Ciencia y Tecnología

Vapeadores concentran nicotina de hasta 60 cigarros, alerta experta

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo existen mil 100 millones de personas consumidoras de tabaco, de las cuales ocho de cada diez habitan en países de ingresos medios y bajos. Cada año, más de ocho millones de personas mueren a causa de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, informó la doctora Guadalupe Ponciano, coordinadora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Durante la conferencia virtual “Daños asociados por consumo de vapeadores”, dirigida a la comunidad de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), la especialista advirtió que, además, 1.2 millones de personas fallecen anualmente a pesar de no ser fumadoras, al estar expuestas de forma involuntaria al humo del tabaco.

“Este dato, es muy frustrante porque fallecen 65 mil menores de 5 años por infecciones respiratorias, evidentemente estos niños no fuman, pero se exponen de manera involuntaria al humo de segunda mano o humo de tabaco ambiental”, agregó.

Ponciano explicó que estos datos se refieren únicamente al cigarrillo convencional, y que el problema se agrava al considerar los sistemas electrónicos de administración de nicotina, conocidos como vapeadores, los cuales contienen además de nicotina, sustancias como propilenglicol, glicerina, alcohol, “algunos tienen glicerol, pero todos tienen colorantes y saborizantes, lo que los hace muy atractivos y no huelen a nicotina”.

Indicó que algunos cartuchos pueden contener hasta 60 miligramos de nicotina, una concentración equivalente a la de 60 cigarrillos o tres cajetillas.

Entre los principales daños asociados al uso de vapeadores, mencionó efectos negativos a nivel respiratorio, cardiovascular, cerebral y adicción a la nicotina.

La doctora subrayó que las y los adolescentes, así como el grupo de adultos jóvenes constituyen una de las poblaciones más vulnerables, ya que estos dispositivos se promocionan con diseños llamativos, tecnológicos, coloridos, con variedad de sabores y socialmente aceptados, que enmascaran los riesgos reales.

“Nuestra obligación como profesionales del área de la salud es proteger a la población, y en este caso es urgente hacerlo a través de la difusión de las evidencias científicas que se han encontrado y que, hasta el momento, demuestran que los sistemas electrónicos son dispositivos potencialmente peligrosos”, recalcó.

Antes de concluir, la especialista hizo una breve reflexión, “el control del tabaco en nuestro país requiere de una respuesta integral, multisectorial, globalizada, pero que tenga bases en evidencia científica, independiente libre de conflicto de interés de la industria”.

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