Movimiento campesino de México rechaza nuevo acuerdo en TLCAN
- Donald Trump y Enrique Peña Nieto, el presidente conservador de México, intentan impulsar un nuevo acuerdo comercial, pero los agricultores se levantan en oposición.
Por Timothy A. Wise
El buen camino hacia un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) puede haber llegado a las carreteras llenas de baches de la zona rural de México. En días pasados, los líderes del movimiento campesino de México condenaron enérgicamente el nuevo acuerdo anunciado entre Estados Unidos y México, y pidieron al nuevo presidente que apoyaron en las elecciones recientes que se involucren y desaceleren la carrera hacia el nuevo acuerdo.
“Necesitamos presionar a nuestro nuevo presidente para que detenga la firma de este acuerdo”, expresó el líder campesino Gerónimo Jacobo en una entrevista. “Esto es de vida o muerte para nosotros. Con el TLCAN será una muerte lenta. ¡Aquí nuestra soberanía nacional está en juego!”
El 27 de agosto, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció que había llegado a un acuerdo con el gobierno mexicano sobre una nueva versión del TLCAN. En una confusa llamada telefónica, que fue televisada, el presidente felicitó al presidente mexicano Enrique Peña Nieto, alegando que había cumplido su promesa de campaña de “reemplazar el TLCAN” y bautizó al nuevo acuerdo como “Tratado de Libre Comercio entre México y Estados Unidos”. Por su parte, Peña Nieto, cuyo partido fue derrotado en las elecciones del 1 de julio, afirmó que el acuerdo era su legado.
Nadie, sin embargo, podría decir que en realidad tuvieron un nuevo TLCAN. Canadá, el otro socio comercial del TLCAN, fue excluido ya que el presidente Trump se apresuró a cumplir con un plazo auto-declarado que permitiría la firma del acuerdo por parte de Peña Nieto, antes de que Andrés Manuel López Obrador asumiera el cargo el 1 de diciembre. Se le ofreció a Canadá la oportunidad de unirse el acuerdo, aunque las negociaciones continúan.
Sorprendentemente, representantes del gobierno entrante de López Obrador participaron como observadores y respaldaron el nuevo acuerdo. Jesús Seade, el negociador designado para el TLCAN por López Obrador, pidió algunos cambios sobre el sector energético en los últimos días de las negociaciones, pero ningunos sobre la agricultura. Apoyó públicamente el acuerdo, una postura ampliamente vista como un intento de garantizar la estabilidad financiera en la transición a su nuevo gobierno. Fue sorprendente porque el presidente entrante había sido un fuerte crítico del TLCAN en el pasado.
Agricultores: ¡No tan rápido!
Lo que fue sorprendente para el animado movimiento agrícola de México fueron los prejuicios contra la agricultura en el texto negociado. El movimiento había respaldado con energía a López Obrador y su partido Morena, obteniendo más del 50% de apoyo en el México rural, sin precedentes en un país en el que el gobernante Partido Revolucionario Institucional controlaba estrictamente el voto rural. Lo hicieron porque el candidato se había adherido públicamente a su programa radical de reforma agraria, el Plan de Ayala Siglo XXI, inspirada por el programa de reforma rural original de Emiliano Zapata a principios del siglo pasado.
El nuevo programa pidió apoyo para los pequeños agricultores de maíz y otros cultivos básicos como parte de una campaña para restaurar la autosuficiencia alimentaria en un país que ahora importa alrededor del 46% de sus alimentos, en su mayoría de los Estados Unidos. El Plan de Ayala también pidió una renegociación del TLCAN para evitar que los productos agrícolas estadounidenses inunden México con cultivos baratos y subsidiados.
El nuevo acuerdo no permite que México proteja los cultivos básicos de ese dumping agrícola de los EE. UU. Una nueva investigación del Instituto de Política Agrícola y Comercial muestra que el maíz estadounidense se ha exportado en los últimos tres años a precios un 10% por debajo del costó de producción. El trigo se ha exportado un 33% por debajo de los costos de producción, y el arroz también ha visto un margen de dumping. Los tres cultivos son prioridades para la nueva Oficina de Autosuficiencia Alimentaria de López Obrador, que estará encabezada por el veterano líder agrícola Víctor Suárez.
En la conferencia de prensa del martes pasado, los líderes del movimiento agrícola rechazaron el nuevo acuerdo e hicieron un llamado al gobierno actual para que no lo firme, postergando la decisión al nuevo presidente con su abrumador mandato. (Su partido ganó el 53% de los votos en una elección con cinco candidatos y obtuvo la mayoría de escaños en la Cámara y el Senado). En un comunicado, los líderes dijeron que el TLCAN es responsable del empobrecimiento de los pequeños y medianos agricultores.
Denunciaron los nuevos acuerdos sobre biotecnología como una puerta trasera para forzar la siembra del maíz modificado genéticamente y otros cultivos en México. López Obrador ha sido claro desde las elecciones que su administración ya no permitirá el uso de maíz y soja OGM. Los agricultores temen que el nuevo TLCAN pueda obligarlo a hacerlo.
De manera similar, hay rumores de que un anexo al acuerdo impediría a México colocar etiquetas en los envases de alimentos advirtiendo a los consumidores sobre alimentos engorde, azucarados y no saludables. En otros países, tales medidas han demostrado ser efectivas, y México se enfrenta a una creciente epidemia de obesidad atribuida de manera significativa a los alimentos procesados importados y los refrescos. Otra disposición podría dificultar que el nuevo gobierno pague precios de apoyo a los pequeños agricultores como una forma de estimular la producción local.
Con el texto real del acuerdo aún en secreto, los líderes agrícolas exigieron que se hiciera público el texto completo y que el nuevo congreso realice audiencias sobre el acuerdo antes de firmarlo.
Tenemos pueblos fantasmas debido al TLCAN”
“Peña Neto no debería firmarlo”, me comentó la líder agrícola Rocío Miranda. “Él ha presidido un terrible aumento en el hambre. Tenemos pueblos fantasmas en las zonas rurales de México debido al TLCAN “.
Miranda manifestó que es muy optimista sobre el compromiso del gobierno con los pequeños agricultores. “El nuevo gobierno representa a las personas perjudicadas por el TLCAN”. Pero espera que López Obrador intervenga para garantizar que el nuevo TLCAN no contradiga su ambiciosa agenda rural.
“El movimiento de agricultores está preocupado”, dijo, mientras los negociadores aguardan para ver si Canadá firmará antes de fines de septiembre. “El nuevo TLCAN podría socavar nuestros esfuerzos para recuperar nuestra autosuficiencia alimentaria”.
Tradución A.V./RMALC