Anuncian gobierno y banca crédito para el campo

Durante la presentación del programa, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Agustín Carstens, explicó que el esquema financiero tiene el potencial de hacer llegar en el mediano plazo el financiamiento a un millón de hectáreas para siembra de maíz y 120 mil hectáreas de frijol, consideradas comercialmente viables.
Entre los años 2000 y 2006, expuso, el crédito de la banca de desarrollo canalizado al sector agropecuario creció a una tasa promedio anual de 10.9 por ciento. Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) —ejemplificó— incrementó la colocación de crédito en 12.1 por ciento; en tanto la Financiera Rural, desde su creación en 2003, ha logrado un crecimiento de 10.7 por ciento en su cartera.
El secretario de Hacienda aseguró que el sector agropecuario es una “prioridad estratégica” para México y el gobierno federal, ya que aporta 14 por ciento del empleo del país y tiene un innegable impacto social, por medio de la producción de alimentos y de materias primas.
Destacó que el gobierno federal ha asumido un compromiso para contribuir al desarrollo pleno de los productores rurales de ingresos medios y bajos, lo cual se reflejó en el incremento real del 10 por ciento en el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Sustentable.
Enumeró cuatro ventajas del Fonamu: multiplica por 10 los recursos presupuestarios destinados a los productores de maíz y frijol, dado el aporte de Sagarpa al fondo de garantía; otorga créditos a tasas “sensiblemente” más bajas; reduce en forma significativa las garantías, lo que hará más ágil la operación de créditos; y facilita la realización de proyectos rentables, con lo que contribuye a superar su condición de pobreza.
En su intervención, el secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez, refirió que uno de los insumos que históricamente ha sido alto para el sector agropecuario es el financiamiento y hoy en día las tasas de interés oscilan entre 24 y más de 90 por ciento anualizado, mientras que en países que integran el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se mueven en la banda de 5 a 12 por ciento.
Hace muchos años —reconoció— la banca privada “tocó retirada del campo” y dejó un vacío que fue cubierto limitadamente por las instituciones públicas, cajas de ahorro y agiotistas. Por lo que se congratuló de la aplicación del Fonamu.
Rodrigo Sánchez Mújica, director del FIRA, explicó que el monto de crédito total es de seis mil millones, con una garantía de 600 millones —Sagarpa— y los productores beneficiados serán alrededor de 800 mil.
Los créditos se aplicarán en ciclo primavera-verano, en curso, y para el otoño-invierno, que comienza en septiembre. Las solicitudes están en los bancos y comenzarán a operar en forma inmediata, puntualizó.
Calculó que la tasa de interés será menor al 10 por ciento, dependiendo de la región y condiciones de productividad, lo que se traduce en la percepción del riesgo y esto se refleja en la tasa.
Jeffrey Jones, subsecretario de Fomento a los Agronegocios de la Sagarpa, destacó que hoy el crédito asignado al sector agropecuario representa sólo 1.7 por ciento del crédito total a la economía.
Este instrumento estima detonar créditos por un monto mínimo de 1,465 millones de pesos en beneficio de 436 mil hectáreas de maíz y frijol. Además reduce las garantías líquidas aportadas por el productor de 30 a 10 por ciento.
En Fonamu participan las secretarías de Hacienda, de Agricultura, el Banco de México y nueve instituciones bancarias (como Banco del Bajío, Scotiabank, IXE, V por más, Bancomer y Banamex) a través de la Asociación de Bancos de México.