Desarrollan dos nuevas variedades de trigo
Investigadores del Departamento de Fitomejoramiento de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) desarrollaron dos nuevas variedades de trigo mejorado genéticamente dirigido al pequeño productor, con gran potencial para la agroindustria.
El trigo es uno de los cereales más importantes de México y el mundo, empleado tanto para consumo humano y ganadero. Representa 2.05 por ciento del producto interno bruto (PIB) agrícola nacional y es el segundo cereal más importante en la alimentación de los mexicanos, al consumir en promedio 57.4 kilogramos per cápita al año, de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
El trigo es una semilla de cereal cariópside con forma ovalada, contiene una parte de proteína llamada gluten que facilita la elaboración de levaduras necesarias para la panificación. Desde hace años, la UAAAN desarrolla proyectos de mejoramiento genético de este grano de gran relevancia para el consumo humano.
“El trigo está clasificado como un cereal, fueron de los primeros alimentos que el hombre utilizó, trabajamos con el grupo de cereales pequeños donde agrupamos el trigo, cebada, avena, triticale”, comentó el doctor Víctor Manuel Zamora Villa, jefe e investigador del Departamento de Fitomejoramiento de la UAAAN y especialista en trigo.
El 23 de febrero del año en curso, los especialistas y la institución recibieron dos títulos, por parte de la Sagarpa, de obtentor de dos nuevas variedades de trigo denominadas AN 373F2016 y AN 366F2016, a partir de un material criollo de este cereal en la región, conocido coloquialmente como “pelón colorado”.
“Estas dos nuevas variedades son cruzas que hicimos con un material criollo que se utiliza mucho en la región sur de Coahuila y de Nuevo León que conoce la gente como ‘pelón colorado’, también llamado trigo ‘venturero’ o ‘criollo’, por lo antiguo que son y porque se siguen conservando. Es un cultivo con el que la gente está familiarizada, conocen sus bondades y sigue vigente”, explicó Zamora Villa.
A diferencia del grano de trigo “pelón colorado” que tiene un grano más ‘suave’, estas nuevas variedades están mejoradas genéticamente con un gluten más ‘fuerte’, con mayor potencial de aplicación en la industria alimentaria para la preparación de harina, galletas, pasteles, etcétera.
“Lo que hicimos fue usarlo como progenitor, como padre de estas dos variedades. Entonces, lo cruzamos con un material mejorado y buscábamos mejorar la producción y rendimiento, que no fuese tan tardío, reducir un poco la altura para evitar que se encame y tener la característica de una espiga que tolere bien el ataque de los pájaros, que es una característica del material conocido como ‘pelón colorado’”.
Estas variedades están desarrolladas para el consumo humano y fueron necesarios cerca de 10 años de trabajo después de múltiples pruebas de campo y estudios de laboratorio para determinar las mejores líneas genéticas.
“Ahora con estos nuevos materiales que tienen la característica de mayor precocidad, estamos hablando de al menos 15 días, con relación a las variedades que están en el mercado. Tenemos ya en la etapa de línea uniforme, es decir, que ya no tiene tanta variación. Cuando nosotros desarrollamos o hacemos un cruzamiento obtenemos la familia, en esas familias la generación segunda es donde se manifiesta mucha variabilidad, muchas diferencias, podemos seleccionar, o en etapas más avanzadas son más uniformes, de tal forma que hablamos de hasta una sexta u octava generación donde tenemos las líneas más uniformes”, puntualizó Zamora Villa.
Estos nuevos materiales están contemplados para utilizarse por agricultores del sureste de Coahuila y Nuevo León; sin embargo, tienen potencial de adaptación en otras entidades del noreste del país.
“Estas variedades las hemos probado en casi todo el estado de Coahuila y se adaptan y funcionan muy bien, pero las pensamos regionalmente para el sur de Coahuila y Nuevo León, se adapta a estos estados y, en forma general, hemos visto que las variedades que funcionan en el estado, también funcionan bien en Durango, Chihuahua e incluso algunas regiones de Tamaulipas”, señaló Zamora Villa.
Los especialistas indicaron que, en la actualidad, desarrollar nuevas variedades representa todo un reto para los investigadores, debido a los múltiples cambios climáticos de la región que dificultan generar materiales que puedan adaptarse a las inclemencias medioambientales.
“Estamos viendo que el clima en nuestro estado está cambiando, Saltillo antes tenía bien establecido su temporal, ahora no sabemos cuándo es el temporal y lo mismo sucede en todo el país. Eso a nosotros nos impone el reto de estar considerando ese tipo de cambios que están ocurriendo y generar materiales que puedan adaptarse a esos cambios”, subrayó Zamora Villa.
Además del cambio climático, los investigadores enfrentan el reto de obtener materiales mejorados genéticamente con mayor resistencia a plagas que afectan de manera importante el comercio de este cereal.
“El otro reto son las enfermedades que, en el caso del trigo, son la principal causa de que salgan del mercado, se vuelven susceptibles las variedades y empezamos a batallar para que la gente las siga manteniendo porque son cultivos que se logran producir a bajo precio y no tan redituables como la papa por ejemplo. El productor por lo mismo a veces no puede producir mucho, por eso tenemos que ver la tolerancia a enfermedades y la buena adaptación a los cambios climáticos para que sigan produciendo de buena calidad y cantidad”.
Compromiso y seguridad alimentaria
Los especialistas resaltaron que las nuevas variedades de semillas generadas en la institución, particularmente este caso de trigo, tienen como finalidad el beneficio del pequeño productor y contribuir a la seguridad alimentaria de México, a través de materiales que beneficien a la sociedad debido a sus propiedades de nutrición y producción.
“Pensamos realmente en el sector del agricultor menos favorecido, aquel productor que siembra de temporal, aquel productor que le aplica pocos insumos porque no tiene recurso suficiente, aquel productor que busca el autoconsumo pero si tiene una producción excedente la comercializa, pero también pensamos que si hay buenas condiciones por las características que tiene el tipo de gluten, pues pudiera explotarse en una agricultura más intensiva. Desarrollamos bajo condiciones de agricultura tradicional, que incluye su fertilización, riego y control de plaga y enfermedades”, detalló Zamora Villa.
En la misma línea, el doctor Armando Robledo Olivo, subdirector de Investigación de la UAAAN y profesor investigador del Departamento de Ciencia y Tecnología en Alimentos, concuerda en la labor social de la institución y el compromiso de la universidad con el pequeño productor.
“La Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro cumple con diferentes objetivos, entre ellos se encuentra la generación de conocimiento mediante investigación de vanguardia, y sobre todo el desarrollo de innovaciones que dan origen a patentes o registro de variedades, que impactarán en el sector productivo nacional”.
A pesar de tener pocos meses con estos nuevos títulos de obtentor para la universidad, los investigadores trabajan en las nuevas variedades de trigo que superen el rendimiento y calidad de AN 373F2016 y AN 366F2016.
“Nos faltan uno o dos años de pruebas para ver su comportamiento (de los nuevos materiales) y estabilidad a través de las regiones que manejamos en el estado para investigación, luego su descripción y registro como se hizo con estos materiales. Sí se lleva su tiempo, pero de inmediato vemos para adelante, qué sigue, qué más podemos hacer por la sociedad para asegurarle la alimentación”, resaltó Zamora Villa.
Robledo Olivo coincide y reafirma que la institución continuará apoyando este tipo de proyectos que tengan como objetivo la seguridad alimentaria de la población y el beneficio del agricultor.
Zamora Villa destacó el compromiso de los investigadores con la sociedad y la calidad en la alimentación de la población, siempre de la mano con la pasión por la agronomía.