Produce México 450 toneladas de chicle natural
El chicle es la savia del árbol del chicle o chicozapote (Manilkara zapota). La especie pertenece a la familia de las Sapotáceas, junto con el zapote mamey, el caimito y otras especies frutales. Son árboles de gran tamaño de las selvas tropicales húmedas. El árbol es nativo de México, centro y norte de Sudamérica. En México se distribuye en la costa del Golfo, del Pacífico, en la península de Yucatán y en Chiapas principalmente.
Debido a la explotación de otros árboles de las selvas de maderas finas, actualmente son los árboles de mayor tamaño. Su madera tiene dureza y resistencia excepcional pero no es explotada debido a la importancia económica del chicle. Hay sitios arqueológicos en donde los dinteles de las puertas se uso madera de chicozapote y se ha mantenido hasta la fecha.
Su fruto, el chicozapote, es uno de los alimentos favoritos de los monos aulladores. Solamente es comercializado localmente ya que se echa a perder rápidamente. También se le atribuyen propiedades medicinales. El nombre del chicle proviene del náhuatl tzictli. La práctica de mascar chicle proviene de la zona maya de México y Guatemala. Con el tiempo se le añadió azúcar y se industrializó. Actualmente la gran mayoría de los chicles están elaborados con un plástico neutro, el acetato de polivinilo.
Hoy en día, la industria chiclera ha tenido un segundo aire con la producción de chicle natural. Para la preparación del chicle, el látex se hierve hasta deshidratarlo, la pasta fría resultante se moldea en maquetas para que se haga sólido. En la planta se le añade jugo de caña y saborizantes de yerbabuena, menta, limón o canela.
En México se producen alrededor de 450 toneladas por 46 ejidos de Campeche y 8 de Quintana Roo. Los estados de Campeche y Quintana Roo son los principales productores de chicle orgánico certificado en México que se exporta principalmente a Italia, Japón, Corea y Singapur.
Fuente: Conabio