Alto potencial de crecimiento en Norteamérica para agricultura protegida
Crece a un ritmo anual de 8% y suma 18 mil has; su potencial en Norteamérica pasa por 500 millones de consumidores, pero se requiere inteligencia comercial para ordenar y desarrollar mercados.
Ernesto Perea y Gerardo Suárez
La industria de invernaderos está creciendo con grandes retos a cuestas. El más importante es el ordenamiento de mercados, hace falta trabajar en inteligencia comercial y en logística para distribución de productos.
Aún hay mucho potencial de crecimiento para la industria, pero tenemos que diversificar la estrategia de mercado y atender a niveles más avanzados de la cadena comercial. Tenemos que pasar de ser distribuidores en frontera a hacer tratos con los comercializadores finales, afirma Eric Viramontes Serralde, director general de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida A. C. (AMHPAC).
Hoy se habla de una saturación de mercados, que incluso puede desplomar estacionalmente los precios de productos como tomates o pimientos, pero esto no es real si consideramos el potencial que existe en los mercados internos y de exportación.
Para Eric Viramontes el verdadero problema radica en que 25 estados productores del país le están apostando a la misma ventana comercial y a los mismos clientes, todos queremos exportar a Texas, Arizona y California.
Eso provoca que los mercados se saturen, porque los distribuidores de la frontera no tienen la capacidad de desplazar el producto rápidamente y consecuentemente, tienen que bajar los precios para poder colocar los volúmenes; no obstante, hemos identificado que en los mercados terminales se vuelven a incrementar los precios.
Subraya que tenemos que delinear mejores estrategias para llegar a mejores y nuevos nichos de mercado.
El directivo de AMHPAC pondera que Europa es un continente con un mercado de 400 millones consumidores que se abastece con 200 mil hectáreas de agricultura protegida; mientras que la región de América del Norte –conformada por México, Estados Unidos y Canadá–, representa 500 millones de consumidores, cuya participación de México en la producción de invernadero apenas suma 18 mil hectáreas.
Históricamente, el estado de Sinaloa ha colocado sus exportaciones durante la temporada de invierno y parte de la primavera, porque esa fue su oportunidad natural de mercado, que consiste en producir hortalizas cuando Estados Unidos y Canadá no tienen las condiciones de clima para hacerlo.
Sin embargo, la agricultura protegida se ha extendido en todas las entidades federativas del país y podemos producir muy buena calidad de hortalizas durante todo el año; ya no existe la limitante estacional.
Hoy, México cuenta con infraestructura instalada de más de 18 mil hectáreas de invernaderos, con una valor aproximado de 6 mil 100 millones de dólares y la tendencia es que en 2020 la superficie se extienda a 50 mil hectáreas, indica.
Esta es una industria que ha crecido de forma exponencial, puesto que en 1990 apenas había 300 hectáreas de invernaderos, tanto para la producción hortícola como de flores y plantas ornamentales. Para el año 2000 ya se habían construido sistemas de agricultura protegida en una extensión de mil hectáreas; y en tan sólo diez años, la superficie se disparó a 18 mil has.
Escala adecuada
A diferencia de otros sectores de la economía, e incluso de la agricultura a cielo abierto, la producción hortícola en invernadero requiere cumplir aspectos fundamentales para evitar la quiebra de un empresario del ramo. Un agricultor que desee ingresar este sistema tiene que buscar su escala adecuada de acuerdo a sus capacidades productivas, de logística y tomando en cuenta mercados regionales.
Este modelo de producción es más especializado, afirma Alex José Pacheco, director comercial de invernaderos ACEA, quien agrega que ya no es como antaño, cuando se producía y luego se buscaba a quien vender. Ahora, es necesario conocer a quién se le va a vender antes de realizar una inversión en un invernadero, puesto que la demanda de producto, junto con las características del cultivo y las condiciones climáticas del lugar son las que determinarán qué tipo y tamaño de invernadero se tiene que construir.
Los costos de inversión en la agricultura protegida no son elevados, cuando se realizan de forma adecuada. Se tiene que saber donde se instala el invernadero para evitar gastos innecesarios o insuficientes.
Los fracasos que se han registrado en esta industria, asegura Alex Pacheco, se deben a que se invirtió demasiado en equipamiento innecesario al grado de que le productor no puede recuperar su inversión, o porque el agricultor decidió construir un invernadero sin un mercado seguro al cual abastecer.
Todo proyecto de agricultura protegida es viable siempre y cuando se tengan bien determinados tanto el nivel mínimo de producción para que sea rentable el invernadero, como las necesidades de equipamiento de acuerdo a las condiciones de clima y suelo de la región, añade.
El director de Steelway Invernaderos, David Saenz, destaca la importancia de contar con proveedores confiables, ya que muchos creen que hacer un invernadero es fácil, que sólo tienen que pegar tubos y cubrirlos con lonas; es indispensable contar con conocimientos profesionales de ingeniería y arquitectura.
Por ello, resalta que la Asociación Mexicana de Constructores de Invernaderos (AMCI) está impulsando la certificación para identificar a las empresas profesionales en la materia y distinguirlas del resto. En este mismo sentido se diseñó una norma de calidad para que la gente que desee adquirir un invernadero esté segura de que va a comprar algo de calidad.
Las recomendaciones para un agricultor que se acerca a una empresa constructora de invernaderos, comparte el director de la empresa, es revisar qué otros trabajos ha realizado la empresa, platicar con otros clientes y visitar las instalaciones del fabricante, para corroborar que trabajan con los estándares de calidad apropiados.
La asesoría y honestidad de las empresas constructoras serán determinantes para que el invernadero se adapta a las necesidades de agricultor y del clima.
Hace 20 años el naciente mercado de los invernaderos estaba acaparado por empresas extranjeras que traían sus tecnologías y diseños para condiciones de terreno y clima totalmente distintas a las de México; con el tiempo los mismos productores se dieron cuenta de que las empresas mexicanas respondían de mejor forma a sus requerimientos, porque tenían un mejor conocimiento del terreno, clima y necesidades productivas. “Ahora ya no nos venden espejitos”, expresa Alex Pacheco.
Hoy en día, la participación de empresas extranjeras de invernaderos en México es mínima. De hecho, muchos de los modelos de invernaderos y malla sombras mexicanos se están replicando en otras partes del mundo, puntualiza David Saenz.
Las fuentes consultadas coinciden en que en la actualidad hay una mayor incidencia de fenómenos climatológicos extremos y en este contexto, los agricultores que no se protejan o que no incorporen su producción al sistema de agricultura protegida, no podrán sobrevivir en el mercado.
Refieren que la agricultura protegida es una industria de mucho peso y con alto valor estratégico, porque produce alimentos para garantizar la soberanía alimentaria de la población; además propicia la exportación y la captación de divisas. Además. en el medio rural, enfatiza, coadyuva a reducir la criminalidad a través de la generación de fuentes de empleo de calidad; brinda más opciones a la gente.
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Impacto de agricultura protegida en México
*La agricultura protegida crece a un ritmo anual de 8% y genera 8 mil empleos nuevos cada año.
*Sumando el proceso de producción y postproducción esta actividad genera cerca de 12 empleos por hectárea.
*La producción de alimentos bajo el sistema de invernaderos mantiene 220 mil plazas laborales en todo el país.
Fuente: AMHPAC