Pide OPS a los países de América Latina fortalecer la vacunación contra la fiebre amarilla

La fiebre amarilla es una enfermedad de alto impacto, con riesgo de propagación internacional, representando una posible amenaza para la seguridad sanitaria global.
Grandes epidemias de fiebre amarilla ocurren cuando personas infectadas introducen el virus en áreas densamente pobladas con alta densidad de mosquitos y donde la mayoría de las personas tienen poca o ninguna inmunidad, debido a la falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados de la especie Aedes aegypti transmiten el virus de persona a persona.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral hemorrágica aguda que es endémica en áreas tropicales de África y de América Central y del Sur. El “amarillo” en el nombre de fiebre amarilla se refiere a la ictericia que afecta a algunos pacientes.
Los casos pueden ser difíciles de distinguir de otras fiebres hemorrágicas virales como el arenavirus, hantavirus o dengue.
Ante el aumento de los casos de fiebre amarilla, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) pide a los Estados Miembros con áreas de riesgo fortalecer la vigilancia en zonas endémicas y vacunar a las poblaciones en riesgo.
En 2025, se han notificado 131 casos en cuatro países de la región, con 53 muertes. En Bolivia ha habido una muerte; Brasil tiene 81 casos, incluyendo 31 casos fatales; en Colombia hay 31 casos, incluyendo 13 muertes; y en Perú18 casos, incluyendo ocho casos fatales
La mayoría de las personas que contrajeron la enfermedad en 2024, no estaban vacunadas.
La OPS considera fundamental que los países logren coberturas de vacunación de al menos 95% en las poblaciones de áreas de riesgo.