Agronegocios

Voltean gobiernos y empresarios hacia el sur-sureste

La apuesta está centrada en el trópico húmedo, donde se impulsarán proyectos de hule, cuya importación representa 90 por ciento del consumo nacional; maíz, arroz y soya, en los que la dependencia del exterior es significativa; cítricos, café y cacao; pero también cultivos destinados a la elaboración de biocombustible como palma de aceite y jatropha, que no compiten con aquéllos destinados a la alimentación. Igual se contempla vainilla, mangostán y pimienta, de alto valor en el mercado internacional; además de ganado de doble propósito, miel y productos acuícolas.

La idea de invertir en esta región no es nueva. De hecho, los nueve estados que están considerados, Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, forman parte del Plan Puebla-Panamá, que impulsó el gobierno foxista.

Ahora, “sin bombo ni platillo”, como expresó el secretario de Agricultura Alberto Cárdenas Jiménez, con la presencia de solo un gobernador, el de Veracruz Fidel Herrera Beltrán, se anunció este plan, que busca apuntalar la producción de cultivos agrícolas, pecuarios y pesqueros, donde el gobierno federal invertirá 500 millones de pesos –“una buena ampolleta de vitaminas”, ironizó el gobernante veracruzano–, los cuales busca generar inversiones por mil 100 millones de pesos de empresas privadas.

Para esta región, considerada en la década de los setenta como la “gran reserva estratégica”, este programa también proyecta una derrama crediticia por mil 687 millones y recursos de los estados por 300 millones y 100 millones de pesos más de otras dependencias nacionales e internacionales.

Otra meta del programa es incrementar el empleo agropecuario y pesquero un 30 por ciento en la región y pasar de poco más de 94 mil empleos formales a 122 mil 311 hacia el 2012.

Alberto Cárdenas detalló que el objetivo de este programa es pasar de producir 57 millones de toneladas de alimentos a 67 millones en la región hacia el año 2012.

La meta en maíz, por ejemplo, es aumentar la producción de invierno de 861 mil toneladas a 3 millones de toneladas, por lo que se requerirá duplicar la productividad al pasar de 1.87 toneladas por hectárea a 3.5 toneladas.

En arroz se pretende aumentar la producción de 156 mil a 600 mil toneladas; en soya la meta es crecer de 35 mil a 200 mil toneladas, aunque el potencial en la zona es de 2.4 millones de toneladas.

Otros cultivos contemplados son la palma de aceite, cuya producción actual de 269 mil toneladas se prevé llegar a 900 mil; una limitante es que la semilla no se produce en México y se tiene que importar de Costa Rica, según comentaron técnicos del INIFAP al secretario de Agricultura, durante un breve recorrido que el funcionario hizo por el campo agrícola experimental de El Palmar, acompañado del gobernador de la entidad Fidel Herrera.

La jatropha, que aún no se cultiva en México también está contemplada dentro de este plan para el sur-sureste y hacia el 2012 se tiene la meta de producir 200 mil toneladas.

Datos de la Sagarpa refieren que en ganadería el reto es pasar de 8.8 a casi 10 millones de toneladas de carne de bovino y ovino, así como aumentar la producción de leche y miel de abeja. En pesca se pretende pasar de 274 mil a 351 mil toneladas.

El programa no contempla aumentar la frontera agropecuaria, porque está orientado al incremento en la productividad y aprovechamiento de tierras subutilizadas, según se informó.

De acuerdo con la Sagarpa, la inversión privada será de empresas como  Alpura, Arroz Tollocan, Grupo Ovinos San Jorge, Grupo Pecuario San Antonio, Nestlé, Lala, Pepsico, Grupo Santa Genoveva, Agroindustrias Unidas de México, Aceites de Palma, Grupo Agros, productoras de biocombustibles, aceiteras, Grupo DESK y Promotora Agroindustrial de Yucatán.

El coordinador de asesores de la Sagarpa, Pedro Ernesto Del Castillo Cueva, quien diseño el programa, habló de la riqueza que existe en la región sur-sureste y en el desarrollo tecnológico logrado en el campo experimental de este lugar y en Rosario Izapa, Chiapas, “un gran activo para no empezar de cero”.

Consideró que la crisis económica actual debe convertirse en “una gran oportunidad para darle a los terrenos tropicales el uso que su vocación apunta; a los dueños de la tierra una opción de ingresos y bienestar; y a México un desarrollo regional más equilibrado y más justo”.

Cultivos como el hule, aseguró, sólo pueden producirse en México y Guatemala, pero por diversas razones en nuestro país no se han podido consolidar, entre ellas la presencia de inversionistas.

A nombre del sector empresarial, Jorge Terrones dijo que un grupo pionero de 40 empresas, “nos hemos apuntado para fortalecer las inversiones de nuestros proyectos ubicados en nueve estados de la región sur-sureste”, donde hay alianzas con grupos de productores y sus organizaciones, donde el compromiso es que los sectores privado y el social trabajemos juntos considerando tres requisitos básicos: formalidad, mercado y potencial productivo.

Enfatizó que los empresarios “sabemos invertir y el gobierno debe ser un facilitador y garante de que las acciones se hagan apegadas a las leyes y a las normas. Se requieren instrumentos, se requiere infraestructura, se requiere seguridad”.

Terrones también subrayó: “nos gusta también que al trópico húmedo se le haga justicia, pero no por razones demagógicas si no por razones económicas y el potencial productivo que está a la vista”.

Así, entre árboles de hule que hace setenta años sirvieron para abastecer las necesidades de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, se anunció aquí un programa más para el sureste mexicano, que alguno de los asistentes definió como un acto político, ya que proyectos como el del hule no es nuevo, pero no se ha logrado consolidar.

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