesidad, diabetes, cáncer o leucemia”.
En este camino la prohibición del glifosato y de la siembra de maíz transgénico para consumo humano deben reforzarse y blindarse. Igual “se deben repensar programas como la entrega de fertilizantes, cuya aplicación generalizada sin información previa de la calidad de los suelos constituye un obstáculo para la transición agroecológica”, anotaron.
Autosuficiencia alimentaria como política de Estado
El análisis de la Agenda socioambiental 2024 analiza las políticas y programas del campo, de los cuales señala que estos “son disímiles en objetivos, apoyos y prioridades, con lo cual la autosuficiencia alimentaria a través de la transición agroecológica se dificulta…”,
Por ello considera necesario: “plantear la autosuficiencia alimentaria como política de Estado, en la que confluyan de forma alineada políticas sectoriales, de agua, energía, transporte y economía; enfrentar problemas estructurales de pequeños campesinos como falta de agua, de maquinaria y de mercados, así como las redes para comercializar; igual es necesario crear incentivos para los jóvenes con el fin de frenar su migración y “es imperioso atender las situaciones de violencia y de despojo”.
Plantea la necesidad de “homogeneizar los programas SV y PpB. Éstos dan subsidios individualizados con montos muy diferentes a poblaciones semejantes. Esto debería cambiar, unificándolos y deberían invertir en proyectos colectivos, especialmente en lo referente al agua, ya que los pequeños productores están sujetos a la variabilidad climática. También tener fondos para construir bordos, pequeñas presas y sistemas de captación de agua de lluvia, entre otros.
El estudio propone fortalecer la investigación y el monitoreo de la calidad de los suelos con laboratorios colaborativos entre universidades, tecnológicos, centros de investigación, INIFAP y comunidades; modificar la política agrícola-ganadera para prohibir o limitar los grandes centros de engorda que tanto contaminan y afectan a las comunidades e impulsar mercados locales.
Esto posibilitaría organizar mercados con sellos verdes que permitieran valorizar sus esfuerzos por mantener selvas y biodiversidad, favorecer la seguridad hídrica y garantizar el bienestar animal”.
La Agenda socioambiental 2024 apunta que en torno al programa Sembrando Vida no hay información sobre las contribuciones al incremento de la producción agrícola, la satisfacción de necesidades alimentarias o la sobrevivencia de árboles frutales y maderables; “también se ha reportado que se han deforestado parcelas para inscribirlas al programa y acceder a los subsidios”.
Además, las organizaciones e instituciones gubernamentales como internacionales que han analizado SV, encontraron que el número de beneficiarios por estado no tiene relación con la población que lo necesita y que “el otorgamiento de recursos a productores individuales resultó en el debilitamiento de la organización comunitaria y promovió la parcelación de la propiedad social”
De Producción para el Bienestar implementado para contribuir a la suficiencia alimentaria y que apoya preferentemente a productores de granos (maíz, frijol, trigo panificable y arroz, entre otros), refiere que si bien comparte con SV objetivos y métodos, solo en años recientes se ha buscado su interacción. “Cabe preguntarse por la continuidad de la adopción de prácticas agrícolas sostenibles promovidas por ambos programas una vez que finalicen. Esta preocupación es especial mente pertinente en el caso de SV, programa que operó desligado de la organización comunitaria”.
Del Programa Fertilizantes para el Bienestar que entrega hasta 600 kg de fertilizante a pequeños productores el estudios señala “que el uso de fertilizantes ha provocado perturbaciones ambientales tan intensas que vulneran la estabilidad del sistema de la tierra. La distribución de fertilizantes para mejorar el estado de los suelos sin conocimiento de sus características puede, y ha agravado las condiciones ecológicas y de emisión del gas de efecto invernadero (GEI) sin realmente abonar a la autosuficiencia alimentaria”.
Por ello, considera necesario alinear este programa con el impulso de la transición hacia la agricultura sostenible que han realizado los programas PpB y SV, recurriendo a fuentes de nitrógeno distintas a los fertilizantes (químicos) como sería el uso de microorganismos del suelo, micorrizas y microorganismos rizosféricos que podrían reducir o sustituir los fertilizantes minerales.
Del Programa de Precios de Garantía expone que el programa se trazó para cobijar a 1.5 millones de pequeños productores maiceros y hasta 200 mil frijoleros. “Sin embargo, en el 2020, únicamente 3.8% y 3% de la población objetivo para maíz y frijol, respectivamente, mostró interés en el programa…”