Agro Global

Apoyos de México a agricultores abajo del promedio de países de OCDE

El informe de Monitoreo y Evaluación de la Política Agrícola de 2011, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomienda a México concentrar sus políticas en el fomento a la generación de mayor infraestructura e innovación, no sólo en el sector agrícola, sino en la economía en general a través de la inversión, así como mejorar la coherencia de una política horizontal en áreas como la agricultura, el medio ambiente, desarrollo rural y el alivio de la pobreza.

Nuestro país –puntualiza– ha trabajado en una restructuración de sus políticas de fomento y subsidio a la producción agropecuaria en las últimas dos décadas, pues a partir de la liberalización del mercado los apoyos se han reducido del 28 por ciento en el período de referencia 1991-1993, al 12 por ciento en 2008-2010, de acuerdo con la medición del organismo internacional de Apoyo Estimado al Productor (PSE). Dicho nivel de apoyo está muy por debajo del promedio de la OCDE que es del 18 por ciento promedio.

Los subsidios y apoyos totales que brindó México al sector en 2008-2010 fueron del 0.8 por ciento del Producto Interno Bruto, un poco por debajo de la media de la OCDE de 0.9 por ciento del PIB. Las transferencias a los servicios generales representaron 10 por ciento de la Estimación Total de Apoyo (TSE), muy por debajo del promedio de la OCDE que se ubica en 24 por ciento.

Asimismo, en México se redujo el apoyo a los precios de mercado y se reasignaron los pagos directos a programas como el Procampo y el Progan. Mientras que las políticas que más distorsionan los precios, a través del subsidio a la producción de productos básicos y la utilización de insumos variables sin restricciones, se han reducido al 49 por ciento en 2008-2010, con respecto a 1993.

Sin embargo, destaca el informe de la OCDE, a partir del año 2000 se han incrementado los apoyos en el pago de insumos variables como energía eléctrica y diesel, no obstante que dichas medidas parecen ir en contra de los objetivos del programa Especial de Cambio Climático, porque el subsidio para la electricidad se emplea, en un alto porcentaje, para el bombeo de volúmenes de agua que sobreexplotan los mantos acuíferos.

Igual anota que se han incrementado los apoyos y montos en el Programa de cobertura de precios, en los últimos cinco años se ha expandido de 421 millones de pesos en 2005, a 7 mil 660 millones de pesos en 2010. Este programa opera en conjunto con el programa de agricultura por contrato.

Indica que el Programa de Ingreso Objetivo, que está diseñado para proveer un pago compensatorio a los productores en algunos cultivos de granos básicos como el maíz, cuando el precio internacional es inferior al fijado; no se ha eliminado a pesar de que en los últimos tres años no se han detonado dichos recursos por los altos precios en los mercados.

No obstante, los precios que los agricultores mexicanos recibieron, en general, en el periodo de 2008 a 2010, fueron 4 por ciento más altos con respecto a los precios internacionales. En el periodo de 1991 a 1993 recibieron un pago 34 por ciento por encima de los precios mundiales.

Los productos con mayor sobreprecio, de acuerdo con el Coeficiente de Protección Nominal –Indicador para medir el porcentaje se subsidio de la OCDE-, en 2008-2010 fueron el azúcar, con un 15 por ciento; la carne de ave,11 por ciento y la leche con un 6 por ciento.

La OCDE apunta que el Programa Especial Concurrente, que pretende llevar a cabo una estrategia integrada para el desarrollo en las zonas rurales, que incluye las mejoras en infraestructura, salud, educación, desarrollo social y políticas de medio ambiente, no ha logrado implementar una herramienta fuerte de planificación que permita lograr una estrategia de política verdaderamente horizontal.

A pesar de que México es la duodécima economía más grande, y un país grande en términos de población y de superficie terrestre, que después de algunos años de inestabilidad monetaria en la década de 1990, la economía mexicana ha experimentado una inflación relativamente baja y la tasa de cambio más estable en los últimos años; no ha logrado desarrollar su producción agrícola.

El  sector agrícola produce el 3.9 por ciento del Producto Interno Bruto, pero ocupa al 13 por ciento de la población. Es un país netamente importador de alimentos, puesto que tiene una baja productividad en sus tierras de cultivo, mismas que representan 24 por ciento de la superficie agrícola total. Tan sólo 6 por ciento de dicha superficie cuenta con infraestructura de riego.

El documento también explica que la propiedad social (ejidos) equivale a la mitad del territorio de México y, a pesar de las recientes reformas, la venta de estas tierras requiere la aprobación de la asamblea ejidal.

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