Reconstruyen campamento tortuguero La Gloria tras su destrucción por el huracán “Lidia”
El campamento tortuguero La Gloria, ubicado en el municipio costero de Tomatlán, Jalisco reanuda actividades, luego de que el año pasado el huracán “Lidia” arrasara con sus instalaciones.
Dicho campamento esta a cargo del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur) de la UdeG. De acuerdo con el académico José Antonio Trejo Robles ahora se cuenta con instalaciones renovadas, con pocos detalles por concretar. “Ya empezamos las actividades, y aunque aún no está listo para recibir a visitantes, tenemos ya los requerimientos para que estén médicos, un técnico y la gente de la comunidad”, dijo.
Recordó que el huracán dejó prácticamente destruido este campamento “Todo se nos tiró; este campamento estaba hecho con vara, que se llama pajarete, y barro; cada año teníamos que repararlo; perdimos todo, alrededor de 70 a 80 por ciento de los nidos, entre 3 mil a 4 mil. También perdimos una moto, lo que hizo que no hiciéramos los patrullajes usualmente”, señaló el académico.
Por temporada, en el campamento de La Gloria se protegen de 7 mil a 8 mil nidos.
La labor de proteger a la tortuga desde la UdeG
Desde 1985 la UdeG ha trabajado por el rescate de las cuatro especies de tortugas marinas que desovan en las costas de Jalisco: Lepidochelys olivacea (golfina), Dermochelys coriacea (laud), Eretmochelys imbricata (carey) y Chelonia agassizi (prieta).
En casi 40 años se han protegido 11 millones 861 mil 070 huevos. en 129 mil 402 nidos y liberado 129 mil 402 crías. Esto, a través de cinco campamentos tortugueros de la UdeG que están en cinco playas: en Barra de Navidad; en Playa El Coco; el Hotel Quinta de Cuastecomates; el Arroyo Seco y La Gloria.
Recordó que tanto los académicos como personas de las comunidades que apoyan en el rescate de las tortugas están organizados en comités de vigilancia ambiental certificados por la Profepa; esto avala protocolos de manejo de la especie.
Según estudios que se han realizado, en los campamentos se mantiene el saqueo de nidos, pero también el aumento de depredadores que consumen los huevos de tortuga, ya que se trata de animales que han sido desplazados por los cambios de uso de suelo en la costa jalisciense.
“De mil tortuguitas que liberamos, posiblemente de cuatro a cinco lleguen a ser adultas”, recalcó Trejo Robles, quien aseguró que estas amenazas suman a que las especies continúen en peligro de extinción.