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Fertilizantes para el Bienestar detuvo caída en cultivo de maíz en sur-sureste; padrón necesita depurarse

El programa Fertilizantes para el Bienestar (FB)  ha incentivado la siembra en zonas rurales de alta marginación y logró detener la caída que registraba el cultivo de maíz en entidades del sur-sureste de México; es progresivo porque llega a los productores de menores ingresos; sin embargo, existe la “necesidad inmediata de depurar el padrón de beneficiarios, toda vez que existe una proporción-importante de productores que no aprovecha directamente el incentivo, lo transfiere o lo vende”.

Esta es una de las conclusiones de la primera evaluación de impacto de programas-de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), donde se señala que FB, que beneficia a más de dos millones de productores, está logrando contribuir a la producción de cultivos básicos en pequeños productores, gracias a que sus beneficiarios (B) en el ejercicio 2022 produjeron 700 kilogramos adicionales de maíz grano de temporal más, en comparación de los productores No beneficiarios (Nb). Los primeros reportan sembrar un tercio de hectárea más (18%) que los segundos.

Este incremento de la producción significó a nivel nacional, para los nueve estados apoyados en 2022, un aumento de la superficie cultivada de 252 mil hectáreas de maíz. Un efecto positivo “altamente relevante” al asegurar en los B continuar cultivando y produciendo el volumen que se obtiene respecto a los que no están en el programa, más un producto adicional. Esto en un contexto donde las afectaciones climatológicas por sequía han afectado la producción de temporal, así como los altos costos de los insumos.

El apoyo ha incentivado al 10% de los productores, equivalente a poco más de 81,000 beneficiarios a permanecer en el cultivo, a que decidieran sembrar el predio y no lo abandonaran.

Por otra parte, el estudio puntualiza que quienes recibieron el apoyo tuvieron un incremento por el orden de $5,363.00 pesos del valor en la producción respecto a los que no, un aumento del 21%. Dicho recurso representa la recuperación de una parte de los costos de los fertilizantes que recibieron gratuitamente, o visto desde otro ángulo, es el ahorro que se logra al no comprar parte del producto (maíz), considerando que 45% de la producción se destinó al autoconsumo familiar y de los animales de cría. En los beneficiarios indígenas este porcentaje ascendió a 70%.

El principal impacto de FB es una disminución del 32% de los costos de producción, durante el 2023, en los productores de una hectárea o menos.

En 2022, año en que se elevó drásticamente el precio de los fertilizantes, esta proporción llegó hasta al 54%. En los productores de entre 1 y 3 h (2023) fue de 26%, y para los de 3 a 5 ha del orden del 8%.

En el ingreso de los hogares de los B en comparación con los Nb no hubo un aumento directo significativo, debido a que el incremento del valor de la producción no tuvo el potencial para modificar el ingreso total.

El estudio también indica que “existe un grupo de beneficiarios que ya no siembra o no ocupa el insumo en su predio y lo transfieren o lo venden,  en algunos quizá es una situación justificada como en adultos mayores y mujeres que en las que a menudo es el esposo u otro miembro de la familia el que siembra-, pero también existen otros que simplemente ya no siembran o alquilan la tierra”.

Por ello, “sería deseable, -además con lo que coincide la mayoría de los funcionarios y operadores estatales entrevistados-, revisar la focalización y el padrón para tener mayor certeza de que el insumo apoye a la población identificaba como objetivo”.

Al abundar sobre la depuración de padrón del PF y del programa Producción para el Bienestar, se sugiere que “debe fortalecerse a través de la verificación del uso del apoyo, la contraloría social y vigilancia comunitaria”.

El análisis considera que es importante mantener su enfoque hacia la atención de los pequeños productores en los que se advierten mayores impactos. Para ello, la oportunidad de entrega es un aspecto central, y de esta manera lograr impactos positivos del programa.

Más allá de los rendimientos

En la variable rendimiento del cultivo que no es un objetivo que se pretenda atender PF, desde 2022, “no se tuvieron efectos estadísticamente significativos a favor de los beneficiarios, principalmente debido a que la innovación tecnológica promovida por el programa es baja, considerando el uso generalizado que se tiene de los fertilizantes por parte de los productores”.

A diferencia de la superficie nacional de maíz grano de temporal, que ha caído, en Guerrero, Chiapas y Oaxaca, la tendencia de los últimos años con el programa, ha tenido un modesto aumento de 0.33 h, que significó para las ocho entidades estudiadas en 2022, un aumento de 245,400 hectáreas.

Empero, acota el análisis,

los impactos deben valorarse en ese contexto analítico, en el que no siempre éstos tendrán que ser notoriamente incrementales, sino más bien compensatorios y orientados a revertir caídas o pérdidas que pudieran haber sido mucho mayores sin la intervención pública”.

Y subraya: “el apoyo en contextos sumamente adversos, son un incentivo para aliviar las limitaciones estructurales y coyunturales que enfrenta este tipo de economía, recuperar en algunos casos el interés y la motivación por continuar en la actividad productiva, y en evitar afectaciones mayores de factores externos”.

