Cuatro Ciénegas, los microorganismos que contradicen a Darwin
“En Cuatro Ciénegas la codependencia de la comunidad de microorganismos determina la evolución, porque no hay comida, no hay sexo y no hay viajes”, explicó Valeria Souza Saldívar, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM al exponer cómo han sobrevivido esas baterías, virus y arqueas que datan del principio del periodo Jurásico hace 200 millones de años.
En Cuatro Ciénegas se observa un nuevo modelo de desarrollo denominado retroalimentación eco-evolutiva. Los microorganismos tienen interacciones que, al parecer, es lo que los mantiene vivos dentro de una comunidad cohesiva; además de presentar una fuerte codependencia nutricional.
Durante su participación en el coloquio “Cuatro Ciénegas más allá de la metáfora: algunas hipótesis de cómo pudieron sobrevivir las comunidades del pasado”, señaló que “no es como pensó Darwin, donde los organismos compiten para sobrevivir; aquí el que coopera y coexiste mejor, come mejor; finalmente, lo que mueve la evolución es qué se debe hacer para comer al siguiente día, para sobrevivir y tener hijos”.
Cuatro Ciénegas se ubica en Coahuila, un oasis en medio del desierto, donde se encontraban una serie de pozas con aguas que mantienen un ecosistema único, con una gran diversidad de especies endémicas de microorganismos.
Su origen se remonta a la geología que provocó la separación de Pangea y la formación de los continentes del planeta; esto le dio características únicas asociadas a los mares primitivos, sus sedimentos y minerales.
El lugar tiene una biodiversidad en todos los niveles taxonómicos (grupos animales o vegetales), pero sobre todo en microorganismos, y es una paradoja porque es el sitio con menos fósforo que se conoce.
Las interacciones dentro de sus comunidades de microorganismos parecen tener mayor cooperación que competencia y cuando los miembros de esta comunidad se enfrentan a desconocidos su interacción se vuelve depredadora y su fuente de fósforo se obtiene del ADN de sus enemigos.
“Las pozas producen miles de antibióticos y son sumamente celosos de su comunidad, pero sobre todo son bastante golosos del fósforo de los demás y desde principio de los tiempos su fuente favorita han sido los genomas de sus enemigos; comen ADN más que otra cosa”, señaló Souza Saldívar.
La lección de Cuatro Ciénegas es que ha sobrevivido a todas las grandes extinciones, al congelamiento del mar dos veces, a la desaparición de los dinosaurios y sigue, aunque desde 2016 se vio por última vez agua en el lugar.
Cuatro Ciénegas es un lugar muy parecido al planeta Marte, ambos sitios eran parte de un mar, con un metabolismo de metano y azufre, hay señales de estos elementos en ese planeta detectados por todas las misiones internacionales, incluida la NASA, por lo que ese lugar es un modelo de investigación del planeta rojo.
Cuatro Ciénegas, al igual que Marte, la biodiversidad se encuentra debajo del suelo, está siguiendo el agua de los poros de la montaña, o en el caso de ese planeta entre los poros de sus las dunas, si es que la vida sobrevivió.
Lo más parecido de estos dos modelos es que se perdieron, en Cuatro Ciénegas sobre todo por la explotación de acuífero, donde se extraen hasta mil metros cúbicos por segundo; fue una agonía larga porque no se cambiaron las políticas del uso del agua. “Es un modelo que solamente se encuentra en México y nos tocó cuidarlo”, aseveró Valeria Souza Saldívar.