Gobierno de AMLO rescatará a pequeños productores con sistema de milpa con árboles frutales
Con un sistema ancestral sustentable y nuevas prácticas agrícolas el gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pretende rescatar a los pequeños productores del campo mexicano que han sido “relegados” en los últimos 35 años.
La propuesta planteada en el Proyecto de Nación 2018-2024 contempla el cultivo del maíz y frijol como “elementos estratégicos” para la seguridad alimentaria en zonas rurales, con la implementación del sistema Milpa Ampliada con Árboles Frutales (MIAF) por parte de las familias campesinas en cada localidad.
El MIAF es un sistema agroforestal de cultivo intercalado, constituido por tres especies: el árbol frutal (epicultivo), el maíz (mesocultivo) y el frijol u otra especie comestible, de preferencia leguminosa (sotocultivo), en intensa interacción agronómica, con el cual, además de garantizar la soberanía alimentaria, se busca incrementar de manera significativa el ingreso neto familiar en diferentes épocas del año”, refiere el documento.
De acuerdo con el planteamiento la implementación de sistemas agroforestales de cultivos intercalados también contribuyen al rescate, conservación y multiplicación de semillas, a incrementar el contenido de materia orgánica, a capturar carbono y controlar la erosión hídrica del suelo y, con ello lograr un uso más eficiente del agua de lluvia en el corto, mediano y largo plazos.
El proyecto considera identificar y promover el desarrollo de empresas sociales que incorporen el manejo sustentable de los recursos naturales y el desarrollo de cadenas de valor. Igual busca generar catálogos de los mercados y de productos y servicios, con criterios de sustentabilidad.
En el aspecto social la idea es propiciar el desarrollo de capacidades locales y la innovación tecnológica en las unidades productivas; generar mayor arraigo de la población en la comunidad; fortalecer mercados locales y regionales; propiciar la organización productiva, incorporando principalmente a mujeres y jóvenes.
Otro aspecto es vincular y fortalecer aquellas cadenas de valor que integren iniciativa privada empresas comunitarias para la producción y comercialización.
En el diagnóstico, el documento refiere que “el modelo industrial y agroexportador se ha fortalecido en la última década con el extractivismo y despojo de recursos naturales, así como la imposición de tecnologías depredadoras en las zonas rurales”, lo que ha traído consecuencias graves como pobreza, desnutrición, obesidad y violencia.
La política actual –remarca– lleva al “agrocidio”, ya que el sector agrícola se enfrenta a diferentes problemas que van desde parcelas abandonadas, plantaciones y productores viejos, monocultivos, suelos erosionados, poca producción primaria, exceso y mal uso de fertilizantes químicos, pérdida de biodiversidad, dependencia de productos foráneos para la alimentación, falta de oportunidades y alternativas de desarrollo, migración y erosión cultural, ausencia de mujeres y jóvenes en las unidades productivas, falta de tecnologías adecuadas a la condición del pequeño productor.