INIFAP preparado para Cruzada nacional por la productividad

El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) como “brazo técnico” de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) está preparado para la “Cruzada nacional por la productividad” que emprenderá la presente administración, porque su responsabilidad es desarrollar la tecnología que se debe aplicar en el campo mexicano, afirmó el director general del organismo, Luis Fernando Flores Lui.

Con motivo del 30 Aniversario de la institución www.imagenagropecuaria.com, conversó con el funcionario federal, quien habló del potencial productivo de las tecnologías desarrolladas por el INIFAP, adaptadas a cada región y  que permiten acortar, por ejemplo, los ciclos productivos en granos básicos para obtener cosechas entre 90 y cien días, anticipándose a los efectos que ya está generando el cambio climático.

Hoy, las investigaciones de INIFAP tiene un gran impacto en la sociedad, subrayó, dado que prácticamente todas las variedades de frijol y trigo que se siembran en México fueron generadas en la dependencia; las variedades de cebada maltera son una aportación de la institución y también muchas de las variedades de avena; a esto se suman 30 variedades de maíz y el sorgo que se cultiva en Tamaulipas y el Bajío, que tienen buenos rendimientos. En el área pecuaria, la vacuna para la Fiebre Porcina Clásica se genera en la institución.

Con la experiencia de haber trabajado en el INIFAP los mismos años de vida que tiene la institución, el doctor Flores Lui explicó que la productividad en el campo o en el bosque está fundamentalmente en su manejo, en cuidar gasto de inversión, aplicar la tecnología correcta, determinar el tipo de semilla para que la producción sea favorable, controlar plagas o malezas.

Todo lo anterior en su conjunto –recalca– hace posible, por ejemplo, que en vez de producir dos toneladas de maíz por hectárea, si cambiamos a un buen material genético, como un híbrido, podemos obtener hasta cinco toneladas, de acuerdo a las condiciones de cada región.

Una ventaja que ofrece el INIFAP a los productores es que el precio de las semillas, en general, es más bajo respecto al que ofrecen empresas transnacionales, donde el maíz puede costar entre 3 y 4 mil pesos en contraste con los mil 200 o mil 300 pesos del organismo.

En este sentido, el experto mencionó que en México 70 por ciento de los productores tienen menos de cinco hectáreas, por lo que subrayó esta agricultura de pequeña escala debe ir acompañada de tecnología y costos bajos.

El funcionario federal abundó en la necesidad de anticiparse a los efectos del cambio climático, que propicia fenómenos naturales más intensos, ya sean fríos, lluvias o sequías por períodos más largos, por lo que se tiene que crear especies con ciclos más cortos para las regiones del Altiplano, Valles Altos o en zona áridas, en cultivos como maíz, trigo, sorgo y frijol, que se pueden cosechar en sólo cien días, cuando lo usual es de 120 o 140 días.

En maíz, por ejemplo, el INIFAP dispone de 150 variedades e híbridos que han generado a lo largo de su historia, para diferentes climas, desde regiones tropicales hasta zonas áridas, y pueden ser blancos, amarillos o maíz azul, que tiene una amplia demanda para tortillas y frituras orgánicas y se le atribuyen diferentes beneficios a la salud humana. La dependencia sigue investigando la adaptación de maíces de colores en diferentes partes del país.

La Sagarpa –recordó el directivo del organismo– ha encomendado al INIFAP un proyecto en maíz amarillo híbrido para la zona de Bajío, Jalisco y el Noreste de México, para que produzca semilla para distribuirla con las empresas y fomentar la siembra de este tipo de grano. El impacto esperado en uno o dos años más podrían ser de entre 2 millones y 3 millones toneladas de maíz, en una superficie de 200 mil o 300 mil hectáreas. Con esto se reduciría la importación de ocho millones de toneladas de maíz amarillo que realiza el país, que fundamentalmente es para consumo pecuario e industrial.

También se han obtenido materiales de trigo y cebada con ciclos más cortos para ahorrar agua. En San Luis Potosí, en su parte media que es semiárida, INIFAP está incursionando con frijol de ciclo muy corto.

Además, para combatir la roya en café el organismo desarrolló la variedad Oro Azteca y en la actualidad ensaya un par de variedades de café –también resistente al hongo– para poderlas liberar y posteriormente esperar la aprobación de los productores, porque no sólo deben ser resistentes a plagas o enfermedades sino cumplir con otras cualidades de calidad en taza, olor, sabor, de acuerdo con Flores Lui.

Responder a la demanda

Como una institución de servicio, una de las estrategias del INIFAP es identificar la demanda de los productores, por lo que trabaja con los Sistema Producto, los cuales buscan apoyos e identifican demandas de investigación, nuevas variedades o mejores productos.

La dependencia realiza estudios en materia de cambio climático, donde tienen que investigar qué nuevos escenarios generará en los sectores agrícolas, forestales o pecuarios. Por ejemplo, comenta Flores Lui, si los agricultores demandan una investigación para pulgón amarillo, que es algo nuevo porque hace cuatro o cinco no se tenía en el país y se empieza a convertir en un problema en Tamaulipas, La Laguna o el Bajío, el INIFAP se debe adelantar a las demandas del productor –hoy cuenta con un insecto benéfico para control de esta plaga–, y tiene que prever los que se vendrá más adelante, para lo cual cuentan con unidades de planeación en cada uno de ocho centros regionales.

Otro ejemplo es el gusano barrenador que daña los bosques y que pueden afectarlos en cualquier momento, pero hay tecnología para contenerlo. En los bosques templados por los efectos del cambio climático ya no se reproducen tan rápidamente los pinos y otras especies que están en las partes altas de México, adaptadas a climas fríos, porque aumenta la temperatura y se detiene su reproducción. Ahí, se busca cómo conservar estas especies y en conjunto con la Comisión Nacional Forestal se trabaja en los aprovechamientos forestales.

Durante la conversación, el director general del INIFAP apuntó que desafortunadamente lo que vemos en las zonas rurales es la migración de los campesinos hacia zonas urbanas o los Estados Unidos y la edad de los productores es de 60 años, por lo que se dedica muy poco tiempo al campo. Necesitamos que las actividades agropecuarias y forestales sean atractivas y que disponga de los recursos para hacerlas, necesitan inversión, seguro, capital, tecnología y capacitación y adiestramiento, remarcó.

Para ello, INIFAP trabaja con los planteles de la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria (DGETA), donde se propicia que los alumnos sean quienes transfieran la tecnología y ésta se replique en los estados para que tenga buenos resultados.

El INIFAP contribuye con esquemas para la producción de baja escala con sistemas intercalados de granos básicos con frutales o sistemas integrados, donde se aprovechan los forrajes y  puedan producir leche o carne todo el año. Cinco hectáreas de durazno pueden dar empleo a toda la familia, ser muy rentable y generar ingreso adicional para la familia.

Flores Lui recuerda que hace 30 años con la fusión del Instituto de Investigaciones Agrícolas, el Instituto de Investigaciones Forestales y el Instituto de Investigaciones Pecuarias, se conformó el INIFAP, esto con el propósito de hacer más eficientes los recursos asignados a las tres instituciones y de multiplicar el esfuerzo que cada una hacía.  Hoy, la institución ha evolucionado notablemente y se habla de hidrología de cuenca, de cambio climático, el enfoque de las investigaciones es más integral, de la no contaminación, de la alimentación orgánica, de materias primas para la industria , de ser más amigables con el medio ambiente. Con esta evolución tenemos una institución distinta, más integrada y más compleja.