El reto –plantea– para el programa si se busca impactar en los rendimientos es grande, porque este indicador poco ha mejorado en los últimos años para el caso de maíz de temporal a nivel país, precisamente porque queda sujeto a la disponibilidad y regularidad de las lluvias, y a la adopción de otras prácticas tecnológicas complementarias por parte de los productores, en una actividad que cada vez más, al no ser que su producción se destine para el autoconsumo, ofrece pocos incentivos económicos y de rentabilidad.

FB y seguridad alimentaria

Respecto al impacto del programa en la seguridad alimentaria, el análisis indica que tampoco se tuvieron efectos significativos. Estima que estar en FB reduce en 0.2 el número de situaciones esperadas de inseguridad alimentaria, “aunque este efecto no es estadísticamente significativo”. El 48% de los hogares son categorizados como en seguridad alimentaria, sin que existan diferencias significativas entre los hogares que reciben el apoyo y quienes no.

El reporte igual puntualiza que el PF tiene efectos en la decisión de siembra de los productores, puesto que 11.6% de los B, que representa alrededor de 80 mil productores manifestó que, si no le hubieran dado el fertilizante, no hubiera sembrado la unidad de producción; mientras que 26% manifestó que sin el apoyo tampoco lo habrían comprado;. Además, 46% de los B manifestó que sí compraría el fertilizante, pero lo haría en menor cantidad.

Un efecto paralelo de FB fue que para el Grupo FERTINAL significó un punto de inflexión, que determinó prácticamente su subsistencia, la compañía no tuvo que cerrar operaciones, y paulatinamente se ha ido incrementando la disponibilidad oportuna de fertilizantes nacionales a través de la reactivación de las plantas nacionales de Grupo Fertinal-PEMEX.

En el caso de la UREA, en el 2020 la producción de este insumo fue insuficiente para cubrir la demanda del programa, pues como se anotó antes, en ese año sólo se produjeron 27,820 toneladas de UREA en el país, mientras que la demanda del programa ascendió a 83,439 toneladas, por lo que la diferencia se tuvo que cubrir con importaciones, ya para los ejercicios 2021 y 2022, la producción nacional cubrió el 81.5% y 52.7%, respectivamente, de la demanda del PF.

Parte del diagnóstico de Unidades de Producción Rural 

Los beneficiarios del PF tienen una edad promedio de 54 años. Un 66% se ubica entre los 31 a los 65 años de edad; el 26% son mayores de 65 años; sólo el 8% son menores de 30 años.

“Estos datos reflejan que una parte importante de la población beneficiaria del Programa (26%) son productores que ya presentan dificultades para poder sembrar sus tierras, lo cual genera que muchos de ellos ya no usen el fertilizante, sino que se los traspasen a otra persona o, en otros casos, que lo vendan”, reflexiona el análisis.

40% del total de beneficiarios de FB del ejercicio 2022 fueron mujeres, un gran logro para el programa, dado que históricamente los programas de la Sader estaban dirigidos a agricultores.

También sobresale que, el 41% de los B hablan alguna lengua indígena, de los cuales, cerca de la mitad (45%) son mujeres.

El 70.1% de los B tiene como actividad principal a la agricultura, 11.3% es jornalero, 6.5% se dedica a trabajos del hogar (amas de casa), mientras que el resto se dedica a otras actividades (comercio, taxistas, albañiles, profesionistas, entre otros).

El 81% de los B del PF del 2022, ya usaban fertilizantes químicos en sus parcelas desde antes del 2019. Aquí destaca el estado de Guerrero, en donde 97% de éstos ya aplicaban fertilizantes químicos en sus parcelas antes del 2019, seguido por Chiapas, donde 82% ya los usaban.

El 89% de los beneficiarios usó el fertilizante entregado; 7% lo recibieron en el último trimestre del 2022; 2.7% declaró haberlo vendido. El 11.6% de los beneficiarios declaró que, si no hubiera recibido el fertilizante, no hubiera sembrado el predio.

De la producción total que obtienen los beneficiarios, el 45% se destina al autoconsumo, mientras que el 55% restante a la venta.

Finalmente, se identificó que la mayoría de los beneficiarios corresponden a unidades de producción de tipo familiar basados en la economía campesina, en donde principalmente se cultiva maíz para autoconsumo, y que año con año se busca asegurar el ciclo agrícola, ya que es la principal fuente de alimentación para la familia y la crianza de los animales. Por lo que dejar de incentivar la producción de cultivos básicos en este estrato de productores, estaría condicionando gravemente a una situación de mayor inseguridad

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Problemáticas identificadas por los beneficiarios

  • 82.5% de los beneficiarios no identifica alguna problemática en el PF

  • 17.5%) indica que la principal se relaciona con la lejanía del lugar en donde se

  • entrega el fertilizante, lo que puede impactar en el costo del flete para el

  • productor; en segundo lugar, que el fertilizante llega tarde y en tercera

  • posición el que se le entregue el insumo a gente que no siembra.

  • 25% de los beneficiarios expresan que en ausencia del apoyo no adquirirían el fertilizante

  • 45% externa que lo compraría, pero en menor cantidad.

  • 22% de los no beneficiarios no usó fertilizante en 2022

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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